domingo, 30 de agosto de 2020

Roma

Paseando por esas calles de Roma, esos colores típicos que hacen de ella una de las ciudades más bella. La ciudad donde si le das la vuelta significa Amor, la ciudad del país donde nace la moda, pasión e ilusión, donde los sueños se hacen realidad, eso es para mi Roma. 

Os contaré algo, cuando era una adolescente, alocada y apasionada, Roma era lo que más significaba para mi, e hice una promesa, esa promesa no se pudo cumplir, no pude visitarla con la persona que quería o que me hubiera gustado en esa época. Sin embargo, debo de añadir que no me arrepentí, ni me arrepentiré de haber ido con quien fui, ya que ver esa ciudad con la persona idónea es importante.

Yo viaje con un gran amigo, un amigo en el que puedes confiar, reír y olvidarte de todo, el es Matías.
Matías es un chico amable, educado y algo raro, jaja sin ofender. Es arquitecto y poder ver Roma o cualquier ciudad con él, es una bendición, porque te muestra el otro lado de la ciudad. Con el comparti el primer viaje fuera de España, Paris, fui por mi cumpleaños y aunque pude disfrutar poco de la ciudad con él, mereció la pena.
Volviendo al viaje de Roma, salió un poco de improviso, empecemos por el principio...

Matias y yo apostamos por algo, y el perdió y me tenía que pagar un viaje, en este caso fue el de Roma, compartimos gastos, de hotel, comidas y todo, pero el vuelo lo pago él. Y cuando se calmó un poco lo del Covid-19, me dijo ¿estoy pensando en irme a Roma, te vienes? Yo no sabía que hacer, pero me decidí a ir y creo que fue la mejor decisión que tomé.

Viajamos en vuelos separados, mi vuelo llegó más tarde, ya que salió tarde desde Sevilla, por lo que íbamos con 1 h y 20 de retraso y bueno me vi sola en el Aeropuerto de Roma-Fiumicino, sin trenes, sin autobús... una aventura de noche la verdad.
Finalmente cogí un taxi hasta la estación de tren de Termini y si digo finalmente porque hubo como un tramo de 1 h que no sabía que hacer, si cojer taxi, cabify o un taxi de estos ilegales, pero finalmente cogí un taxi, con licencia y todo y lo se, porque la llevaba en el coche y aún así, pude negociar con el el precio y todo, pero bueno, lo importante que llegue a la estación de tren y allí me esperaba Matias.

Llegamos al hotel, me duche, cene algo sobre las 2 y pico de la mañana y nos fuimos a dormir cerca de las 3.
Al día siguiente cuando me desperté, fuimos a pasear por esas calles, estamos en un hotel súper céntrico, y disfrutamos de Roma al 100%.

Cada vez que entrábamos en algún sitio, se venia la magia y la emoción, como en el Foro Romano, en el Colosseo o en el Castillo de Sant'Angelo o en otros sitios magníficos, podías cerrar los ojos o simplemente mirar al horizonte y se te venían 20 mil historias que han podido ocurrir en esos lugares.
¿Lo que más me pudo impresionar? Yo creo que no podría decir un sitio en concreto, ya que fueron muchos, pero por ejemplo al entrar en el Colosseo, en la zona de la arena, al entrar por esa pequeña puerta y verte esa grandiosidad, te sentías pequeño, vulnerable e indefenso, ¿cuantas personas morirían allí? Si aún cierras los ojos podías imaginar a todo el mundo gritando y tu allí, si poder hacer nada, solo sobrevivir. Fue genial esa sensación, ver aquello, tienes que ir y sentirlo, no se puede describir con palabras o cuando entramos en el Foro Romano, imaginar y ver esos templos, los templos los dioses, las ruinas e imaginar la grandiosidad de hacerlo en esa época, piedra a piedra.
Entrar en el Panteon, verte esa cúpula, esa gran cúpula, esos techos romanos, increíble.
Lo que más me decepcionó fue el Vaticano por dentro, porque realmente La Piazza San Pietro tiene su encanto, esas columnas, haciendo dos semicírculos..
No tengo palabras, o me sobrarian si tuviera que describirlo todo.

Roma, Roma, Roma... si tuviera que definir ese viaje, no podría, no tendría palabras.
He tenido tantas emociones y sentimientos allí, que no podría explicarlo.

Repetiría el viaje, pues claro, eche una moneda en la Fontana di Trevi, se supone que vuelves, ¿no?