viernes, 30 de noviembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ A ROMA

CAPITULO 24

Regresamos a Sevilla. Ya, como novios oficiales. Le presenté en casa. Todo un revuelo. ¡Otro chico que no es ortodoxo..! Pero todo se solucionó en cuanto Lucas dijo que por mi, iría al mismo infierno. Que si hacía falta se convertiría en ortodoxo. Aquello se volvió un corral de gallinas, todos gritaban alegremente. Lucas sonreía mientras me miraba. En cambio, yo, pensé que estaba loco. Mamá cogió el teléfono y en minutos, tuvimos allí toda la familia.
Al salir de allí, en dirección a su casa, le dije:
- Estas loco, no sabes donde te metes.
- En tu familia, en tu vida y espero que tu en la mía. Te amo.
- Y yo a ti, Lucas.
Entramos en su casa, la acogida genial.
- ¡Ya era hora!, - comentó su padre- deseábamos conocer a la hermosa joven, que le robó el corazón a este canalla.
Sonreí y me ruboricé. ¡Por fin, sabía a quien se parecía Lucas,! A su padre, en carácter, físico...
Me acogieron con los brazos abiertos.
Al irnos de allí. Lucas añadió:
- Bueno, ya es oficial. ¿Y ahora que quieres hacer?
- Las maletas, nos vamos a Ibiza.
- ¿Ibiza?
- Trabajo ¿recuerdas?
-Mmm, creo que me gustará ver como trabajas...
- Y a mi, me encantará trabajar durante horas y que mi chico me espere a la salida.
- ¿Tu chico?
- Mi novio, tu.

Nuestro viaje a Ibiza fue genial, como todo lo  que hacíamos Lucas y yo, juntos.
Luego comenzaron las clases para ambos. Y aunque teníamos poco tiempo para nosotros, sabíamos aprovecharlo al máximo. De vez en cuando, en puentes, fiestas, vacaciones.., hacíamos una pequeña escapada intima. Pero por lo demás, estudios, libros, biblioteca...¡En fin, la vida de un estudiante! 
En navidades, acompañamos a Domenico y Rosseta al altar. Radiantes de felicidad.
"¿Seríamos nosotros los siguientes? Quien sabe, contestó Lucas".
Recuerdo esa frase en mi cabeza, constantemente, sobre todo la respuesta que Lucas dio a Domenico. "Quien sabe..."
Lo cierto, es que yo si lo sé.
En nuestro aniversario, en el mismo lugar, aeropuerto, y con el mismo destino Roma, nuestro hotelito.., Lucas se arrodilló y dijo:
- Un año, un año de amor, al lado de la mujer mas increíble que jamás conocí. Bella Alexia, ¿quieres casarte conmigo?
Me quedé helada, no sabía que decir, él, ahí, delante de mí, de rodillas y con un pequeño anillo de pedida.
- Claro que si , mi amor.
Se levantó me besó, colocó mi anillo y continuó:
- Me haces sentir el hombre mas feliz del mundo. En dos años serás mi esposa. Mi profesor me ha pedido que sea su ayudante y no solo en la facultad, si no en su consulta privada. Con eso y con tu trabajo, podemos ir haciendo cositas, buscar piso y tal...
Le callé  con un beso, los nervios no dejaban de traicionarle y no podía dejar de hablar.
- Ya habrá tiempo de todo.
 Y volví a besarle.
Partimos para Roma, nos esperaba Domenico en el aeropuerto.
Y aquí estoy de nuevo en el hotel Montreal, escribiendo mi historia. Mi nueva y última historia de Amor. Lucas, Doc y yo.
¿Habrá una nueva historia de Alexia?¿Alexia y su boda?
Puede o puede que no, ya se escribió sobre una boda griega y se llevó al cine.
Lo cierto, es que hoy por hoy solo puedo decir:
-¡¡SOY LA MUJER MAS FELIZ DEL MUNDO!!
                                                        
                                                     FIN

NOTA: Lucas, nunca leyó aquella carta, simplemente la destruyó.

AGRADECIMIENTOS: A todos mis amigos, en especial a "Lucas", por permitirme escribir acerca de él, aunque él es feliz con su chica.
Naturalmente a mi amigo J.A.F. que me animó a escribir esta segunda parte.
Y a los "Fiesteros", que siempre están para apoyarme en todo.
 A mi familia, y como no, a mis lectores. ¡Os quiero!
           Un beso.
                             Mayka.



Por cierto, la semana próxima tendréis mas cotilleos sobre mi, ya que comienza...
                                             YO, MAYKA

jueves, 22 de noviembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ ROMA

CAPITULO 23
Partimos hacia Roma, la estación de Termini, nos esperaba.
Pero al llegar a Roma , Lucas dijo:
- ¿A nuestro hotelito?
- Pero.., ¿no partíamos hoy?
- He cambiado los billetes, nos vamos dentro de dos días, además hemos de confirmar a Domenico nuestro regreso y la fecha exacta de la boda.
- ¿Vamos a venir?
- ¿Lo dudabas?
- Me encantaría , ademas prometo aprender algo de italiano, para poder felicitar adecuadamente a los novios.
- ¿Necesitas un profesor?
- Bueno, siempre el profesor se comprometa a portarse bien...
- Ya veré si te mereces un regalo o un castigo...
Ambos reímos.
Pero de repente pregunté:
-¿Cuando los cambiaste?
- Cuando insistías una y otra vez en llamarme, algo me decía que sería el elegido.
-También podía haberme enfadado contigo por la encerrona.
-Alexia, te conozco, no podías vivir toda la vida con el remordimiento de una mentira. Tarde o temprano, ese momento hubiera llegado, y preferí que fuese ahora, cuando todo empieza ,antes de hacer planes, de crearnos ilusiones...
- Sé, -continuó- que lo pasaste mal y Víctor, también. Os lo debíais. Quizás lo hice mal, debí decirtelo. Pero, ¿hubieras aceptado?
Callé durante unos segundos para pensar y contesté:
- Tienes razón, no hubiese aceptado.Quizás por miedo a perder lo que ahora tengo.
-¿Y...?
-No entiendo, ¿que significa ese "¿Y?"?
- Me refiero, a..,¿ el miedo ha desaparecido, Víctor es un peligro de algún tipo o solo un viejo amigo?
- Supongo, que solo un viejo amigo.
- ¿Supones..?
- Fue mi pareja y no creo que seamos buenos amigos, pero nos saludaremos seguro, si nos volvemos a ver.
- El es mi amigo, tu mi pareja. Espero que lo entiendas.
Asentí con la cabeza y añadí:
- Lucas, en cierto modo te debo dar las gracias, a pesar de lo que pasó en la isla, me alegro de que Víctor, por fin sepa la verdad. Le amé tanto que hubiera dado mi vida por el. Solo espero que aquel amor sacrificado, hoy, haga que él sea feliz...
- ¿Aún le amas?- preguntó tristemente.
Le miré a los ojos y negué con la cabeza.-
Le amé y mucho. Fue mi primer amor y siempre lo será. Pero solo eso, fue.
- Te amo Alexia.
- Y yo a ti, Lucas.
De repente recordé que tenía trabajo y que el fin de semana tendría que estar en Ibiza.
- Cariño, un segundo, tengo que llamar a la agencia. Por si ha habido cambios.
Cogí mi teléfono móvil y llamé. Y no solo eso, sino que esta vez, yo sería quien sorprendiese a Lucas. El y yo, en Ibiza.
Hice la reserva de vuelo y hotel.
Cuando salimos de la estación, llamamos a un taxi, que nos llevó a nuestro hermosos hotelito, a nuestra habitación, que nos seguía esperando como el primer día. Nada había cambiado allí,  pero en mi, si. Ahora sabía quien era el amor de mi vida. Era Lucas. Víctor era pasado, un pasado que creí presente. Le idealicé y le convertí en el amante perfecto, en un ser maravilloso y único, que lo era, pero no para mi.
De repente recordé algo. Médicos sin Fronteras.
- Lucas, ¿puedo preguntarte algo?
- Dime.
- ¿Cual ha sido tu sueño, tus expectativas de futuro..?
- ¿A que te refieres..?
- A trabajo, a futuro.., no sé.
- Siempre soñé ser médico, desde niño. Quise ayudar a los demás y lo hago, la ONG.  Y quise dejarlo todo por amor.Siempre pensé que llegaría un amor por el que fuese capaz de darlo todo. En cambio contigo lo tengo todo.
- Y..,¿Médicos sin fronteras?- pregunté.
- Empecé a colaborar con ellos desde el primer año de carrera, es cierto que no he viajado mucho. Pero, cuando el tsunami en Asia, estuve con ellos trabajando. Es duro, pero gratificante.
- No lo sabía, no me lo habías dicho.
- No solo colaboro en la ONG que tu conoces, sino en un par de ellas más.
- Vaya, ahora resulta que eres un gran desconocido para mi.
- ¿Y para que están los noviazgos? Para conocerse. Y y yo lo quiero saber todo de ti.
- Y yo de ti.- Contesté.- Pero.., ¿neurología?¿Te gusta realmente?
- No tenía claro en que especializarme. Conocí la neurología a través de ti. Me gusta y puedo ser cirujano- neurólogo. Y sabes, sangre y esas cosas...
Y comenzó a hacerme cosquillas, mientras añadía:
- Soy un sádico y voy a por ti...-Bromeó.
- Espera.-Grité entre carcajadas.-¿Como se que no has dejado tus sueños por mi?
- Pequeña Alexia, eres el sueño que todo hombre busca. La felicidad.
Nos besamos he hicimos el amor, apenas salimos de la habitación durante esos dos días. Lo justo para comer o cenar. Incluso, paseamos la última noche bajo las estrellas de Roma. Cogidos de la mano, sin prisas, sin rumbo. Solos, el, yo y Roma. Y el amor. 
(Roma, leído del revés amor).



domingo, 18 de noviembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y..,VIAJÉ A ROMA

Capitulo 22

Lloré hasta bien entrada la madrugada, hasta que el sueño me venció. 
Me despertó Víctor.
-Alexia, es la hora...
Me levante, no quise tomar nada, los remordimientos no me lo permitían. 
-¿Vamos?- dijo Víctor, llevando mi equipaje y el suyo.
Asentí.
-Alexia, decidas lo que decidas, aunque creo que ya has decidido, quiero que sepas que estaré aquí para lo que desees. 
-Lo sé, porque te conozco, siempre ayudas a los demás. Te quiero Víctor y no dudes jamás de lo mucho que te amé.
Me besó por última vez y salimos hacia el puerto..
-Lucas...- grite al verle.
Corrí y me abracé a él. Comencé a llorar, quería contarle y explicarle lo sucedido aquella noche. 
-Tengo que hablar contigo.
-No hace falta, - dijo él- tú solo has de decidir Víctor o yo. 
-¿Lo dudas?
-Mírame a los ojos, dijo él. 
Le miré suplicando su perdón, al tiempo que me aferré a su mano como él lo hizo en el avión.
Me miró y añadió:
-Como sigas apretando mi mano de esa forma romperás mis dedos. Te amo, Alexia.
-Yo a ti también, y no me vuelvas a dar sorpresas de estas.
-Bueno, la isla no ha estado mal -contestó el bromeando.
Víctor llegó hasta nosotros, más lento.
-Buenos días, la península nos espera.
-Así es, - dijo Lucas alegremente.- Buenos días y espero haber servido de ayuda.
-Mucho... -contestó Víctor, mirándome de aquella forma tan especial que él tenía.
Me dí cuenta que aún me amaba, pero la distancia, hace el olvido, o al menos eso quería creer.
Yo había dejado de amarle, porque me enamoré de Lucas, no por la distancia. Quizás él, tuviese suerte con Laila.
Subimos al ferry, destino Livorno.
No solté la mano de Lucas en ningún momento, no quería que se alejase de mí. Víctor y Lucas hablaban de cosas vanales, como si nada hubiese ocurrido. Yo, en cambio , no dejaba de sentirme culpable. Llegamos a Livorno y Víctor se dirigió a mí. Lucas se apartó un poco, todo lo que mi mano le dejó.
- Bueno, ha llegado la despedida, esperaba convencerte de que vinieras a Asia y de allí a casa.
- ¿A casa?- solté la mano de Lucas para que se alejara un poco más ya que le noté incomodo.- ¿Volverías a Sevilla y lo dejarías todo?
- Por ti, si. Además empiezas tu carrera.
- ¿Has visto? Todo por mi. Eso es lo que no quería, vive tu vida y sé feliz. Te lo mereces.
- Tu también. Te quiero pequeña. Adiós.
Y se alejó.
Me volví hacia Lucas.
- Cariño, yo...
- No quiero saber nada de esta isla, ni de este día. Solo Roma y tú.
- Y nuestro amor.- Contesté.
- ¿Volvemos a Roma?
- ¿Un poco lejos, no? Mejor el hotel, que te he echado de menos y mucho.
Nos fuimos al hotel, a la mañana siguiente saldríamos para Roma.
Hicimos el amor y no salimos de la habitación en todo el día. Aprovechamos cada segundo perdido.
En un instante agregué:
- Lucas, no se si podré vivir callándome lo que pasó allí.
- Bueno, pero no me hables, besáme, si quieres me lo cuentas por escrito.
-Así, lo haré.
Cuando Lucas se durmió, expliqué todo con pelos y señales. Me dormí tras la carta.
Al despertar, Lucas me esperaba con el desayuno y la carta no estaba sobre su mesita, Miré a Lucas esperando que dijese algo.
- La ví.- Contestó.
-¿Y?- Pregunté.
- Todo aclarado, te amo.
 Tras aquellas palabras, nos besamos e hicimos el amor.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ A ROMA

CAPITULO 21

No hubo suerte, todo estaba dispuesto para dos. Víctor y yo. No entendía nada. ¿Porqué Lucas hacía esto? ¿Que pretendía?
Me ausenté unos minutos, fui al baño. Volví a llamar. Nada, la misma respuesta.
Me dirigí a la mesa y al sentarme Víctor añadió:
- ¿Le echas de menos?
- Mucho- dije tristemente.
- ¿Tanto como a mi?
- Es distinto. A ti, te he echado de menos consciente de lo que ocurría, sabiendo que te alejarías y que tal vez no volviéramos a vernos. Pero ahora.., es tan distinto... No entiendo nada.
-Creo que ahora me toca explicar a mi. Aunque sigo sin entender, porque no me contaste la verdad.
Hizo una breve pausa y continuó:
- Lucas sabe que me fui,  porque no soportaba estar en la misma ciudad que tu, porque al verte , aunque fuera en la distancia, me hacía daño. Sentía ira, dolor, rabia, impotencia... ¡Bien sabe dios que intente estar a tu lado! Intenté ayudarte como amigo, por lo que hubo. Pero cada vez que me acercaba, encontraba a una desconocida, a alguien que no me gustaba nada y que no merecía mi ayuda. Me alejé, cierto. Quizás fue lo mejor para ambos, pensé por un tiempo. Así evitábamos tus mareos y yo, los dolores de cabeza que producían aquellas conversaciones absurdas e ilógicas. Pero, en el fondo de mi ser, sabía que la Alexia que yo conocí existía y que tarde o temprano regresaría.
He preguntado día a día por ti, por tu salud. Hasta que Lucas me confesó la verdad. No sin antes preguntarme si seguía amándote. ¿ Quieres conocer la respuesta a esa pregunta?
Lo pensé unos instantes y contesté:
- Me gustaría saberlo, pero creo que no es el momento. Aunque el hecho de que estés aquí, da muchas pistas.
- Esa es mi Alexia, inteligente, guapa...
- No sigas, para empezar te sobra el "mi".
- No, no sobra. Mi Alexia está en mi mente,en mis recuerdos, en mi corazón...
- Y yo, soy  simplemente, Alexia.
- Como prefieras.- Y sonrió de aquella forma que tanto me gustaba.
Agradecí su gesto, sonriendo también.
- Sigues teniendo una sonrisa preciosa.
- No sigas por ahí.
- Vale, pues brindemos por el reencuentro.
Asentí con la cabeza y brindamos.
Había cambiado mucho en dos años. Parecía mas joven. Se veía, que lo que hacía le sentaba bien y que le gustaba. Y le pregunté que tal le iba todo.
- Bien, en un principio fue difícil pero tengo muy buenos colaboradores y amigos. Laila, es una de ellas.
- ¿La chica de la que me hablaste?
- Esa misma, conoce toda nuestra historia, al menos la que me hiciste ver. Así que cuando le conté los cambios ocurridos... Ella me animó a venir.
- Debe ser una buena chica, al arriesgarse con esto.
- Igual que Lucas,- contestó el- ese chico te adora y solo piensa en ti.
- Lo sé. Supongo que ahora hace lo que hice yo contigo. Buscar la felicidad de la persona amada. No puedo juzgarle por ello.
- Exacto, es por eso por lo que nos dio esta oportunidad.
- Bueno, ahora entiendo a Lucas. Pero, ¿y tu, me entendiste a mi?
- Aún lo intento- dijo riendo-. Nunca fuiste una chica normal.
Reímos ambos y dije:
- Espero que eso haya sido un elogio.
- Lo es.
Hablamos sobre nuestros trabajos, nuestros proyectos y al final de la velada.., regresamos al apartamento.
Sobre la mesa, una botella de espumoso y una nota.
"Disfrutad el momento...Lucas."
- Si, pero solo el momento, mañana volveré con el.
Víctor abrió la botella, lleno dos copas y ofreciéndome una añadió:
-Eso, mejor lo decides mañana.
- Pero...- protesté, o al menos lo intenté porque sus labios me besaron.
No pude evitarlo, hacía tanto tiempo que no disfrutaba de aquellos labios... Esos, que tan feliz me habían hecho tiempo atrás.
Respondí a sus besos, a sus caricias. 
Pero al llegar al dormitorio, mientras me dejaba llevar por la locura, cerré los ojos, el que allí yacía no era Víctor, si no Lucas. No podía dejar de pensar en el.
Una hora mas tarde sonó mi móvil.
- Lucas, mi amor. ¿Donde estás?¿Estás bien?
- Calla loca. Mañana tenemos el ferry a las 9:00 de la mañana. De allí a Livorno y después.., tu decides.
-¿Como?- pregunté- ¿Decido qué? Yo te amo a ti. Pensé que pasaría un día contigo en la isla.
- No, prefiero volver- Contestó el tranquilamente-. Buenas noches , princesa.
- Lucas...- continué, pero había colgado.
- ¿Estás bien?- preguntó Víctor a mi lado.
No pude más que mirarle y romper a llorar. ¿Como había dejado que pasase? ¿Porqué? Sabía que amaba a Lucas. Víctor era pasado. Le había echado tanto de menos.., que su recuerdo se convirtió en algo constante. Había idealizado a aquel hombre, lo había convertido en mi Dios, pero era solo eso, un recuerdo. Un recuerdo del pasado.
Víctor se abrazó a mi y dijo:
- Lo entiendo, no hace falta que digas nada. Te conozco lo suficiente, para saber que no te entregas aun hombre así porque sí. El, es tu hombre y tu, su mujer. Lo siento, siento haberme metido en vuestras vidas. 
-No, no te has metido. Simplemente me has demostrado que saliste por completo y me alegro en cierto modo. Por mí, y por Lucas.
Me giré, no podía conciliar el sueño y tampoco podía dejar de sentirme culpable.