viernes, 15 de octubre de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 22

- Phillips, voy a analizar esta prueba.

- ¿Sangre?

Asentí con la cabeza y con risa triunfadora. Me dirigí al laboratorio.

Grace aún limpiaba la sangre que goteaba del cuerpo de Raúl.

- ¡Vaya será una tarde-noche entretenida! -dijo Grace.

- No hace falta que pases tantas horas aquí, sabemos como murió. Preparemos el informe para que se lo lleven lo antes posible, pero supongo que tambien tendremos visita del FBI y de Asuntos Internos. Aún así habrá que enviar este cuerpo a su familia. Yo analizaré esto.

Me pasé bastante rato trabajando con Grace y Marta, ni siquiera me percaté de la hora. Cuando miré era demasiado tarde... ¿Dónde estaría Robert? Me extrañé muchísimo.

Salimos del despacho en dirección al parking, mi coche estaba allí, en cambio Robert, no.

Entré en el coche y le llamé. Su telefono daba señal de llamada pero nadie contestó. Me preocupé.

Llamé a Jhon, contestó rapidamente.

- Jhon, ¿dónde dejaste a Robert?

- En la puerta de la comisaría hace 2 horas o más.

- ¿Estás seguro?

- ¿Qué ocurre Linda? Bromeais, ¿verdad?- preguntó Jhon.

- No, acabo de salir y no está aquí. Insíste, llamalé y a Marcos... Yo entraré y veré las cámaras de seguridad.

- Tranquila Linda, aparecerá.

Aunque Jhon soltó aquellas palabras de consuelo, no me consolaban nada. Además su voz delataba su preocupación. José, aún andaba por ahí suelto. Y Rafael había estado allí tambien.

-Phillips, - grité- Robert no aparece.

- ¿Estás segura? Lo mismo se durmió en su despacho.

Negué con la cabeza y añadí:

- Jhon le dejó aquí hace mas de dos horas, veamos los videos del parking. Aunque si quieres descansar puedes irte. Yo lo haré.

- Me quedo. Pero seguro que hay una explicación. - Me tranquilizó Phillips.

Mientras mirabamos esas horas de video, pregunté:

- ¿Y la persecución que se sabe?

- Cerca de la frontera consiguieron abatir el coche, pero huyó con un rehem, sabemos que está en una casa, pero ya sabes, esto es lento si no queremos heridos...

Me quedé mas tranquila al saber que había un problema menos que añadir a la lista. Y de repente...

- Es ese coche negro, pensé que serían del FBI.

- Y es el FBI, supongo que querran saber que pasó aquí hoy. Les llamaré.

Salió de la sala para llamar. ¿Para qué querrían a Robert? Por suerte, conocía sus derechos.

- ¡Imbéciles! - Entró gritando Phillips.

Le miré interrogante.

- Le dejarán en la puerta en unos minutos. - Aseguró Phillips.

- ¿Estará bien?

- Por supuesto, Robert habrá dejado claro cuales son sus derechos.

- Pero, ¿le pueden detener asi?

- Conociendo a tu Robert, habrá una demanda. Esperaremos a que llegue.

Salí corriendo hacia la puerta. Le esperaba. Esas horas debían de parecerle una eternidad. Ví, como el mismo coche negro le dejaba en el parking sin sutileza alguna.

- ¿Estás bien?- pregunté.

- Si. No te preocupes, no son muy educados, pero al menos conocen la ley.

Le abracé y rompí a llorar.

- Lo siento. No debía haberte metido en esto.

- ¡Ssshhh! Tranquila. Estoy donde quiero y debo. Mirame.- Me exigió.- Linda, estoy muy bien, te lo prometo. Y esto no es culpa tuya. Solo estaban preocupados por lo que ha pasado aquí dentro.

- ¿ Preocupados? ¿Y lo solucionan secuestrando al primero que pasa por la calle?

- Bueno, si es cierto, que no han sido muy educados. Podían haberse presentado antes, pero lo hicieron después. Aún así, era muy evidente quienes eran los "men in black".

- ¿¡No bromees, vale!? Me asusté y mucho.

-Pues mirame, estoy perfecto. ¿O no?

- Eres un caso único, ¿lo sabes verdad?

Sonrió y añadió:

-Veamos a Phillips.

Entramos y se dirigió a él.

- Phillips, gracias por esa llamada. Me hubieran retenido toda la noche.

- Lo sé, son unos capullos, se creen el culo del mundo por ir de trajes, pero lo arreglaré con ellos.

- Vale, hablamos mañana y gracias de nuevo.

Nos dirigimos al coche, no podía separarme de él, desde que lo abracé.

- Vas a tener que soltarme para conducir.

- Cierto.- Le besé, cogí las llaves y me dirigí al asiento del conductor.

- De eso nada, me encanta este coche. Dejame conducirlo. Además has tenido un día de infarto.

- No menos que tú.

Negó con la cabeza.

- El tuyo más, Señora agente dura.

Sonreí y le entregué las llaves preguntando:

-¿Estás seguro?

- ¿ Lo dudas? - Y me guiñó un ojo.

lunes, 30 de agosto de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 21

Alguien debió avisar a Phillips de lo de Rafael, porque dejó la persecución en manos de Bill y regresó en unas horas.

- Linda, ¿Cómo has conseguido que venga?

- Llamando a su abogado, le informamos que unos hombres de Rafael, habían entrado en la comisaría y se había producido un tiroteo, falleciendo uno de ellos. Con la verdad, jefe. Solo la verdad.

Sonrió y añadió:

- Lo tuyo es esto Linda, no esa oficina tuya...

Ahora sonreí yo.

- Linda, - dijo Phillips en tono preocupado- ¿y el FBI?

- Sin problemas, les dije que si hicieran bien su trabajo, nuestros chicos estarían a salvo.

- Gracias.

- De nada.- Contesté y me alejé.

Me dirigí a Jhon y Robert y les pedí que se fueran de la Estación Rampart antes de que llegara Rafael.

- ¿Por qué?- contestó Jhon.- Nosotros hemos venido a hacer un trabajo.

- Si, pero ya tenemos la declaración de Christopher, la firmará y a juicio. Además Rafael, pensará algo raro, huele a los abogados a leguas y sospecharía algo. ¡Por favor..!! - supliqué mirando a Robert.

- Bien, nos iremos a tomar algo, en un par de horas, vendré a por tí. Cuídate.- Y me besó.

Me sentía mas segura al saber, que las personas que amaba estarían lejos de la escoria de Rafael.

Minutos después, aparecía en la Estación acompañado de su abogado. Ambos fueron cacheados antes de entrar.

- Disculpen señores, - añadió Phillips- pero tras el incidente, todas las medidas son pocas. Si me acompañan a mi despacho...

Les indicó el camino y les seguí de cerca.

- Bienvenidos a la Estación Rampart, os presento a mi ayudante, la agente Evans. (Usó mi apellido de soltera). Si nos pusimos en contacto con ustedes, es porque nos informaron de que Don José Sánchez y Don Raúl González trabajaban para Don Rafael...

- Cierto, - contestó Rafael muy tranquilo y mirándome.- Les contraté hace poco de guardaespaldas, de ahí que tengan armas. Tienen licencia en orden.

- Lamentamos decirle que Raúl González ha fallecido en esta comisaría, si pudieran ayudarnos, se lo agradeceríamos...

Había que medir mucho las palabras. El abogado permanecía en silencio mientras que Rafael era el locutor.

- Gracias, pero no comprendo que hacían mis guardaespaldas aquí,  ¿estaban detenidos? - Preguntó mirando fijamente a Phillips.

- No, vinieron preguntando por mí, contesté a toda velocidad. - Contesté a toda velocidad.- ¿ Sabe usted del asesinato del tío de su protegida?

- Si, me enteré, pero ¿Qué tiene que ver eso con mis hombres? ¿Y por qué la buscaban?

- Pensé que usted me contestaría a eso.

- ¿Yo? ¿Por qué debería saberlo?

- Usted fue la última persona en ver a Robert Grahams con vida, la noche del viernes en una cena.

El abogado quiso intervenir, pero Rafael lo mandó a callar con un solo gesto. Y contestó.

- Cierto, cenamos y hablamos de su sobrina. El deseaba llevársela con él, pero la joven apenas lo conoce y aquí tiene su vida, además soy su padrino y yo me podía hacer cargo de ella. Tras la conversación, decidimos que era ella quien debía decidir. El Sr. Grahams, se quedó en el restaurante y yo me marché, al parecer había quedado con alguien. Es más si desean les puedo mostrar con cámaras de seguridad que yo llegué a casa temprano. Y permanecí allí todo el fin de semana.

No dejé de observarle mientras me hablaba. Y continué:

- ¿Don Rafael, usted sabe que su chofer y sus chicos regresaron al restaurante?

Su abogado y él se miraron. El abogado dijo algo al oído de su jefe. Pero este se negó con la cabeza y añadió:

- Le prometí a Robert que mi coche estaría a su disposición y al llegar a casa le envié al chófer, pero no sabía que Raúl y José habían regresado al restaurante. Será mejor que hablen con mi chófer. Está afuera. ¿Si me permiten? -Marcó en su teléfono.- Diego, pregunta por el despacho del comisario, te esperamos acá.

En breves segundos Diego entraba en la sala con un agente.

- ¿Me buscaba Don Rafael ?

- El viernes, cuando te envié al restaurante a recoger a Roberto, ¿te acompañaban Raúl y José?

- Si, señor, me dijeron que tenían que hacer unas diligencias en la ciudad, y regresé con ellos hasta el restaurante. Entraron, dijeron que tenían hambre. Yo permanecí en el coche, esperando a Don Roberto. ( Robert, la victima, Roberto es el nombre hispano).

- Disculpe, -interrumpí- ¿Llevó usted a Robert a su hotel?

El hombre palideció.

- Sé que era mi obligación Don Rafael, pero tras un par de horas, Raúl salió y dijo que había fiesta, que se demorarían y que si les dejaba la llave, que ellos regresarían el auto. Yo, como sabe me levanté muy de mañana y me estaba quedando dormido en el auto y aunque dudé, en breve lo hice, me fui a descansar.

Rafael, saltó de su silla y gritándole a milímetros de su cara preguntó:

- Pendejo, ¿para cuando pensabas decirme?

- Lo siento, Don Rafael.

- Ya hablaremos fuera de acá.

Phillips puso calma.

- Don Rafael, entiéndalo, todos somos humanos, el auto está perfecto, sin rasguños. Eso sí, si me permite, le pediré un favor.

- Dígame.

- ¿Podríamos revisar su coche para comprobar algo?

- Si buscan huellas, este inútil, lo limpia a diario.

- Diego -esta vez fuí yo quien preguntó - ¿Lleva en la limusina un juego de cristal italiano?

- Si señora.

- ¿Falta alguna pieza?

- Un vaso largo.

Rafael miró a Diego y luego a mí, parecía confuso. ¿No sabría nada..? o ¿mentía perfectamente..?

- Y... ¿Ha limpiado el maletero en los últimos días?

- No lo hemos usado señora, solo lo limpio cada dos o tres semanas.

- Gracias.

- ¿Querrían contarme que ocurre y por qué mis hombres estaban aquí?

- Si me permiten...- me retiré, tenía que mirar si había restos de sangre en el maletero.- Pero antes, ¿Don Rafael, me dá su permiso para mirar su maletero?

- Naturalmente.

Phillips se quedó hablando con Rafael y su abogado. No sé exactamente que contaría o si relataría la realidad, ese auto y el cadáver estaban vinculados, solo debía encontrar la prueba. Cogí el equipo del laboratorio y me dirigí a la limusina de Rafael. Pude ver de lejos un coche negro, el FBI no era muy discreto, si pensaban pillarlo les costaría una vida.

Abrí el maletero y aunque Diego, confirmó no haberlo limpiado, olía a desinfectante. Miré milímetro a milímetro y rocié la alfombra con spray de liminol, que actúa en contacto con el hierro de la sangre. Y efectivamente allí estaba, habría que analizarla. Cogí los restos y cerré el maletero.

Ví, como Rafael y su abogado salían de la oficina.

- ¡Buenas tardes! - Saludé y entré en comisaría, no sin que antes Rafael me diera un buen repaso con la mirada.

jueves, 12 de agosto de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 20


Tras varios disparos más, se hizo el silencio. Saqué mi arma y les pedí que se quedaran allí.

-¿Dónde vas? - gritaron Marta y Jhon. Robert me sujetó.

- Debo salir, habrá gente herida y soy la única médico aqui con licencia para matar. Además no es la primera vez que me veo en una así.- Añadí mirando en todo momento a los ojos de Robert.

-Ten cuidado.- Me soltó y me besó fugazmente.

Salí con cuidado, la oficina era un caos, parecía que todo había terminado. Me fuí acercando a la puerta, 2 policías heridos, uno de gravedad. El latino, Raúl Gonzalez, estaba en el suelo. Faltaban Bill y Phillips.

-¿Y el jefe?- Pregunté.

- Salieron tras el otro tipo que esperaba en un auto.

- Bien, localizadlos y dadles apoyo en la persecusión, quiero el helicoptero en el aire ya.

- Si, señora.

Pronto varias patrullas y el helicoptero estaban en marcha, todo indicaba que iban a los muelles.

- Jones,- dije a un agente- Avisa al abogado de Rafael, dile que uno de los hombres de su jefe ha sido abatido en Estación Rampart.

Me obedecian, aunque yo llevaba años siendo forense, era la policía de más antigüedad en el cuerpo. Y tras Phillips, la de mayor rango, aunque nunca lo utilizaba, prefería mi oficina de forense.

-¿Y el FBI? - Preguntó Jones.

- ¡Que se jodan! - Use mi antiguo vocavulario de agente.

En ese momento, se acercaban Robert, Marta y Jhon. Grace atendía a los heridos, mientras llegaban las ambulancias. Que se oían a lo lejos. 

Robert, estaba sorprendido de ver mi frialdad. Jhon no podía más que permanecer con la boca abierta.

Marta dijo:

- Cogeré las armas como pruebas.  Tú y tú, necesitamos todas las declaraciones por escrito.

Los agentes asintieron.

- Robert, Jhon, iros a mi despacho. Tomaros una copa o una tila, lo que necesiteis. En breve estaré con vosotros. Pondré  un poco de orden aquí. O si lo deseais, volved a casa. Dudo que podamos hacer algo hoy.

Robert añadió:

- No, no me iré. Me tomaré algo y te esperaré. Además como abogado debo de estar a tu lado. Está claro que venían a por tí.

- ¿Tu crees? - le preguntó Jhon.

- Preguntaron por ella.- Dijo muy serio.

- Jhon, será mejor que te vayas. En cuanto esto llegue a la prensa, tu mujer y los niños se preocuparan...- Dije.- Pero antes, tomate una tila. No creo que puedas conducir ahora mismo. 

- Estoy bien. Vamos a tu despacho.

Las ambulancias habían llegado. Los medicos se hacían cargo de los heridos. Grace, preparaba el cuerpo de Raúl para desplazarlo al laboratorio. Allí haría su parte de defunción.

- ¡Animo chicos, saldréis de esto! - Animé a los agentes que salían en ambulancia .- ¿Cómo los ves?- pregunté a Grace.

- Saldrán de esta, aunque como has visto, Paul, ha perdido mucha sangre, creo que uno de sus riñones ha sido dañado, pero la bala tuvo salida, gracias a Dios, no habrá infección.

- Ok.- Miré a Jones, este me contestó.

- Viene el mismisimo Rafael, en carne y hueso.

- Será interesante...- contesté, aunque en mi fuero interno, me hubiera gustado que Phillips estuviera alli cuando llegase.

- Linda, una llamada, FBI.

- ¡¡La madre...!! Pásamelos al despacho de Phillips y recoger todo. En breve tendremos aquí a los buitres de la prensa.

Me dirigí al despacho de Phillips . Allí atendí la llamada.

Sin ni siquiera hablar oí :

- ¿Phillips?  Le dije que no se metiera en nuestra investigación.

- Disculpe, Phillips está ocupado en este instante, pero nosotros no nos hemos metido en nada. Dos hombres de Rafael, acaban de atacar nuestro departamento. Y ustedes, no han movido un dedo. Tenemos dos agentes heridos. No creo que debamos dar explicaciones, mas bien, nos la deben.

- Le pedimos a su jefe que no se acerque a Rafael.

- Y no hemos incumplido. Es Rafael quien viene a nosotros. ¿O no ha oido la conversación con su abogado?

- Vuelvo a repetirselo, como Rafael se nos escape...

- Señor, Rafael no se sí se le escapara. De momento, lo tenemos nosotros... ¡Que tenga un buen día!

Colgué, me sentía super fuerte en ese instante, era como si al fin, reuniera toda la fuerza que habitaba en mí y la expusiese sobre mi placa de policía. Ahora si estaba preparada para enfrentarme a Christopher.

Me dirigí a los calabozos y pedí que lo pusieran en la sala de interrogatorios.  ¿Porqué ahí? Pues a través del espejo, había una cámara que se activaba al tiempo que la luz en la sala, si ocurría algo anormal quedaría constancia.

Cuando estuvo esposado en la sala entré.

- ¡Hola Chris!

- Mi puta preferida...- Añadió para provocar.

Reí.

- ¿Eso es lo que soy? Ayer era tu mujercita.

- Ayer, me tendiste una trampa. Sabes nena que nunca te hubiese drogado. Tu me pediste mas excitación.

- ¿Cuántas veces la has usado conmigo?

- No sé a que te refieres. 

- Mira Chris, sé que has oido el jaleo de arriba. Dos agentes estan heridos porque tú me lleváste a un hotel, donde había un cadáver. Venían a por mi, creen que pude ver la cara de los asesinos, pero tu y yo sabemos que eso no es así, porque la droga que usaste y la noche de sexo, me dejaron exausta.

- ¡Estás loca, nena!

-Sabes que hay pruebas de que estuviste conmigo y que yo no era consciente.

- ¡Pobrecita!

- Mira capullo, si antes me tenías cabreada, ahora que tengo dos compañeros heridos, más. Voy a por tí.

- ¡Mmm, que rico! Pensarás en mi.

- Chris, ¿no piensas en nadie más que en tí? ¿Y tus padres?

Le descoloqué.

- Cabrona, ¿que quieres?

- Solo dime cuantas veces has usado esa droga conmigo.

Negó con la cabeza.

- Bien, no podrás hablar con ellos ni verlos. Te declararán culpable y será lo que vean tus padres. Lo último que verán de ti, porque no soportaras la presión de la cárcel. Una pena.

Estaba dispuesta a salir cuando dijo:

- ¿Podré verlos aunque sea unos minutos?

- Dime.

- Solo esa noche. Lo siento nena, pero te deseo.

- ¡Que te pudras en la cárcel!- Y salí con la cabeza bien alta.

Robert, Marta, Jhon y Jones salían de la habitación oscura.

Christopher gritó:

- ¡Puta, me has prometido verles!

Le mostré un dedo, el dedo corazón para ser mas exactos.

- Te mataré.- Gritó.

Reí y añadí: 

- Le tenemos, quedó grabado.

Marta y Jhon me abrazaron mientras que mi mirada quedaba fija sobre los ojos de Robert.

- Te amo, me susurró.

jueves, 1 de julio de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 19

 Como era natural, nos quedamos dormidos. No más tarde de las 10 a.m. ya que Rosario, se encargó de subirnos el desayuno.

-Gracias, Rosario.- Robert se levantó de un salto y besó a Rosario.- ¿Han llamado de la oficina?

Marco dijo que os dejásemos dormir, pero si despertabas, todo estaba en marcha. Y que Jhon había ido a ver a Christopher. Que te llamaría mas tarde. ¡Ah! Y que habían solicitado ver a la señorita.

- No te dijo ¿quien?-pregunté rápidamente.

- No.- Contestó al tiempo que negaba con su cabeza.

- Llamaré a Phillips.- Hice el intento de levantarme, pero Rosario me agarró dejándome sentada en la cama.

- Lo lamento, pero de aquí no se mueven hasta que no desayunen. Ya ví que anoche cenaron poco.

Robert sonrió. Tomé un sorbo de café y mordisqueé una tostada.

-¿Contenta?- pregunté a Rosario.

Ella volvió a negar con la cabeza mientras salía del dormitorio.

-Tiene razón, desayunemos. Será un largo día.- Añadió Robert.

Tras desayunar nos duchamos. Para ser mas rápidos, cada uno en un baño.

1° Porque había que evitar que, si nuestros cuerpos se rozasen, no pudiéramos evitar nuestro frenesí.

2° Porque cada uno tenía la ropa en un dormitorio diferente.

Me puse uno de mis trajes. Y Robert hizo lo mismo. Máxima formalidad para un día duro, al menos eso presagiábamos. Le pedí a Robert movernos en mi coche, ya que era mas seguro que el suyo. (Cristal blindado). No puso objeciones.

Antes de salir llamó a Marco, en manos libres.

-¡Buenos días Marco! Linda te saluda.- Sonreí mientras Robert continuaba- ¿Qué tal va todo?

-¡Buenas pareja! Como dije a Rosario, ya todo el tramite, la denuncia y todo están en juzgados. Se han aportado todas las pruebas que Phillips nos ha dado. Videos, análisis.., todo. Por otro lado, creo que Jhon quería ver a Christopher, dijo que era personal, pero que te esperaría allí para verle.

-Gracias. Le llamaré. Vamos hacia allá. Ciao.

Ya en el coche conectamos el manos libres para hablar con Jhon.

-Jhon -dije- mantente frío, no cometas una locura.

-¡Uf! Eso mejor se lo dices a Bill, creo que ya le dio un par de puñetazos. Eso si, Christopher lo provocó, hay testigos.

- Jhon, ¿sabes como se declara?

- Inocente, claro. Dice que las pruebas son falsas, que lo de la droga solo fue esa mañana y porque Linda la pidió para animarla.

-¡Será cabrón! -Añadió Robert enfadado.- ¿Y el testimonio de la joven?

-A favor nuestro, su madre esta enferma y aceptó a cambio de un puesto de trabajo.

-La necesidad obliga, pobre chica, debe estar muy confundida.- Añadí.

-Lo cierto, es que parece que no miente. Pero lo malo es que ha cometido un delito igualmente, pero intentaremos que sea mínima la pena, ya que no tiene antecedentes.

-Chris, ha seguido mintiendo a todo el mundo, ahora me da pena hasta su secretaria.

-¿Eh? De pena nada. Chistopher irá donde debe y tu no debes tener piedad ni por sus padres.

Tenía razón, sus padres siempre dijeron que yo me debía quedar en casa en mi papel de esposa. Y era eso lo que deseaba Christopher una mujer sumisa. En casa, esperándole.

Sabía que de momento sus padres no eran problema alguno, pues no residían en la ciudad. Y cambié de número de teléfono cuando Christopher comenzó a acosarme, a llamarme a diario. Al principio para suplicar, luego para insultar, culpándome de todo. Y parece ser que esa versión era la que tenía su familia, pues a su madre le faltó tiempo para advertirme que una mujer casada debe respeto a su marido, que debía estar siempre dispuesta para él y un montón de "consejos" desaconsejables debido a la situación. Así que la única forma de hablar conmigo sería el día del juicio en tribunales, porque aunque llamé a la oficina de Christopher para tenderle la trampa, lo hice sin identificación de llamada.

Casi habíamos llegado a la comisaría, Jhon nos esperaba en la puerta, al parecer, Chris también intentó provocarlo. Lo cierto, es que sabía que algo estaba tramando, lo más seguro es que nos lloviesen algunas acusaciones por agresión, tanto a Bill, como a Jhon y a Robert, el cual le dio un puñetazo inesperado. Ya que no le conocía de nada.

En breve, sabría que era mi abogado, y no dudaba que descubriera que había algo mas. Cristopher era observador.

Aparcamos.

-Robert, no dejemos que descubra que hay algo entre nosotros- dije.

Robert me miró de forma interrogativa, pero asintió. Sabía que yo era quien mas conocía a mi ex. Al menos eso imaginé siempre.

Saludamos a Jhon y nos dirigimos a la oficina de Phillips, Bill nos siguió.

-Phillips, hola. ¿Qué tal todo?

Miró a Bill e hizo un gesto para que Bill, preparase algo.

-Tenemos retrato robot de esos tipos y hay más, acompañarnos... Referente a tu ex, espero que te hayan puesto al día tus abogados.

-Si, vamos a por todas. No te preocupes.

-Bien, porque el cabrón esta provocando a toda la plantilla, se la tienen jurada. No sé cuanto tiempo lo contendré, sabes que aquí te apreciamos y mucho.

-Gracias Phillips. -Llegamos a la sala de video, Marta estaba allí con Bill.- ¡Hola! ¿Qué tenemos?

-A tus amigos, dijo Bill.

-¿Mis amigos?- pregunté.

- Los tipos que estuvieron en tu piso,- alargó la mano y me pasó las fotos robot- Estaban en el hotel esa noche. Entraron gracias a la camarera de piso de guardia, por la parte de atrás. Al parecer ella esta casada con el primo de uno de ellos. En la zona de servicio, solo hay cámaras fuera, en la puerta, y esto es lo que tenemos. Ella ha sido interrogada y despedida del hotel.

Marta se apresuró a poner el video. El coche si era de Rafael, alias "el Cuervo", pero él, no aparecía en ninguna cámara. Solo dos tipos, los dos que metieron el cuerpo, y aunque era de noche y estaba oscuro, la luz que salía de la puerta del hotel, dejó que fueran identificados.

- Son José Sánchez "Serpiente" y Raúl González "Rata". Guardaespaldas de Rafael. Ambos tienen antecedentes y están buscados en México y Puerto Rico por asesinato.- Continuó Bill. -Dos prendas, que pronto estarán en nuestras manos. Hemos pedido orden de extradición para reenviarlos a esos paises. Les encontraremos.

De repente, entró el policía de recepción.

-Linda, te buscan.

-¿Quién?

-Un latino, dice que es amigo, que lleva tiempo sin verte. Me preguntó si te encontrabas, le dije que iba a ver, pero es uno de ellos, le pedí a los chicos que no le dejen salir...

De repente, se oyeron disparos.

-¡Quietos aquí! - gritó Bill.

Salieron Bill, Phillips y el agente.

domingo, 23 de mayo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 18

 ¿Podrían ser hombres de Rafael? Necesitaba hablar con Phillips y lo antes posible. ¿Podría haber mas gente en peligro? ¿Me habrían visto esa tarde y seguido? ¿Y si..? No podía imaginar poner en peligro a los demás... Pedro era tan joven y Robert, hacía tanto por mí...

- ¿Qué piensas? - Preguntó Robert.

- ¿Qué ocurriría si me han seguido hasta aquí hoy? Bueno, no es eso lo que quería preguntar, sé la respuesta. Lo que quiero decir es...

- Linda,- me interrumpió. -  No va a pasar nada. Tengo seguridad y cámaras, tanto yo como mi padre, tenemos enemigos. Somos abogados, ¿recuerdas? Y no siempre quedan contentos con nuestro trabajo ambas partes. Me he visto amenazado a menudo y mi padre... Bueno, su final nunca pudo aclararse. Yo era joven aún, e inexperto y mi madre no sospechaba nada. Mi padre nunca quiso preocuparla. Yo podía haber abierto el caso, pero sabía lo doloroso que sería para ambos. Quizás lo hice por cobardía, pero preferí no mover nada. A veces pienso que debía de haberlo hecho. Pero, ¿Qué hubiera solucionado, si no hubiese encontrado al culpable? Había al menos 30 cartas de amenazas de distintas personas.

- ¿Y tu? ¿Cuántas de esas cartas has recibido?

- Solo son cartas. Lo tuyo es mas preocupante, porque has tenido ya contacto con ellos y lo malo es que piensan que les conoces.

- Bueno, en cierto modo, les veremos las caras, si mi vecina los pudo describir.

- ¿Veremos? No vas a salir de aquí hasta dentro de unos días.

- No. Si tenemos esos retratos, lo lógico sería que yo este ahí. No saben que sabemos que Rafael esta detrás. Hay que hablar con Phillips.

- ¿No podemos cenar tranquilos? Pensé que era una cena romántica.- Dijo poniendo cara de suplica.

- Cierto, lo siento. Un brindis por la detención de Christopher y mi libertad total.

- ¿Total? ¿Y por nosotros?

- Por nosotros también.- Añadí sonriendo.

Brindamos y cenamos tranquilamente. Hablamos de Marta y de Marco.

- ¿Crees que podría resultar?- Preguntó tras contarle algunas de las locuras de Marta.

- No sé que decirte, se le ve bien e ilusionada, hacía tiempo que no la veía tan bien y centrada. Puede ser que nuestros trabajos son compatibles, aunque no en horarios, ambos podemos entender el trabajo del otro.

- ¿Hablas de nosotros o de ellos? - Preguntó Robert bromeando.

- De ambos, o ¿me dirás que no entiendes nuestros trabajos?

- Lo cierto, es que sin vuestro trabajo, nosotros no haríamos el nuestro.

- Ya. Creí que lo tuyo eran empresas..?

- Y lo era, hasta ahora. Mi bufete hacía todo tipo de casos, pero tratar con algunos criminales era un poco "complicado". De ahí las cartas. Así que decidí dedicarme a otro tipo de abogacía.

- Pues me alegro.

- ¿De qué, de habernos involucrado a todos en este asesinato?

- Sabes que no, yo no pretendía...

- ¡Es broma! Sé que te refieres a nuestro cambio. Lo del asesinato, no tiene que ver contigo, tu eres la otra victima. Y sin querer nos has dado dos casos.

- Ya, casos que tendré que abonar a tu bufete.

- Yo se como puedes pagarme.

- ¡Ah si! ¿Como?

- Ven aquí, me vas a dar un anticipo.

Me besó dulcemente y me llevó en brazos a su dormitorio. Sin parar de besarnos, nos metimos en la cama y comenzamos a hacer el amor. Así estuvimos durante horas. Cuando el cansancio nos rindió y acostados abrazados, le dije bajito:

- Robert, necesito hablar con Christopher, no puedo abrir una nueva etapa sin cerrar otra.

- Creí que ya la habías cerrado tras tu divorcio.

- Y así fue, pero tengo tantas preguntas que necesito que me conteste...

- Vale, iremos a verlo, pero prométeme que iremos juntos.

Le miré y besé.

- Gracias y buenas noches, te quiero.

- ¿Qué has dicho?

- Buenas noches.

- No, lo otro.

- Gracias.

- Te gusta hacerte de rogar, ¿verdad?

Me reí, le besé y dije:

- Te quiero, pero también quiero a Marta y a Jhon...

- ¡Serás malvada! - Comenzó a hacerme cosquillas.

Tras unas risas mas, el añadió: 

- Te amo.

- Y yo a ti.

Nos besamos y nos dimos las buenas noches.

Él dormía como un niño pequeño, yo, en cambio, estaba preocupada. ¿Me habrían seguido hasta allí? Me daba miedo poner a todos en peligro, en especial a Robert, que se había visto involucrado en esto, solo por enamorarse de mi a primera vista. Pero también pensé, que si no era él, sería Jhon y su familia. De todas formas alguien saldría dañado y si me ponía a pensar bien, el único culpable de todo era Christopher, que me había llevado a aquel hotel, aquella noche. Pero si creía en el destino, mi destino estaba escrito desde que nací. ¿Hubiera estado igualmente en una situación así a mi edad, cuando pensaba que todo ya estaba bien atado?

Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, no podía dormir. Con cuidado me deshice del abrazo de Robert y me fuí a al dormitorio donde pasé la tarde, allí estaba mi ordenador y podría acceder a los datos del caso. Tras unas horas delante del portátil, ví que Marta había introducido nuevos datos. Y allí estaba, en el jarrón, el rostro que se veía era de Christopher. Y la droga coincidía con la que Grace decía que estaba en mi sangre. " ¡Bye, bye, Chris!" Pensé. Pero... de repente se hizo la luz.

Corrí hasta el dormitorio principal.

- ¡Robert, Robert..! - le susurré al oído.

- Dime, ¿estás bien?

- Si, solo que... Si hay imágenes de Christopher en el hotel. ¿Por qué no de los asesinos?

- Si, claro. Entraron por la puerta principal, con el cuerpo como si nada.

- ¡Robert, espabila!

Bufó y añadió:

- Linda, te entiendo. No hemos pedido los videos de la zona de servicio y será por ahí, por donde metieron el cadáver. Si vieron a alguien, lo sobornarían o lo quitarían de en medio. Habrá que volver al hotel.  Y tu y yo, a la cama. No podemos hacer nada hasta que amanezca. Aunque ya veo que faltan solo un par de horas. ¡Por favor, Linda..!

Me recosté a su lado, le besé, le pedí perdón y nos dormimos.

martes, 18 de mayo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 17

Me dirigí a la cocina, Rosario recogía todo lo del almuerzo.

- ¿Puedo ayudarla?

- No, señorita. Por aquí todo esta listo. ¿Puedo ayudarla yo a usted?

- Por favor, no me hable de usted. Y antes de nada, gracias por todo.

- Todo lo que le haga bien a Robert, será bien recibido. Disculpe, me corrijo, al señor Robert.

- ¿Conoce a Robert de hace tiempo? -Pregunté sentandome en la mesa de la cocina.

- Desde que se sentaba donde usted ahora, con tan solo 16 años. Esta casa era de sus padres. Es hijo único y heredó todo. Incluido el servicio. Aquí conocí a mi marido y aquí nació mi hijo Pedro.

- Rosario, ¿qué les paso a sus padres?

- El señor, falleció en un accidente aéreo. Su madre, volvió a casarse y vive en Italia. Lo dejó todo a cargo de Robert. Incluido al señorito Marco.

- ¿Marco? ¿Son familia?

- No, Marco es sobrino del nuevo esposó de la señora, un buen abogado. Robert, le conoció en Italia y se lo trajo con él. Al principio, vivía aquí, pero ya se independizó. Y perdone, no piense que soy una chismosa que cuenta todo al primero que llega. Solo que el señor pidió que se la tratase como de la familia y que todo lo que deseará saber, se lo contase.

Pensé durante unos segundos y no pude más que reir. Se veía que Robert me iba conociendo, a mi y a mi curiosidad.

- Rosario, ¿podría Pedro acompañarme a mi casa?

- Si señorita, lo llamaré.

Avisó a Pedro a través de un walkie talkie. Y en breve estuvo allí mismo.

- Pedro, ¡hola! ¿Puedes llevarme a mi casa, voy a recoger mi coche?

- Claro señorita, cuando usted diga.

- ¿Puede ser ya? Quiero estar de regreso para cuando llegue Robert. Por cierto Rosario, ¿puede dejarme algo para hacer de cenar yo? Así os tomais la noche libre. Quiero sorprender a Robert.

- Como quiera. Espero a que lleguen y ya hablamos.

- Gracias, volvemos en seguida.

Pedro y yo nos dirigimos a la camioneta. Y de ahí a mi apartamento. Entré en el piso a recoger una botella de vino. Bajo la puerta, había una nota.

"Linda, hoy han venido unos señores preguntando por tí, les dije que estarías en la Estación Rampart. Tu vecina."

Tras cerrar la puerta me dirigí a casa de la vecina, me dijo que eran latinos, ¿me estarían vigilando? ¿Cómo me habrían encontrado? ¿Sería la gente de Rafael?

Inmediatamente llamé a Phillips y le conté lo sucedido.

- Enviaré a alguien, haremos un retrato robot. Y por favor, coge tu pistola. Esta gente es peligrosa.

Hacía años que no pensaba en mi pistola. Renové el permiso, cuando hace años durante una investigación hubo fuego abierto, tras comunicarnos la situación de un cuerpo. En aquel instante solo pude protegerme tras el cadáver, pero no pude hacer nada para evitar que Bill recibiera un tiro por mí. Decidí que siempre llevaría una pistola encima. Pero la escondí cuando las cosas entre Christopher y yo empezaron a ponerse feas. Prefería tenerla lejos, por las tentaciones. Lo cierto, es que yo tambien era agente de policía, pero me aparté por ser forense.

Regresé a mi apartamento y la guardé en mi mochila. Salí en dirección al parking donde estaba mi SUV.

- Pedro, saldré por esa calle. Vayamos uno, tras el otro.

- Estupendo.

- Te tocaré el claxón  al salir del parking. Así verás mi coche.

Me dirigí a sacar mi coche y al avisar a Pedro, pude ver su boca tan abierta, que no puede mas que reir. Ví por el retrovisor como me seguía. Al llegar a casa de Robert, Pedro me comunicó donde estaba el garaje para dejarlo allí. Al abrir la puerta, la que abrió la boca fuí yo. Había al menos 6 coches, desde el más clásico a su moto.

- Creo que lo dejaré aquí fuera, que sea Robert quien lo meta. No me atrevo -añadí por miedo a rozar alguno.

Salí del coche para dirigirme a la casa. Pedro no paraba de mirarme.

- ¿Te gusta mi coche? - pregunté.

- Si señorita, pero no entiendo, si es capaz de conducir un auto así, ¿por qué no lo estacionó en el garage?

- ¿Vistes todos esos autos? Algunos valen mas de lo que gano en años. Pero, ¿cómo adquirió Robert todos esos coches?

- Alguno ya era de su padre y esos no los toca, yo me encargo de mantenerlos limpios por fuera y por dentro. Y una vez al año viene un mecánico especializado a revisar los motores. Pero ya vió, todos son deportivos. Pero el suyo es.., impresionante.

Reí.

- La próxima vez que salgamos, conduciras tu mi auto.

Por un instante se olvidó de todo y me abrazó, dando un gran salto de alegría hacia mi. Ambos reímos. Pero Rosario regañó a su hijo, recordándole cuál era su lugar en la casa.

- Rosario, déjelo. Yo no soy su jefa, seremos amigos si él lo desea.

- Disculpe señorita. -Dijo Pedro.

Pero antes de salir volvió a mirarme y sonrió de nuevo.

Rosario había dejado un delicioso pescado listo para meter al horno. Y fruta fresca y verduras para yo poder completar el plato. Lo demás era cosa mía. Pregunté por velas para decorar la mesa y pronto Rosario me indicó donde se encontraba cada cosa, como manejar los fogones y el horno. Y tras mucho protestar conseguí que saliera de la cocina.

Mientras todo se cocinaba, preparaba la mesa con cariño, unas flores del jardin, velas y una bellísima y fina porcelana.

- ¡Mmm, huele delicioso! - Dijo Robert entrando en casa y dirigiéndose a la cocina. - ¿Rosario? - Llamó.

-No está. Estamos solos, le dí la noche libre. - Contesté entrando en la cocina.

- ¡Vaya, vaya! Ya vas tomando posiciones en la casa.

- Perdón, pero...

Se acercó y me besó.

-  Es broma, Rosario, no te dejaría sola de no estar segura de que estas bien.

- Pues, he de decir, que me ha costado bastante trabajo que abandone su puesto.

- Rosario es como mi madre, siempre nos cuidará.

- Lo sé.

Me miró interrogante.

- ¿Ya has estado preguntando?

- Bueno, no mucho...- Le guiñé un ojo.

- Por cierto, Pedro habrá alucinado con tu coche ¿no?

- Si. Le prometí que lo conduciría la próxima vez.

- Pensé, que el próximo en moverlo sería yo.

- Y asi es, lo dejé fuera con las llaves puestas para que lo metas en el garage.

- No. Creo que tu coche será mas seguro los próximos días. - Dijo con cara de preocupación.

- ¿Qué quieres decir?

- Me llamó Bill, ya sé que te buscan. Según Phillips, será mejor que no te muevas de aquí en unos días.

- Pero, hay que resolver lo de Christopher.- Añadí preocupada.

- Lo haremos nosotros, cuanto menos se te vea por la ciudad mejor y más ahora que saben donde trabajas.

Asentí aquello no me gustaba nada, pero era lo único que podía hacer por el momento.

- Vamos a cenar.- Dije mirandole a los ojos.

viernes, 7 de mayo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 16

 Llegamos en silencio y entramos a voz de grito.

- ¡Hola, estamos en casa! - Rosario y Pedro salieron a nuestro encuentro - ¿Puedes llevar a la señorita a la habitación de invitados? Necesita un baño, ha sido un día complicado.

- Si señor, - Rosario me acompañó arriba y añadía mientras ascendíamos - Pedro, pon las maletas de la señorita en su dormitorio.

Rosario me preparó un baño de espuma. Me sentía en las nubes, no podía creer lo que había pasado. Pero conseguí añadir.

- Rosario, ¿podría deshacerse de esta ropa después?

- Como desee, señorita usted manda.

- Gracias.

Me quedé sola, lo necesitaba. Robert lo entendía.

Pasaron horas desde que tomé mi baño, me acurruqué en la cama, con un albornoz blanco y aunque en un principio, sentí tanto asco, tanta rabia interna.... ¿Con quien había estado casada tantos años? ¿Cómo me pudo engañar? ¿Cómo no le conocía de nada? Me sentía estúpida. Pero me dormí, el cansancio del stress supongo. Desperté al oír ruido abajo. Los invitados, pensé. Me levanté, me puse un jeans y una camiseta y bajé rápidamente.

- ¡Hola! - Me sentía avergonzada, Robert me dejó mi espacio y no se lo había agradecido como debía.
- Gracias, Robert.- Le susurré.

Marta y Marco habían llegado, fué ella con su estridente alegría quien me despertó. Aún no habían llegado Jhon y su esposa.

Realmente para mi, Marco era nuevo, no le recordaba mucho. Me sonaba su cara pero nada mas. Para Robert, su socio y para Marta, no era así. Parecían un grupo familiar. Marta y Marco contaban sus aventuras en Italia, parecía que se habían divertido mucho, con Marta no era de extrañar.

- ¿Cómo estas tesoro?- Preguntó Marta.

- Bien. Un poco desconcertada, pero a la vez, siento una liberación enorme de ver que me libré de un tipejo como ese. ¿Usaría drogas conmigo durante el matrimonio?

- No pienses en eso ahora.- Dijo Robert.- Está donde debe.

- ¿Y tu mano?- pregunté al recordar el puñetazo.

- No me duele tanto, como pensar que te puso esa droga en tu copa. ¡Parecía todo tan sub-realista! Aunque lo hiciste genial, eres muy valiente.

Sonreí y le agarré la mano, la tenía hinchada, pero no se quejó.

Marta continuó contándome, por petición mía, su apasionada historia con Marco. Parecía que por fin, había encontrado a un chico de su agrado y parecía que aquella relación podría durar algún tiempo...

Mientras, Rosario, colocaba la mesa. Jhon llegó a tiempo. Tan puntual como siempre, acompañado de su mujer que ya estaba al tanto de todo lo sucedido.

- ¡Hola cariño! - Se acercó Jhon.-¿Qué tal estas?

- Muy bien, sabes que soy fuerte.

Ambos asintieron, pero su esposa añadió:

- Linda, sé que estarás muy aturdida con todo esto, tendrás preguntas y te aseguro que con ayuda de Jhon, conseguirás resolverlas. Ahora es momento de disfrutar de tu libertad y de saber que canallas como él, pagarán por lo sucedido.

- Gracias. Y es cierto que me siento perdida. No llegué nunca a conocer a la persona con quien me casé...- Iba a continuar cuando Marta me interrumpió.

- ¡Eh, eh, eh! Veo por donde vas, y no te equivoques. Hay hombres y hombres. Y de eso yo sé bastante. Hay lobos con piel de cordero y corderos con piel de lobo. ¿No es cierto Marco?

- Cierto. Yo soy uno de los segundos. Implacable y frio en el trabajo y "molto romantico en el amore".- Añadió lo último con su acento italiano.

No pude más que reír y mirar a Robert, el también lo parecía, es decir, el cordero con aspecto de lobo.

Nos sentamos a la mesa. Todo estaba genial, se apetecía una buena comida con amigos. Y aunque aún quedaba mucho que solucionar con Christopher, por lo judicial, lo discutiríamos tras la comida, también había que trabajar en el caso del asesinato. ¿Estaría Rafael implicado? Solo esperaba salir de aquella pesadilla cuanto antes.

Tras la comida, relajada y con algunas risas y con el café en mano, Robert añadió:

- Lo acusaremos de acoso, con agravantes, violación y premeditación. ¿Qué tenemos de la chica que puso la droga?

Lo del acoso, fue antes del divorció, por suerte pasó o eso parecía hasta que... sucedió.

- Una becaria, a la que prometió ascender si gastaba una pequeña broma a Linda, su ex. Según cuenta, no sabía ni lo que era, pero por lo visto Christopher, la tenía también en el bote.- Contestó Jhon.- La joven está desconcertada y se siente culpable.

- ¿Y que es de su "amorcito" la secretaria?- Preguntó Marta.

- Supongo que otra tonta, como Linda, y perdona - bromeó sonriendo Jhon.

- Me lo tengo merecido, gracias. Pero tampoco tu supiste verle las orejas al lobo. Te recuerdo que le conoces hace años.

- Touché.(Expresión que se usa en esgrima cuando tu adversario, te toca con su espada en señal de tocado). Nos engañó en cierto modo a todos. Y digo esto, porque tanto tu, como yo sabíamos que era un mujeriego. Pero no pudimos demostrarlo hasta hace un año.

- Es verdad, para que mentirme. Muchas noches llegaba tarde, oliendo a alcohol y a perfumes baratos. De ahí mi sospecha, hasta que lo cazamos. Pero no entiendo su obsesión hacia mi, teniendo a otras.

- Egoísmo. ¿Y ahora que toca? - preguntó Marta.- ¿Juicio?

- Juicio y a por todas, lo poco que ganó con el divorcio puede perderlo. Porque vamos a por todas, ¿no Linda?- preguntó Jhon.

- Si. Aunque no quiero nada de él, tampoco le dejaré nada ganado con el sudor de mi frente o mas bien, con algo que pagué de sobra.

- Pues listo.- Agregó Robert- Mañana iremos a ver las declaraciones de la chica y de él. Y comenzaremos a trabajar en este caso. Si me permitíis yo trabajaré y lo llevaré de cerca, pero en el juicio lo defenderéis Marco y tu, Jhon. Creo que estoy demasiado implicado emocionalmente y no sé si podré tenerle de frente.- Añadió mirándose la mano.

Jhon y Marco asintieron, pero Jhon contestó:

- Juro que lo destrozaré en el estrado. Nadie le tiene mas odio que yo ahora mismo.

- Disiento de eso - dijo Marco mirándome.- Creo que Linda os gana a odio.

Todos reímos, menos Robert, que sonrió y añadió mirándome.

- Solo espero que ese odio, no te haga daño.

- Realmente, no creo odiarlo, no sé que siento, pero no es odio. Además, no te preocupes, he encontrado a alguien que me hace olvidar todo...- Le miré cariñosamente.

- ¡¡Uuuhhh!! Creo que sobramos.- Dijo Marta.- Además yo si trabajo ahora. Quiero tenerlo todo listo para mañana, cuando lleguéis.

- Vamos, te acompaño- anunció Marco.- Ciao, nos vemos mañana en la comisaría.- Despidiéndose.

Marta me besó y se alejó, no sin antes hacerme un comentario de los suyos. " Disfrútalo al máximo" refiriéndose a Robert. Le sonreí y me despedí.

Jhon y Robert, se apartaron para hablar, mientras que yo me despedía de su mujer y enviaba besos para los niños. Cuando se marcharon, Robert se acercó a mi, me rodeó con sus brazos y dijo:

- ¿Estas bien? ¿Necesitas algo?

- Estoy perfectamente, si tienes que trabajar, lo entenderé. Puedo conocer más a Rosario.

- ¿Estás segura? Aunque solo tengo que firmar unos documentos en la oficina y regresaré pronto. Aunque si lo deseas puedes venirte.

- No te preocupes, todo esta bien. Le diré a Rosario que alguien me acompañe para poder recoger mi coche, creo que a Pedro le gustará. 

- Es verdad, tu coche... ¿Qué coche llevas?

- Un todoterreno, mejor que una camioneta.., para cargar compras... Es color negro, te gustará. Es solo un Cadillac Escalade, lo compré hace un año, 420 cv de potencia...- presumí un poco.

- ¡¡ Woouuw!! Chica dura. - Se mofó.- Aunque no tengo ninguno en mi colección. 

- ¿Colección? ¿De que hablas?

Se echó a reír y salió de casa.

viernes, 30 de abril de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 15

 Hicimos el amor como locos, de forma dulce, sensual. Había mas amor que puro morbo sexual. Cada caricia se expandía por mi cuerpo como descargas eléctricas que inundaban mis sentidos.

Nos besábamos y acariciábamos mutuamente, hablábamos, sonreíamos... A Robert, tras un orgasmo se le escapó un "te amo". Hacía tanto tiempo que no me sentía amada... No era lo mismo oír aquellas palabras de alguien vacío, sin sentimientos, que oírlas de alguien que lo demostraba. Cada vez estaba mas segura de los sentimientos de Robert, a pesar del poco tiempo juntos. Pero ¿y mis sentimientos? ¿Qué sentía yo?

Amaneció. Sonó el teléfono justo antes que el despertador. Jhon. Debía ser urgente. Lo cogí, Robert se preocupó:

- ¿Puedes poner manos libres?

- ¡Hola Jhon! Estas en manos libres, aquí está Robert.

- ¡Hola a ambos! ¡Me alegro que estéis juntos! Pero sobre todo porque se quien es la chica del video, apenas dormí pensando donde la había visto. Y ahora si que sí, me voy al juzgado a poner la demanda en tu nombre, diremos que recordaste quien te llevó al hotel.

- ¡Alto! No te precipites. - Grité. - No tenemos mas que un video y mi confirmación de que es él. Pero, ¿y la chica?

- Una estudiante en prácticas en su despacho, solo Dios sabe que le habrá prometido.

- Ok. Búscala, la llevaremos a comisaría para que la interroguen.- Contestó Robert.- Referente a la denuncia, espera. Vamos a por las pruebas, no te precipites como dice Linda, o se nos escapará. Entiendo tus sentimientos mejor que nadie, yo le mataría ahora mismo, pero la ley es la ley. Pensemos con la mente fría. Te aseguro que tendremos la oportunidad de vengarnos.

- Llevas razón Robert, pero al saber quien es la chica, es como verlo todo a la luz de un inmenso foco que le apuntaba directamente... Linda ¿Cómo estás?

Oía a ambos y sabía quien era el del video, pero, ¿por qué? ¿Qué le había hecho yo? ¿No era yo la afectada? Y por partida doble. Antes y después.

- Estoy bien. Haremos lo que Robert diga. Creo que ahora mismo es el que mantiene la mente mas fría. Llama a Phillips, cuéntale quien es la chica y él. Dile que necesitaremos a Bill y a un equipo, pero que se lo entregaremos en bandeja. Gracias eres un verdadero amigo.

Robert añadió: 

- Jhon, haz lo que te ha dicho Linda, y si no has descansado en toda la noche, descansa y deja que Phillips haga su trabajo.

- No descansaré hasta que se haga justicia con Linda.

- Te entiendo. ¡Ah, por cierto..! Linda se muda a casa, nos vemos allí para almorzar y te contamos.

- ¡Estupendo, nos vemos socio! Besos Linda. ¡Hasta pronto!

- ¡Hasta luego! - Contesté, colgué y miré a Robert.- ¿Y ahora?

-Ahora, haz las maletas. Haré desayuno, vístete sexy y mucho, vamos a por ese cabrón.

Asentí. No tenía ropa sexy, pero pensé que no sería mala idea ponerme la ropa de esa noche, que ya me fue devuelta al no encontrar nada. Así sería como decirle que lo recordaba. Me vestí. Salí y desayuné con Robert.

El me fue explicando que haríamos para pillarle. Llamó a casa, Rosario atendió rápido. Ya todo lo hacía a manos libres, para no ocultarme nada.

- Rosario, envía a Pedro a la dirección de anoche, tiene que recoger el equipaje, cerrar todo. Pero que instale un temporizador de luces, para que parezca que reside alguien. Para almorzar estaremos en casa, creo que seremos 3, confírmalo con Jhon, por si viene su esposa, seremos entonces 4. Gracias y recuerda todo saludable.

- Si señor, como usted mande. En breve estará ahí Pedro con la camioneta.

- Nos vemos, un beso Rosario.

- ¡Hasta ahorita, señor!

Colgó y dijo:

- ¿Dispuesta?

Asentí, cogí mi bolso y me aseguré de llevar las llaves de la casa grande. Hablé con Bill, todo estaría dispuesto. Salimos de casa, tardamos en llegar a la casa donde residí tantos años de casada. Entramos, todo seguía tal cual, la inmobiliaria se encargaba de que todo estuviese perfecto, limpio... No habría visitas hasta el próximo jueves, así que la casa estaba a mi disposición.

- ¡Es preciosa! Una pena que la vendas, aunque ahora entiendo que no quieras nada que te recuerde a tu exmarido.

Bill llegó al rato de estar allí, instaló cámaras y micros.

- Todo listo. Robert, ¿te vienes a verlo todo a distancia?

Me asusté, no quería tenerles lejos.

- ¿Puedes poner el ordenador en el trastero?- pregunté, estaba aterrada, me enfrentaba a un desconocido.

- ¡Claro que sí, tesoro! - dijo Marta desde la puerta.- ¿Pensabas que te dejaría sola en este lío?

- Pero... ¿Como..?- Pregunté incrédula.

- Bueno, Robert habló con Marco, son socios y le habló de un caso, tu caso, sin decir nombres, no quería estropear nuestras vacaciones, pero Marco quería estar cerca de su amigo. Yo por mi parte llamé a Phillips, no contó mucho, pero llamé a Bill y a Grace. Até cabos y aquí estoy. Sabes que soy la mejor criminóloga.

Reí y la abracé.

- ¿Podéis instalarlo cerca? ¿En el trastero o en el garaje?

- Si, en el trastero. ¡Vamos Bill!

Me quedé durante unos minutos con Robert.

- ¿Lista? Si no puedes lo dejaremos.

- No te preocupes, puedo con esto y más sabiendo que estáis cerca.

- Pues vamos allá, llámale. 

Cogí mi teléfono, inspiré hondo y marqué.

- Hola. ¿El Sr. Glaswod? Soy Linda. Gracias.

Atendió su secretaria y pasó la llamada.

- ¡Hola, preciosa! ¿Qué tal tu vida de divorciada?

- Pues, muy bien. Comencé con una fiesta y terminé con un tipo en un hotel, un tipo que me pone muchísimo. Tanto que te enviaré una foto. Por cierto, ¿repetimos?- pregunté tras enviar un selfie mío en el salón, en el que había sido durante años su sofá preferido.

- ¡Me encanta como te queda esa camisa! Pero, ¿Cómo te acuerdas del hotel?

- Pues no sé, lo soñé anoche. Me puse muchísimo y recordé lo bueno que eras haciéndome el amor. Lo echo de menos.

Robert, me miró como diciendo, "no te cueles". Le sonreí.

-Estaré ahí en unos 30 minutos.

- Te espero Cristopher.

- ¡Ten mucho cuidado!- Añadió Robert nada mas colgar el teléfono.

Bill y Marta aparecieron en la sala.

- La conversación se ha oído bien.- Dijo Bill.

- No te preocupes, estamos aquí, ese cabronazo no se saldrá con la suya. Tu te mereces lo mejor. - Marta miró a Robert.

Le sonreí y añadí:

- Hay mucho más ya te contaré. Por cierto, ¿Robert podemos invitarla para ponerla al día? 

- Llamaré a Rosario, seremos 6.

- Me alegraba la idea de tener a la mesa a mis mejores amigos, Marta, Jhon y su mujer, y ahora a Robert. Me sentía un poco más segura, solo de pensar que tenía gente tan fantástica a mi lado.

- Bien, los coches ya están fuera de la vista, cada uno a su posición.- Dijo seriamente Bill.- ¿Bien?- Me miró.

- Si. Todo bien, gracias.- Besé a Robert.- Comienza la función.

Me senté en la mesa, mi vaso estaba lleno de té con hielo, en un vaso de whisky. Oí como el coche de Cristopher se acercaba a la casa. Tomé una bocanada de aire.

Entró y añadió:

- Sabía que no estarías mucho tiempo sin mí.- Vino derecho a besarme, le esquivé.- ¿Qué pasa nena?

- ¿Un whisky?- Llené su copa sin esperar respuesta, sin dejar la mía,- Se te vé muy bien.

- No sin tí, te echo de menos, mi secretaria como te dije es solo un buen polvo.

- ¿Y yo? ¿Qué tipo de polvo soy?

- ¿Qué dices..? Tu no eres un polvo. Eres mi amor, mi mujercita hasta que la muerte nos separe. ¿Recuerdas?

- ¿Te puedo preguntar algo?- Dije acercándome a sus labios- ¿Lo del hotel fue real? Porque me encantó y quiero repetir.

- ¿Lo dudas? Me viniste a buscar, bebiste y tu subconsciente te trajo a mí.

- ¿A un hotel? ¿Cuándo quedamos?

- No fue así tesoro, bebiste mucho, nos encontramos en la discoteca y fuimos juntos. Tu pagaste el hotel.

- Si lo sé. Me llegó el cargo a la tarjeta, pero estaba confundida no sabía si había estado contigo. Pero.., ¿con quién si no es contigo?

- Solo conmigo y para mi.- Puso sus manos sobre mis nalgas y me pegó a él.- Te voy a hacer la mujer más feliz del mundo.

- Chris...- Susurré a su oído.- ¿Y tu secretaria?

- Esa esta olvidada. Después de verte en el hotel tan caliente, dándome todo lo que no estabas dispuesta a darme de casada...

- ¿Por qué no me cuentas todo lo que hicimos? Me pondría muy cachonda.

- ¡Qué tontería, repitamos lo que ocurrió!

- No sé, es que siento que no estoy tan excitada y es mi tercer whisky.

- Eso tiene solución, sacó una pastilla de su bolsillo, mientras me baboseaba mis pechos y me magreaba.

- ¡Uuufff! ¿Tomé una de esas?

- No mi amor, esto está mejor con el whisky.- La echó a mi copa y me la ofreció.

- Gracias, Christopher.

De repente, entraron en la sala Bill y Robert juntos, les seguía Marta.

Robert se acercó y le dio un puñetazo, antes de darle tiempo a reaccionar.

- ¡Esto es por ella, capullo!

Bill lo cogió del suelo y lo esposó, añadiendo:

- ¿Sabes que hacen con tipos como tu en prisión?

Marta le miró y escupió al salir.

- ¡Cerdo!- Corrió hacia mi.- ¿Estas bien tesoro?

- Necesito un baño. Coge ese vaso, es la prueba.

Asintió y comenzó a hacer su trabajo. No sin antes añadir, mirando a Robert.

- Envíame la ubicación.

El me abrazó y me sacó de allí. Entregó las llaves de mi antigua casa a Bill, que había regresado de dejar a Chris en el coche patrulla.

- Recoger todo, gracias. ¡Ah! ¿Podrías decirle a Phillips, que Linda no irá a la oficina hoy? Creo que ha tenido suficiente por hoy.

- Sin problemas. Gracias a ti por ayudarnos, nos vemos. Y cuídala.

Robert me acompañó a su coche, nos dirigimos a su casa.

viernes, 23 de abril de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 14

 Me fijé en que se había cambiado de ropa, llevaba un pantalón negro, con una camisa blanca, algo entallada y una chaqueta negra. Estaba radiante, aunque en los últimos minutos en su rostro se veía preocupación. Le miré y dije:

- Gracias por acompañar a Jhon, por cierto, me drogaron dos veces.

- ¿Cómo? - Su rostro se desencajó por completo.

- Si. Un afrodisiaco en la discoteca, diluido en la bebida y un pinchazo de heroína.

- ¿Heroína? ¡Te podían haber matado! - Se le veía asustado.

- ¡Calma! Estoy bien. ¿No me ves? Si es cierto que hasta yo me asusté de pensar en ello, pero el que me puso la heroína la tendría para otro fin y no quiso desperdiciarla. O eso, o se equivocó de chica al pensar que moriría como el pobre del baño...

- No bromees,- dijo seriamente - estamos hablando de drogas duras.

- Lo mismo, aún estoy bajo sus efectos, y todo lo de anoche no ocurrió.

Me miró enfadado, le sonreí y le besé.

- No te preocupes, seguiremos con dietas sanas para limpiar de toxinas mi débil cuerpo.

Bromeaba en parte, no era mala idea seguir con zumos y mucha agua, pero lo de débil cuerpo no lo tenía tan claro, tras superar aquellas drogas en unas 30 horas aproximadamente, ya que supuse que la heroína la pusieron al mismo tiempo que el cuerpo en el baño.

Llegamos a casa, Robert aparcó, tenía claro que no me iba a dejar sola ni un segundo y menos después de conocer lo ocurrido.

- ¿Un baño relajante?- pregunté mientras caminábamos hacia mi apartamento.

- Yo me encargo de la cena, mientras tu lo preparas.- Añadió y aunque su rostro seguía preocupado, me ofreció una hermosa sonrisa.

Le devolví la sonrisa mientras abría la puerta. Entramos, solté las llaves y le besé. Sus labios me resultaban tan cálidos, que era la droga mas fuerte que había probado en toda mi vida de forma consciente. Sus labios, sus besos, me volvían loca.

Me devolvió el beso y me abrazó fuertemente.

- No quiero perderte y menos ahora que te tengo entre mis brazos.

- No lo harás.- Agregué y me separé de el para dirigirme al baño.

Le oí llamar por teléfono, pedía comida a alguien.

- ¡Eh, eso es trampa! Creí que cocinarías.

- Dije que me encargaría de la cena, no como. Y sí, señorita, todo natural, nada de toxinas, ni alcohol, dieta depurativa.

- ¿Has llamado a un nutricionista?

- No. A Rosario. Ya sabes... - me guiñó un ojo.- ¿Y ese baño?

- Listo. Mucha espuma, sales de baño de lavanda y romero, para relajarnos. Solo faltamos nosotros, antes de que el agua se enfrié. Pero habrá que esperar la cena. ¿O no?

Meneó su cabeza, negándolo. Envió un mensaje y puso mis llaves fuera.

- Listo. ¿Vamos al baño?- Se acercó, me abrazó, me besó y caminamos abrazados hasta el baño.

Nos quitamos la ropa entre besos y caricias. Entramos en la bañera, primero él, luego yo de espaldas a él. Me besaba el cuello y el pelo... Me sentía tan segura con él, que me olvidé que alguien entraría en mi piso mientras estábamos desnudos en la bañera.

- Linda, ¿por qué mientras acaba esto, no te mudas a mi casa?

- ¿Qué? ¿Estás loco?

- Es por tu seguridad, no te obliga a nada, puedes volver aquí cuando te apetezca. Pero en casa, tengo cámaras, seguridad contratada. Eso sin contar que allí, residen Rosario, su marido que se encarga del jardín, piscina y mantenimiento. Y su hijo, un joven que es el que se encarga de llevar y traer mis pedidos. Nunca estarás sola, aunque lo parezca. Y estaré yo. Si quieres.

- Robert, estoy bien. Aquí hay vecinos y siempre supe defenderme.

- Pero y si... No quiero ni pensarlo, pero...

- ¿Qué? ¿Dime?

- Esos tipos que dejaron el cadáver no saben, si puedes o no culparles, ¿y si pusieron la heroína para matarte? ¿Y si descubren que sigues viva y van a por ti?

- ¿Tu lees mucha novela policiaca? - Me reí. Pero la verdad es que su teoría encendió una alarma en mi cabecita. No quería que nada arruinase mi noche con Robert.

- Bueno, al menos dime que lo pensarás. - Rogó con su mirada.

- Lo pensaré, ahora es hora de relax. - Me giré y frente a él, le besé.

Acabamos teniendo sexo en el baño y aunque el agua estaba helada, nos sentíamos más calientes que nunca.

- ¿Cenamos?- preguntó Robert.

Mi cara tuvo que ser de estupor solo de pensar que el joven entró en el piso mientras hacíamos el amor, tuvo que oír mis gemidos ¡que vergüenza!

- ¿Nos habrá oído?- Pregunté.

- Sordo, creo que no es. Despistado un poco, pero buen chico.- Rió.

- ¿Y pretendes que me vaya a tu casa? ¡Que vergüenza! ¿Cómo les miro a la cara?

- Pero, ¿pensabas venirte? Porque yo lo soluciono y rápido.

- ¿Cómo?- Pregunté.

- Le envió a estudiar a Europa.- Arqueó sus cejas rápida y repetitivamente, como gesto de broma.

- ¡Estás loco!

- Por tí.- Y me besó, envuelta ya en la toalla.

Nos dirigimos a la cocina y allí había unas bolsas, con una nota. " Sr. Callagham. Está todo lo que usted ha pedido, el zumo y el agua mineral están en la nevera. Espero que todo sea de su agrado. Buenas Noches."

Ví como cogió el móvil y envió un audio.

" Gracias, sois increíbles, buenas noches, podéis descansar, no regresaré esta noche." Dijo buscando mi aprobación. Le sonreí, mientras sacaba el contenido de las bolsas. Eran portas térmicos, en ellos había unos jugosos filetes salteados con verduritas, una ensalada de frutas y como no, zumos y agua mineral. Lo colocamos todo sobre platos y cenamos en el salón, coloqué unas velas aromáticas.

Era la mejor velada en años, un hombre hermoso, atractivo, que se preocupaba por mí y con el que podía hablar de todo un poco. Confiaba en él, yo misma me sorprendía de mi actitud. Nunca había sido así, nunca había tenido tanta soltura con un hombre, ¿sexo en un día? ¿Se me había pegado algo de Marta? No sabía que estaba pasando con mi persona, pero si sabía que no podía dejar de mirarle. Robert me daba muchísimo amor, lo sentía, sentía su protección, notaba su seguridad, me la transmitía. Estaba claro que estaba dispuesta a no perder a Robert, no le dejaría irse de mi vida. Le miré mientras hablábamos. Y de repente añadí:

- ¿Cuándo me puedo mudar a tu casa?

- ¿En serio, vivirás conmigo?

- No por ti, ¡no seas engreído! Es por la comida de Rosario, se que me cuidará bien. Tu sabes.., hay que desintoxicar este cuerpo. - Sonreí.

- Mañana, en cuanto despertemos. Yo me llevaré tus cosas y pediré que las instalen en casa. ¿Quieres tu propia intimidad? Es decir, ¿un cuarto para ti sola?

- ¿Tu que crees?

- Yo te pondría en mi habitación de por vida. Pero entendería que quieras tu intimidad. Eso no significa, que aunque tus cosas estén en otro dormitorio, no podamos dormir juntos.

- Bueno deja mis cosas, que ya veré yo donde las coloco.

Me besó, me cogió en brazos y me llevó a la cama.

viernes, 16 de abril de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 13

 Me dirigí a la puerta y advertí al agente del punto de información que mis invitados debían pasar a la sala de visionado, supuse que Robert podía estar interesado, así que dí ambos nombres.

Pensaba en toda esta trama, pero sobre todo en quien sería aquel hombre al que yo había besado apasionadamente. Aunque la droga hiciera su efecto, ¿mi mente era tan débil? O es que realmente, ¿no era un desconocido? Entré en la sala divagando, intentando unir cada pista hasta ahora, quien fuera aquel tipo, me siguió de la discoteca a la casa y sabía donde me dirigía para llegar unos segundos o minutos antes que yo. Estaba claro que había sido victima de alguien que me conocía bien. Pero... ¿ y si había sido Robert? Según Jhon siempre obtenía lo que deseaba. ¿Y si me hizo suya aquella noche, pensando que yo no aceptaría tener nada con él? De todas formas, si era él, lo reconocería incluso de espaldas. Había pasado un buen rato a su espalda y lo reconocería con los ojos cerrados, tras estar pegada a él en la moto.

Phillips y Bill se limitaban a mirarme en silencio, sabían que mi cabecita estaría trabajando a full. Pero, ¿y si mi sospecha era cierta? ¿Qué pasaría con Robert? ¿Sería tan insensato de perder todo su futuro por una mujer? Eso me hizo pensar que estaba divagando sin sentido. Porque... ¿Qué sentido tendría que Robert crease su imperio con su trabajo y lo destruyera por una noche de locura? Había mucho que desconocía de Robert. Sobre todo, ¿Cómo siendo tan joven era reconocido a nivel mundial? Estaba claro que aquel imperio no lo había forjado solo. Sería prácticamente imposible.

Pero, ¿Qué estaba haciendo yo? ¿Culparle? ¿Buscaba una excusa para no enamorarme? Estaba claro que debía de dejar de pensar. Aquello me volvería loca. Lo que si estaba claro, es que la persona que estuvo aquella noche conmigo, me conocía. Conocía mis movimientos y tuvo que seguirme.

- Phillips - pregunté- ¿Tenemos videos de la discoteca, de la puerta al menos?

- No la solicité, ya que tu te acordabas de todo. Pero si alguien te drogó allí, lo haremos.

- Bien. Que visionéis la puerta. Quiero ver si alguien coincide con la descripción del video que veremos ahora,  y si estaba cerca de allí.

- Tiene sentido.- Agregó Bill.- El tipo te tuvo que drogarte allí y seguirte.

Esas palabras "drogarte allí y seguirte..." volvían a poner a Robert en la lista de sospechosos. Debía olvidarme de aquello. Esperaría ver algo en ese video.

Minutos después, Jhon entraba por la puerta y Robert le acompañaba.

- ¡Buenas tardes! - Saludaron ambos.

Phillips saludó con un gesto y les instó a tomar asiento.

- Buscaremos algo que nos sirva de referente.

- Un momento, pensaba en voz alta, la reserva se supone que la hice yo por teléfono. ¿A qué hora? ¿ Y desde que teléfono?

Bill salió precipitadamente de la sala gritando:

- ¡Un minuto.., creo que lo tengo!

Regresó tan aprisa como se fué.

- La reserva se hizo esa tarde, sobre las 19:00 h, teléfono desconocido, pero según decían era una voz de mujer. Aunque en la ficha de registro esta tu número de teléfono.

- Yo no llamé a las 19:00 h, a nadie. Había quedado con Marta a las 20:00 h en el Trinity. Y de mi casa allí se tarda unos 45 minutos, eso unido a que tuve que coger un taxi. A esa hora salí de casa y aunque podría haber telefoneado con mi móvil. Os aseguro que no lo hice. Podéis ver el registro de llamadas. Pero esta claro que me conocía, esa persona, pues tenía mi número.

- Lo que sí esta claro, es que había una mujer también implicada.- Respondió Bill.

- Bien. Veamos ese video.

Como bien aseguró Phillips, el tipo era muy listo, ocultó su rostro todo el tiempo, sabía donde estaban las cámaras. Conocía el hotel. Miré una y otra vez el video. En el ascensor solo subimos el tipo y yo.

- ¡Espera!- Gritó Robert.- Rebobina.

- ¿Qué has visto? - dijo Jhon.

- Detén el video justo antes de entrar en el ascensor. ¡Ahí!- gritó de nuevo.- Ese jarrón es de porcelana plateada, no se puede ver muy claro, pero parece un reflejo.

- ¡Cierto!- Me entusiasmé.- Hay que enviarlo a criminología tendrán que hacer una ampliación por si podemos extraer una imagen robot. Y ya solo faltaría lo de la discoteca.

- ¿Las cintas de seguridad?- preguntó Robert.

- Si. Queremos ver si ese tipo o alguien pudo seguirme.

- Esa sala es VIP- aclaró Robert- Hay cámaras en muchos puntos, ya están solicitadas. Lo hicimos cuando pensamos que te drogaron. Llegaran o esta tarde o mañana a lo mas tardar.

- Gracias.- Le sonreí.

Me respondió con una sonrisa y añadió:

- Jhon, ¿te notificaron cuando estarían?

- Si. Estarán al llegar.

Tomamos café mientras esperábamos. Todos manteníamos posturas profesionales. Ni siquiera hubo miradas que nos delataran. Aunque Bill estuvo buscándolas en todo momento.

- Llegaron.- Comunicó Phillips.- Gracias por enviarlas aquí.

Robert y Jhon, asintieron al mismo tiempo con una sonrisa estoica.

- Bien, veamos.- Dije segura de mi misma.

No había nada, ni nadie conocido, al menos no aquel tipo.

- ¿Y si te drogó la chica? - Preguntó Robert.

- Cierto, volvamos a ver los videos del baño y los que apuntaban a la mesa.

Tras un par de horas. Jhon gritó:

- ¡Detente! Creo que conozco a esa chica. 

- ¿De qué? ¿Quién? - Pregunté ansiosa.

- Sé que la he visto en alguna parte, pero... Ahora no puedo concretarte. Juro que lo haré lo antes posible.

- O lo solucionas, o estás despedido.- Dijo seriamente Robert.

Le miré, ¿hablaba en serio? Me sonrió para no dar mas interés a sus palabras.

- Os prometo que lo averiguaré en menos de 24 horas.

- Eso esperamos.- Añadió Phillips.- Además hemos progresado muchísimo, Linda, dejémoslo por hoy.

Salimos, recogí mi bolso de mi despacho. Jhon y Robert me esperaban a la salida.

- Linda, creo que se quien es. Y pienso que tu también sabes que es él. Le conoces. O al menos se parece. En cuánto tengamos el retrato robot, te sorprenderás. Pero yo, ya denunciaría. Aún así, voy a averiguar quien es ella. Para confirmarlo.- Jhon estaba sumamente dolido tras esas palabras, se despidió con un beso.- Nos vemos.

- Te llevo a casa, tengo el coche ahí. Si quieres, claro, no te voy a obligar a nada.- Dijo Robert muy serio.

Asentí.

- Gracias de nuevo. Si que eres observador y mucho, lo digo por lo del jarrón.

- De nada. Pero la cuestión es... ¿Qué tipo de demanda interpondrás contra ellos?

- Si es la persona que imaginamos Jhon y yo, una judicial, nada de civil. Drogas, conspiración y abuso sexual, se ha superado....

- Puedo preguntar ¿de quien sospechas?

Suspiré y añadí al tiempo que llegamos al coche:

- Creo que tu también lo sabes.

Se paró en seco con las llaves en las manos. Pensó y añadió :

- Una venganza muy retorcida, pero no concibo la idea.

- Te aseguro que yo tampoco.

Abrió el coche y nos fuimos a casa.

viernes, 9 de abril de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 12

Despertamos sobre mediodía, él estaba abajo en la cocina, yo tenía mi bolso a los pies de la cama. Lo cogí y me dirigí al baño, me duché y me cambié rápidamente. Bajé las escaleras, tenía el desayuno preparado, junto a un beso y la mejor sonrisa del mundo.

Cogí una tostada, la mordisqueé y añadí:

- ¡Es tardísimo, tenía que estar trabajando ya! 

- Lo sé, lo siento, nos dormimos. Llamó el comisario Phillips, atendí, lo siento, pero le dije que estaríamos allí en un par de horas.

- Gracias.

- Desayunamos y nos vamos, ¿ok?

Estuve de acuerdo. Sonreí. Desayunamos entre besos y palabras de amor, era tan dulce, que visto desde afuera parecería empalagoso. Nuestros besos iban a mas, pero tuve que frenar la escena a tiempo si queríamos trabajar.

- Vámonos, nos vemos esta tarde y continuamos donde lo hemos dejado.

-¿Lo prometes?- Preguntó como si de un niño se tratase. Un niño que esperaba su dulce, su recompensa.

Asentí con la cabeza. Recogimos todo, cerramos y salimos camino a Hollywood.

- ¿Tienes que pasar por casa?- Preguntó él.

- No. Puedo ir así, no saldré del laboratorio hoy, llévame a la Estación Rampart.

- Estupendo. Te dejo y voy a casa, de allí a la oficina.

El camino de vuelta fué mas rápido de lo imaginado, al llegar al parking dijo:

- Linda, gracias de nuevo por todo.- Me besó.- Te llamaré.

- No entiendo, ¿por qué me das las gracias?

- Lo entenderás. De momento debes saber que es solo por permitirme entrar en tu vida.

Le besé.

- Ya hablamos.- Me despedí y me dirigí a la entrada.

Le ví alejarse al llegar a la puerta, se veía siempre tan seguro de si mismo...

Entré y ví a Bill.

- Hola. ¿Algo nuevo?

- El jefe no está de humor, ya sabes el FBI...

- Gracias por advertirme.

- Por cierto, vienes muy fresquita ¿no?

Un pantalón de lino y una camiseta. Fresco si. Pero tampoco me resultaba tan informal. Aunque a la oficina solía ir mas de trajes o vaqueros, camisas y blazers.

- ¿Te disgusta? - contesté mirándole seriamente a los ojos.

- No, no. Estas genial. Solo que distinta, no sé, más relajada.

- Esa era la función al no venir ayer, relax.

Asintió con la cabeza. Phillips venía hacia mi.

- ¡Linda, buenas tardes!

- Jefe, ¿Qué hay?

- Vamos al laboratorio.- Dijo secamente.

Nos dirigimos en silencio, algo grave debía pasar.

- ¿Qué ocurre? - pregunté preocupada.

- Te drogaron, Grace te dirá con que cantidades y productos, pero te tuvieron que inyectar uno de ellos.

- ¿En serio? Grace cuéntame.

- Tenías restos de un excitante sexual, ese lo pudieron administrar en la bebida, pero el otro, el que producía la resaca y no te permitía abrir los ojos, heroína.

- ¿Qué? ¿Cómo? No entiendo.

- Buscaré en tu cuerpo algún pinchazo, si no te importa, - dijo Grace.- Probablemente esté donde no puedas verlo.

Nos dirigimos al baño y efectivamente, cerca de mi columna vertebral había un pequeño pinchazo.

- Debieron inyectarlo mientras dormías.

- Pero, ¿tan dormida como para no despertar?

- El excitante que pusieron es nuevo, te dá el subidón rápido y después un cansancio total, incluso podrías no recordar nada. La heroína supongo que la pusieron al poner el cuerpo allí. Robert murió en un callejón no muy lejos del hotel. Se encontró su ropa en un contenedor. Así que está en análisis, junto a una pieza de cristal.

- ¿En un callejón?- pregunté.- ¿Quién lleva un cristal tan caro a un callejón?

- Una limusina privada.

- ¿Qué?

- Te lo contará Phillips.

Salimos del baño, Phillips aún nos esperaba.

- ¿Y bien? - Preguntó por el pinchazo.

- La espalda, entre vertebras dorsales.

Phillips asintió y continuó:

- Robert se reunió en un restaurante con alguien, lo sabemos porque preguntamos en la zona. Se acordaban de Robert, pero no de sus acompañantes, dos hombres, y una gran limusina plateada. No debe ser difícil hayar una limusina de ese color, al menos que sea propiedad de alguien. Y dimos con un sospechoso. Adivina.¿?

- Ya. Supongo que se acabó la investigación ahí, el FBI, ¿no?

- Si y no. - Respondió Phillips.- Si obtenemos la matrícula del vehículo y lo vinculamos directamente en el caso. El FBI, estará en un lío si se ha cometido homicidio delante de sus narices.

-¿Había una cámara en la calle?

- En el semáforo de la esquina. Si situamos la limusina cerca del homicidio, puede que tengamos algo.

- Algo, pero no un móvil.- Pensé en voz alta.

- Puede que tengamos un móvil. Algo personal. Su sobrina.

- Phillips, esto pinta mal.

- No es bueno, pero se equivocaron de habitación y eso lo pagarán.

- Gracias Phillips.

- No des las gracias. Aún hay más. El taxista que te llevó, dice que en la puerta te recogió un hombre, que te besó apasionadamente. Según sus palabras "a esa mujer le iban a dar un buen repaso."

- ¿Pudo dar una descripción?

- Mas o menos lo mismo que el video del hotel.

- ¿Lo tenemos? ¿Puedo verlo?

Naturalmente, te esperaba para ello. Aunque oculta su rostro, quizás tu puedas reconocerlo.

- Cuando quieras...

- Vamos a verlo. Lo verá Bill también, por si acaso. Cuantos mas ojos mejor, lo mismo vemos algo, si no uno, otros.

- ¿Qué te parece si llamamos a alguno de mis amigos abogados?

- ¿Algunos? - Preguntó Phillips, asombrado por tener mas de un abogado.

- Ya te contaré, pero creo que el mejor será Jhon. Por el circulo de amigos en común.- Contesté.

- Ok. Voy preparando todo en la sala de visionado.

Asentí y marqué rápidamente a Jhon.

- Te necesito, ahora en la Estación Rampart, es urgente. Me lo debes. Y hola.

Jhon rió y dijo:

- Hola, allí estaré en 10 minutos.

- ¡Gracias! - Colgué.

martes, 30 de marzo de 2021

SIN MEMORIA- Capitulo 11

Estaba en el paraíso, pero un poco perdida tras la historia. ¿Realmente Robert conseguía lo que realmente deseaba? ¿Estaría atando cabos para ello? ¿Era yo su victima, su trofeo? Aquello rondaba mi cabeza, pero al mirarle, me sentía atrapada en su hipnótico carácter, en su sonrisa y en aquella mirada penetrante.

Me ofreció un cóctel.

-Sin alcohol, solo frutas, te lo prometí ayer. - Sonrió.- Por cierto, antes de nada, perdón. Y otra cosa.., pensé que me pillarías la mentira, porque por teléfono, te dije que no te recordé hasta el día siguiente. En cambio, en el café te dije que te metí en un taxi porque te conocía. La verdad es que nunca haría nada sin tu aprobación y menos que te dañase. Te conocí, fue un flechazo y este tiempo, sin tí, viéndote a través de los ojos de tu mejor amigo, ha sido increíble, veo lo bueno de ti, visto por otros, ahora queda descubrir lo bueno de ti misma. Si quieres. ¿?

- Para comenzar, gracias por la copa. ¡Este San Francisco esta de muerte! Por otro lado, he de decir que no me dí cuenta de la mentira, resaca, ya sabes... Y respecto a todo lo demás, ya lo pensaré, hoy veníamos a relajarnos.

Me deshice de mi ropa quedándome en traje de baño. Quería relajar el ambiente. 

Llevaba un traje de baño de dos piezas, color esmeralda y con detalles dorados. Era minúsculo, con triángulos en la zona superior y braguitas de lazos en la inferior. Sabía que me había pasado con el modelito, justo en ese instante me parecía demasiado, pero cuando lo escogí, sabía que no pasaría indiferente y que llamaba al peligro a voces. Pero ¿Qué tenía que perder? Robert estaba cañón, y yo lo deseaba.

- ¡¡Wooowww!!- Sonrió.- Esmeralda, mi color favorito en tu piel.

Sonreí y me ruboricé. "¿Por qué era tan expresivo, tan sincero?", pensé.

- Gracias.- Dije tímidamente, a la vez que sorbía un poco de cóctel a través de la pajita.

- Me encanta ver que a pesar de tu edad, aún eres capaz de ruborizarte como una colegiala.

- ¿Me llamas vieja?

- Te llamo, adorable.

Me acerqué a él, le besé en la mejilla y dije:

-¿Te pones el traje de baño?

Se fue en dirección a la casita de la piscina y regresó con un bañador tipo bóxer entallado, color aguamarina, su piel lucía al sol con un tono brillante, sus abdominales se marcaban de forma natural, pero lo más impactante era esa sonrisa dirigiéndose a mi.

Debía enfriar el ambiente. Me levanté y antes de acercarse a mí, le empujé a la piscina. Ma agarró y caímos ambos.

- ¡Uf! ¿Qué ha sido eso?- Preguntó sin dejar de sonreír.

- Pues... Debía cobrarme tu conspiración con Jhon, pero fallé.

- Yo creo que no...- Me acercó a él, podía sentir el calor de su piel incluso a través del agua helada.- En este momento, me tienes acorralado en tus redes.

-¿Quién acorrala a quién?- pregunté.

- Soy tu esclavo, haz lo que desees conmigo.

Le miré a los ojos, le besé y le metí la cabeza bajo el agua. La sacó, me besó y añadió:

- ¿Te gusta jugar duro?

- Me gusta ganar.

- ¿Y qué quieres ganar?

- ¿Tu que crees?

Me miró fijamente, me acorraló contra la pared de la piscina y me besó apasionadamente. Al ver, que no me resistía y comprobar con otra mirada a mis ojos que yo, no pondría objeción alguna. Continuó besándome la boca y el cuello, notaba su respiración cada vez mas acelerada, sus latidos y los míos acompasados mientras nos dejábamos llevar. Con sus dientes desató la parte superior de mi biquini, dejando mis pechos a merced del agua y de sus caricias. Volvió a mirarme buscando de nuevo mi aprobación. Me escabullí entre sus brazos dirigiéndome a la cama balinesa. Me observó mientras salía del agua, con la parte superior de mi biquini en la mano.
Antes de tumbarme le dirigí una mirada insinuante. Sonrió y salió tras de mi. Se tumbó a mi lado, no dejaba de acariciarme, de besarme...
Se puso sobre mí y cubrió mi cuerpo de besos, a cual más cálido. Ascendía y descendía constantemente, hasta que llegó el momento de deshacerse de mi biquini inferior, primero, la lazada de un lado, luego la otra. Y con sus labios deslizó el biquini hasta dejar mi cuerpo totalmente desnudo y a su mercé. Con su lengua comenzó a acariciar mi cuerpo al mínimo detalle, no había milímetro de mi piel que quedara sin sus caricias, me estremecía a cada movimiento de él, me dejaba llevar. Llevaba tanto tiempo sin sentirme mujer, que todo me parecía mágico. Aunque para ser sincera, no creo que nunca hubiera disfrutado tanto de mi cuerpo, como en ese instante.
Robert, hacía que cada caricia estuviera bañada de una sensación única, cada cual, era distinta pero a la vez, iban en una armonía constante. Me llevó al clímax y cuando lo consiguió, me agarró sobre sus brazos y me llevó a la casa de la piscina, me tumbó sobre la cama y allí se deshizo de su traje de baño.
Comenzó de nuevo a besarme, a acariciarme y me hizo suya. Al principio todo fue suave, tan dulce como esas caricias pero a medida que su excitación aumentaba, también lo hacían sus sacudidas, jamás pensé que me podía llevar al orgasmo de esa manera, era tan viril, tan seguro de si mismo... Terminamos tendidos uno al lado del otro. Me besó dulcemente, acarició mi pelo y añadió:

- Gracias.

-¿Por..?

- Nunca pensé que te tendría de esta manera, tan real. No desaparezcas de mi vida.

Sonreí y le besé.

- Eso, debes ganártelo.- Añadí.

- Pues empecemos por alimentarnos porque necesitaremos mas energía.

Se levantó desnudo, no cogió nada para cubrirse, atravesó la piscina y se dirigió a la casa principal. Me cubrí con su camisa y le seguí.

Sacaba de la nevera, fruta, ensaladas, canapés, alguien se había preocupado que su jefe estuviese bien alimentado. Tenía una gran jarra de zumo, cuando se giró y me vió.

- ¡Estás super sexy con esa camisa, no te la quites nunca!

- A sus ordenes, - dije al tiempo que cogía un canapé- ¿Y esto?

- Rosario, es mi cocinera, le dije que preparase algo rápido para dejarlo aquí hoy. Y ya ves, se superó.

- Pues dale las gracias de mi parte, esto está de miedo...- dije dando otro bocado. 

- Se las darás tu, te la presentaré. En la próxima vez que estemos juntos.

Sonreí de nuevo.

Comimos, compartimos bocados, ensalada, besos, sonrisas y confesiones íntimas. Me asombraba su seguridad para permanecer sin ropa alguna, me dio confianza y le conté que llevaba mas de un año sin tener relaciones con nadie, mi horario y el de mi marido no eran compatibles. Quizás yo, le empujé a tener una amante.

-No te culpes - dijo Robert- Si no supo apreciar el tesoro que tenía en casa es su problema y mi satisfacción.

Le miré embelesada.

- ¿Te extrañas? Si no os hubieseis divorciado, no hubieses ido a la disco a celebrarlo y no nos hubiéramos encontrado.

- Mentiroso, hubiéramos almorzado hoy.

- Cierto, pero lo mismo no hubiéramos terminado sin ropa interior.

- Probablemente, no hoy...- contesté.

- Eso significa... ¿ Que tengo oportunidad de estar así, contigo de nuevo? ¿ Que me hubieras dado una oportunidad de conocernos?

- Robert, no me acuesto con cualquiera y menos a la primera de cambio, sin apenas conocernos. No sé que me ha ocurrido contigo.

- ¿Te arrepientes?

- No.- Respondí mirándole a los ojos.

- Quédate, toda la noche.

Le miré y le besé de nuevo. El respondió a mi beso y me acurrucó en sus brazos.

-¡Eres espectacular!- dijo y me cargó en su hombro, sin previo aviso.

- Pero, ¿Qué haces?

- Raptarte. A partir de ahora, me perteneces.

- Creí que eras mi exclavo y no al contrario... Reíamos.

Me tiró sobre la cama del piso superior.

- Tienes razón soy tu esclavo, haz conmigo lo que desees. 

Tiré de su mano para que se tumbara a mi lado, le besé apasionadamente, poniéndome sobre él. Intentó quitarme la camisa para desnudar mi cuerpo...

- No, no... Tu quietecito, aquí mando yo.

-¡Uuuhhh..! Esto pinta bien.

Le hice el amor como jamás había hecho, yo llevaba las riendas, marcaba el ritmo y no permitía que él me abrazara o tocase mas de lo que yo quisiese. Tras aquel round, le tocó a él, esta vez fue más directo, parecíamos dos personas que estaban descubriendo el sexo por primera vez. Queríamos probarlo todo, todo lo imaginable e inimaginable. Fué una locura, hasta que el amanecer y el cansancio nos absorbió.

martes, 23 de marzo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 10

Nos dirigimos al sur, parecía que mis conjeturas acerca del mar iban por buen camino. Disfrutaba del viaje agarrada a su cintura, parecía estar hecho de mármol, su torso era tan fuerte y duro, me sentía tan protegida a su lado... Pero aún quedaban cosas por aclarar entre él y yo. No quería hacerme ilusiones y si.. ¿Era un maniatico obsesivo del poder? ¿Un niño caprichoso que obtenía lo que quería a toda costa? ¿Y si yo era solo un trofeo? Debía mantener la cabeza fría, aunque mi cuerpo pidiera dejarme llevar. Robert embriagaba mis sentidos con su aroma, su mirada, su caballerosidad... Era todo lo que una mujer pudiera desear.

De pronto, cambió de rumbo, nos dirigimos al este y tras unos kilometros, se desvió por un camino de arena, a cada lado palmeras se alzaban dandonos la bienvenida, con la brisa entre las hojas. Al final del camino, se abría una puerta inmensa, tras Robert pulsar un boton de su mando a distancia que llevaba en forma de llavero en las llaves. 

Entramos. Un chalet de hermoso jardín y una casa de líneas rectas, con grandes cristaleras y pintura blanca, se alzaba ante nuestras miradas.

Detuvo la moto y nos dirigimos al hall, de suelo de madera de teka, las cristaleras se abrieron dejando ver en su interior un salón con grandes sillones blancos y una cocina abierta al fondo. Una escalera en un lateral daba acceso a una entreplanta que era la habitación y baño principal. Al fondo, una gran puerta de cristal, daba a una inmensa piscina. Todo era blanco perfecto, incluso alrededor de la enorme piscina, como rebosadero había unas piedras blancas. En un lateral de césped bien cuidado y recortado había una cama balinesa de madera de pino lacada en blanco con techo de dosel y 8 cortinas de gasa blanca, al otro lado unas tumbonas y mesitas.

Me limitaba a seguirle, mientras que él me mostraba toda la casa. Al fondo del jardín un pequeño apartamento para invitados. La abrió y me dijo:

- ¿Donde prefieres vivir? ¿ En la pequeña o en la grande?

- ¿De que estás hablando?

Sonrió y añadió.

- Bromeaba. Decía que si querías que nos quedasemos hoy en la casa de la piscina o en la grande.

- Y... ¿no podemos quedarnos aqui fuera? Ahí.- Dije señalando la cama balinesa.

- La casa es toda tuya, donde desees. Es tu día, tu eliges.

- Gracias, pero, ahora que lo dices, ¿quien es el propietario de esta casa?

-Yo. Todas las casas de la zona son de un inversor cliente de la firma. La adquirí como pago de un servicio. Pero si te gusta, puedo regalartela.

-¿Bromeas? ¿Como vas a regalar algo así a alguien a quien apenas conoces?

-¿Eso crees?

Le miré interrogante, ¿era realmente un psicópata empeñado en conseguimerte como trofeo?

- Soy abogado ya lo sabes, me gusta estudiar a las personas, me fijo en sus movimientos, en su mirada, en sus gestos y analizo cada palabra para saber que hay detrás. Eso unido a que tuve un poco de ayuda de Jhon en un principio. Al conocerte.

- Hablando de Jhon, dice que preguntaste por mi, en un principio -quizás no debería haberle metido en la conversación, pero Robert lo sabría mas adelante.- ¿ Porqué dejaste de hacerlo?

- No dejé de hacerlo. Te conocí en la fiesta y allí mismo pregunté por tí, me dijo que no eras feliz con tu marido. Y por eso busqué el acercamiento mas tarde en la fiesta tras la cena. No sé si recuerdas que hablamos durante al menos 25 minutos. Ahí descubrí que no solo eras hermosa, sino inteligente e independiente, fuerte de convicciones y muy tierna y dulce a la hora de hablar de tus seres queridos. ¿Como no enamorarme de tí? Lo que en un principio fue admiración, fué creciendo a medida que te conocía.

- ¿Que me conocías? ¿Como?

- Por Jhon. Jhon y yo, no solo trabajamos juntos en ese caso. A día de hoy su buffete me pertenece. No es que lo absorviera ni nada de eso, más bien fué una alianza. - Paró durante un segundo para mirarme y continuó.-Le pedí que me hablara de tí, le dije lo que me había ocurrido contigo y me animó a seguir ahí, como amigo. Estaba dispuesto a volver a presentarnos de nuevo, si tu no te acordabas de mí. Me dijo que querías divorciarte. Pero el trabajo, hizo que me ausentara de Los Angeles durante algún tiempo, llegué el viernes de Europa con Marco, y sin querer te encontré en la discoteca.

No era lo que Jhon, me había contado ¿porqué? ¿quien mentía? Robert continuó:

- Sé que anoche hablaste con Jhon. Y sé que te contó. Me llamó esta mañana, estaba preocupado por haberte mentido.

-¿Porqué no me lo contó todo?

- Yo se lo pedí cuando nos asociamos, quería conocerte y que me conocieras de forma normal. Sé que al final, ha sido el destino quien nos unió, si crees en ello. Jhon me dijo que te habías separado pero solo pensé debo de volver a Los Angeles y conquistarla. Nadie podía imaginar que nos veríamos esa noche. Ni siquiera sabía cuando llamé a Jhon aquella mañana, que regresaría en jet privado. Pensaba reunirme con él hoy para poder tener una cita a ciegas. El, su esposa, tu y yo. Pero.., las circunstancias cambiaron.

- Debo hablar con Jhon.- Añadí seriamente.- Estoy perdida, entiendeme. ¿Mi amigo me mintió?

- No. El solo omitió algo que a ti no podía interesarte, ya que eras una mujer casada. Aún así...- sacó su telefono, marcó mientras estabamos sentados en la balinesa y puso manos libres.- ¿Jhon? Linda está aquí, puedes contarselo todo.

Jhon contó como Robert quedó impresionado por mi belleza, como despues le dijo que yo le gustaba. Preguntaba a Jhon cosas como, mi color favorito, mis flores, fecha de cumpleaños... Y solo con la esperanza de que algún día pudieramos coincidir. Robert quiso acercarse cuando me separé, pero Jhon, le dijo que yo estaba muy dolida y no era el momento, que quizás mas adelante, cuando llegara el divorcio, tal vez... Pero mi divorcio coincidió con su viaje a Europa. Sabía que todo había acabado y venía dispuesto a verme en una comida juntos, como ya contó Robert.

- Perdoname amiga, pero Robert es un buen tío y tu te mereces lo mejor.

Estaba confundida, no sabía si gritar, si enfadarme o llamar a un taxi. Miré a Robert que dió las gracias a Jhon y colgó la llamada.

- Sé que puedo parecer un psicopata, un loco, pero si estoy loco es por ti. Y como dije nada fué premeditado. Solo ocurrió. Nos encontramos y tu me llamaste ayer.

- Robert, ayer dijiste que no sabías quien era en la discoteca, que te acordaste por la mañana, ¿Por qué?

- Si te hubiese contado la verdad ayer, hubieras huido de mi, como probablemente quieras hacer ahora. Si es así, te llevaré a casa. No pienso dejarte con esas dudas y en otro taxi.

- No. No iré a ninguna parte.- No sé porque contesté aquello, ni porque decidí quedarme, pero añadí.- Vine a relajarme.

Pude notar como él tambien se relajaba. Se levantó y trajo unos cócteles de la nevera.

sábado, 13 de marzo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 9

Era bastante tarde pero no podía esperar para llamar a Jhon, así que, envié un mensaje para tantear si seguía despierto.

Contestó " llamame y cuentame que tal tu despedida de casada".

- ¡Hola Jhon! Perdona las horas. Pero necesitaba hablar contigo.

- No te disculpes, sabes que estoy siempre para tí. Dime.

Le conté todo abreviado y le pregunté por Robert, no directamente por su persona pero si como profesional.

- Jhon, lo que realmente necesito saber es... A Robert me lo presentaste tu en una fiesta y ahora se ha ofrecido a ser mi abogado. ¿Qué puedes decirme de él?

- ¡Eeehhh..! Aquí pasa algo ¿verdad?- dijo en tono graciosillo.

- Hablame de él, por favor. Necesito saber si puedo confiar en su persona.

- Como abogado, es impresionante, frío, calculador, nunca pierde un caso. Esta asociado con abogados de Europa y trabaja tanto aquí como allí . Su nombre está relacionado con las mejores inversiones y firmas de Los Angeles. ¡ Es un crack, mi idolo! Así que como ves profesionalmente soy imparcial. Pero supongo que  a ti te interesa más su lado personal.

-¡Por favor!- supliqué.

- De lo personal, poco se sabe, no se le conoce novia y generalmente no suele ir a fiestas, su vida social es limitada. Pero, ¿recuerdas la fiesta? Te conoció y se quedó prendado de tu belleza, buscaba excusas para preguntar por ti. Al principio, me llamó un par de veces, pero le dije que no eras muy feliz en tu matrimonio, que tenías sospechas y eso fué un mes antes de tu saber lo de la infidelidad de tu exmarido. No volvió a llamar y yo no le dí importancia. De sospechar que iba en serio, le habría dicho que te separaste.

- Piensas, que de verdad se pudo enamorar de mi. ¿?

- No lo sé, no soy él. Pero si sé que cuando quiere algo va a por ello. Hasta sospeché que a tu marido él le puso el gancho.

- ¿En serio?- me preocupé.

- ¡Es broma! - Río.- El día de tu sentencia, el viernes, estuvimos hablando, por trabajo. No sé porqué me notó feliz y le dije que estaba celebrando el divorcio de una amiga. Preguntó si el acuerdo lo había cerrado yo y le dije que sí. Y que tu estarías celebrandolo. No usé en ningún momento tu nombre. Así que vuestro encuentro fué casual.

- Si, pero.., hay algo curioso, él me dijo que en la discoteca no sabía quien era, que me recordó al día siguiente. Si es como dices, si preguntaba.., me conocía, ¿o no?

- Puede que si bebiera.., no sé, puede que no se acordara. Eso debes preguntarselo a él.

- Gracias, lo haré.

- ¿Te gusta?- Preguntó serio Jhon.

- Bueno, es guapo, inteligente.., pero ¿puedo confiar en él? Ya sabes que para mi la confianza es primordial.

- No te cierres a conocerlo, puede ser tu hombre.

Asentí con la cabeza, le dí de nuevo las gracias y colgué.

Dormí placidamente y desperté como nueva. Llamé a la oficina y Phillips estuvo de acuerdo en que descansara. Solo me quedaba esperar a que Robert dijera donde iríamos.

Al colgar a Phillips, tenía un mensaje. "Traje de baño y ropa cómoda, de lo demás me encargo yo. Emogis de corazones y besos". No pude más que sonreir pareciamos dos adolescentes tontos. Contesté. "Ok. Te espero. Emigi besos".

Preparé un bolso con ropa de repuesto y con el protector solar, supuse que iríamos a la playa, hacía tiempo que no bajaba, echaba de menos surfear, lo hacía a menudo años atrás. Tal vez debería de retomarlo. El olor del mar, la libertad, el viento en mi rostro y ese color canela que adquiría mi piel rapidamente.

Pensaba en ello cuando llamaron a la puerta.

- ¡Buenos días princesa! - me recordó la película "La vida es bella".

-¡Buenas! - añadí con mi mejor sonrisa.- Cogeré mis gafas de sol. 

Me siguió con la mirada mientras me dirigía a mi habitación. Al regresar, cogí mi bolso y me dirigí a él.

- ¡Estas preciosa esta mañana!

- Muchas gracias, pero eso significa que ayer estaba horrible, aunque lo entiendo...

Rió y añadió:

- No era tu mejor día, pero tu esencia es única y esa no te falla nunca.- Se acercó a mí y me besó dulcemente.- ¿Nos vamos?

- Si.- Dije mientras asentía tambien con mi cabeza.

- Hoy moto, espero que no te moleste. Es lo mejor para el sitio donde vamos.

-¿Y donde vamos?- Pregunté.

- Es una sorpresa. Solo relajate y disfruta.

Salimos de mi apartamento, nos pusimos los cascos, ambos negros, a juego con la moto, una BMW K1600 GRAND AMERICA, color negro tormenta, totalmente equipada y con motor de 6 cilindros en linea de 4 tiempos, refrigerado con agua y aceite. Lo sabía porque me encantaba esa moto, siempre me imaginé haciendo la Route 66 en ella, aunque en color rojo.

- ¡Mi sueño!- dije entusiasmada.

- ¿Has soñado conmigo?

- No, con la moto lo siento, solo que en roja. Y en mi sueño yo la conducía por la ruta mas espectacular de America.

- La tengo pendiente para este verano, Route 66. ¿Te apuntas?

Me quedé helada, siempre pensé hacerla yo sola, pero la compañía no me disgustaba en absoluto.

No contesté, me limité a encoger los hombros y subir a la moto. Esperaba mi sorpresa. Aunque ya tenía la primera. Mas bien las dos primeras. Mi principe azul y su lindo corcel.