martes, 23 de marzo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 10

Nos dirigimos al sur, parecía que mis conjeturas acerca del mar iban por buen camino. Disfrutaba del viaje agarrada a su cintura, parecía estar hecho de mármol, su torso era tan fuerte y duro, me sentía tan protegida a su lado... Pero aún quedaban cosas por aclarar entre él y yo. No quería hacerme ilusiones y si.. ¿Era un maniatico obsesivo del poder? ¿Un niño caprichoso que obtenía lo que quería a toda costa? ¿Y si yo era solo un trofeo? Debía mantener la cabeza fría, aunque mi cuerpo pidiera dejarme llevar. Robert embriagaba mis sentidos con su aroma, su mirada, su caballerosidad... Era todo lo que una mujer pudiera desear.

De pronto, cambió de rumbo, nos dirigimos al este y tras unos kilometros, se desvió por un camino de arena, a cada lado palmeras se alzaban dandonos la bienvenida, con la brisa entre las hojas. Al final del camino, se abría una puerta inmensa, tras Robert pulsar un boton de su mando a distancia que llevaba en forma de llavero en las llaves. 

Entramos. Un chalet de hermoso jardín y una casa de líneas rectas, con grandes cristaleras y pintura blanca, se alzaba ante nuestras miradas.

Detuvo la moto y nos dirigimos al hall, de suelo de madera de teka, las cristaleras se abrieron dejando ver en su interior un salón con grandes sillones blancos y una cocina abierta al fondo. Una escalera en un lateral daba acceso a una entreplanta que era la habitación y baño principal. Al fondo, una gran puerta de cristal, daba a una inmensa piscina. Todo era blanco perfecto, incluso alrededor de la enorme piscina, como rebosadero había unas piedras blancas. En un lateral de césped bien cuidado y recortado había una cama balinesa de madera de pino lacada en blanco con techo de dosel y 8 cortinas de gasa blanca, al otro lado unas tumbonas y mesitas.

Me limitaba a seguirle, mientras que él me mostraba toda la casa. Al fondo del jardín un pequeño apartamento para invitados. La abrió y me dijo:

- ¿Donde prefieres vivir? ¿ En la pequeña o en la grande?

- ¿De que estás hablando?

Sonrió y añadió.

- Bromeaba. Decía que si querías que nos quedasemos hoy en la casa de la piscina o en la grande.

- Y... ¿no podemos quedarnos aqui fuera? Ahí.- Dije señalando la cama balinesa.

- La casa es toda tuya, donde desees. Es tu día, tu eliges.

- Gracias, pero, ahora que lo dices, ¿quien es el propietario de esta casa?

-Yo. Todas las casas de la zona son de un inversor cliente de la firma. La adquirí como pago de un servicio. Pero si te gusta, puedo regalartela.

-¿Bromeas? ¿Como vas a regalar algo así a alguien a quien apenas conoces?

-¿Eso crees?

Le miré interrogante, ¿era realmente un psicópata empeñado en conseguimerte como trofeo?

- Soy abogado ya lo sabes, me gusta estudiar a las personas, me fijo en sus movimientos, en su mirada, en sus gestos y analizo cada palabra para saber que hay detrás. Eso unido a que tuve un poco de ayuda de Jhon en un principio. Al conocerte.

- Hablando de Jhon, dice que preguntaste por mi, en un principio -quizás no debería haberle metido en la conversación, pero Robert lo sabría mas adelante.- ¿ Porqué dejaste de hacerlo?

- No dejé de hacerlo. Te conocí en la fiesta y allí mismo pregunté por tí, me dijo que no eras feliz con tu marido. Y por eso busqué el acercamiento mas tarde en la fiesta tras la cena. No sé si recuerdas que hablamos durante al menos 25 minutos. Ahí descubrí que no solo eras hermosa, sino inteligente e independiente, fuerte de convicciones y muy tierna y dulce a la hora de hablar de tus seres queridos. ¿Como no enamorarme de tí? Lo que en un principio fue admiración, fué creciendo a medida que te conocía.

- ¿Que me conocías? ¿Como?

- Por Jhon. Jhon y yo, no solo trabajamos juntos en ese caso. A día de hoy su buffete me pertenece. No es que lo absorviera ni nada de eso, más bien fué una alianza. - Paró durante un segundo para mirarme y continuó.-Le pedí que me hablara de tí, le dije lo que me había ocurrido contigo y me animó a seguir ahí, como amigo. Estaba dispuesto a volver a presentarnos de nuevo, si tu no te acordabas de mí. Me dijo que querías divorciarte. Pero el trabajo, hizo que me ausentara de Los Angeles durante algún tiempo, llegué el viernes de Europa con Marco, y sin querer te encontré en la discoteca.

No era lo que Jhon, me había contado ¿porqué? ¿quien mentía? Robert continuó:

- Sé que anoche hablaste con Jhon. Y sé que te contó. Me llamó esta mañana, estaba preocupado por haberte mentido.

-¿Porqué no me lo contó todo?

- Yo se lo pedí cuando nos asociamos, quería conocerte y que me conocieras de forma normal. Sé que al final, ha sido el destino quien nos unió, si crees en ello. Jhon me dijo que te habías separado pero solo pensé debo de volver a Los Angeles y conquistarla. Nadie podía imaginar que nos veríamos esa noche. Ni siquiera sabía cuando llamé a Jhon aquella mañana, que regresaría en jet privado. Pensaba reunirme con él hoy para poder tener una cita a ciegas. El, su esposa, tu y yo. Pero.., las circunstancias cambiaron.

- Debo hablar con Jhon.- Añadí seriamente.- Estoy perdida, entiendeme. ¿Mi amigo me mintió?

- No. El solo omitió algo que a ti no podía interesarte, ya que eras una mujer casada. Aún así...- sacó su telefono, marcó mientras estabamos sentados en la balinesa y puso manos libres.- ¿Jhon? Linda está aquí, puedes contarselo todo.

Jhon contó como Robert quedó impresionado por mi belleza, como despues le dijo que yo le gustaba. Preguntaba a Jhon cosas como, mi color favorito, mis flores, fecha de cumpleaños... Y solo con la esperanza de que algún día pudieramos coincidir. Robert quiso acercarse cuando me separé, pero Jhon, le dijo que yo estaba muy dolida y no era el momento, que quizás mas adelante, cuando llegara el divorcio, tal vez... Pero mi divorcio coincidió con su viaje a Europa. Sabía que todo había acabado y venía dispuesto a verme en una comida juntos, como ya contó Robert.

- Perdoname amiga, pero Robert es un buen tío y tu te mereces lo mejor.

Estaba confundida, no sabía si gritar, si enfadarme o llamar a un taxi. Miré a Robert que dió las gracias a Jhon y colgó la llamada.

- Sé que puedo parecer un psicopata, un loco, pero si estoy loco es por ti. Y como dije nada fué premeditado. Solo ocurrió. Nos encontramos y tu me llamaste ayer.

- Robert, ayer dijiste que no sabías quien era en la discoteca, que te acordaste por la mañana, ¿Por qué?

- Si te hubiese contado la verdad ayer, hubieras huido de mi, como probablemente quieras hacer ahora. Si es así, te llevaré a casa. No pienso dejarte con esas dudas y en otro taxi.

- No. No iré a ninguna parte.- No sé porque contesté aquello, ni porque decidí quedarme, pero añadí.- Vine a relajarme.

Pude notar como él tambien se relajaba. Se levantó y trajo unos cócteles de la nevera.

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