miércoles, 26 de septiembre de 2012

domingo, 23 de septiembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ A ROMA

CAPITULO 15
Jamás pensé que me emocionaría tanto estar allí. Y aunque no soy cristiana, soy católica. Católica ortodoxa y practicante. Lucas, no era muy practicante , ni creyente. Así que mientras nos dirigíamos a cenar  a una pizzería, le pregunté:
- Lucas, ¿Por que..?
- ¿Por qué? ¿Que?
- ¿Porqué me has llevado allí?
- Porque sé lo que significa para ti, porque quería que recordases lo que un día dijo Juan Pablo II.
- ¿Que...?
- " Soy feliz, sedlo tambien vosotros"
- Yo soy feliz.- Contesté.
- ¿Seguro?- Preguntó el.
- Si cariño... ¿Lo dudas?
- No sé te he visto pensativa, triste, apagada en algunos momentos.
- Pero.., ¿ de donde sacas eso? Es cierto, que me paro a pensar, pero es que todo va tan deprisa entre nosotros... Tan solo hace unos días, eramos amigos y ahora somos pareja. Parece que llevemos meses y solo son días. No me arrepiento de nada y sé que te quiero. Pero.., ¿y tú?
- Te amo pequeñaja y lo sabes. Por cierto, mañana nos marchamos de Roma.
- ¿Qué? ¿Porqué?
- ¡Sorpresa! Mañana nos vamos al norte.
- Pero, ¿donde?- pregunté muy asombrada.
- No digo nada más. Es sorpresa. Cuando lleguemos al hotel, preparemos el equipaje.
- Ok._Dije resignada.
Cenamos y nos fuimos al hotel, hicimos el equipaje.
- Bueno, ¿ me puedes adelantar algo?- pregunté de nuevo.
- Solo que mañana, Domenico nos llevará en su coche a nuestro destino.
 Puse cara de interrogación, pero no conseguí sacarle nada. Pero añadió:
- Cariño, te quiero muchísimo, solo quiero que seas feliz. Y eso es lo que hago, buscar tu felicidad.
- Eso suena raro, ¿me lo explicas?
- Mañana princesa.- Me beso y se acostó dándome la espalda.
Creo que era la primera vez que lo hacía, en todos estos días. Añoraba su cuerpo, así que le besé en le cuello y me abracé a él, para dormir.
Amanecía en Roma, cuando sonó el despertador. Lucas ya estaba levantado y duchado.
-¡Buenos días, dormilona! - Se acercó a mí ofreciéndome un sorbo de un dulce capuccino.
- ¡Buenos días!- añadí tras el sorbo.
Sonrió y dijo: 
- Me encanta el bigotito de espuma sobre tus labios...
Pegué otro sorbo y él, beso mis labios.
Terminé mi café y me dirigí al baño.
- Cariño, ¿lo tienes todo en la maleta? Digo, para bajarlas a recepción.
- Si, un segundo.
Salí del baño, guardé mi neceser y quedé vistiéndome mientras Lucas, bajó el equipaje.
¡Todo me parecía ten extraño! Dejar aquella habitación donde Lucas me hizo tan feliz, me dolía. Pero él había pensado algo nuevo, distinto... Lo cierto, es que conocía Lucas desde hacía tiempo y sabía que era imprevisible. Siempre supo como sorprenderme o sacar una sonrisa  de mi, incluso en los momentos más difíciles. No podía hacer otra cosa, más que seguirle. Y allí estaba, despidiéndome de una habitación. La del hotel que había visto nacer nuestro amor.
- ¡Nunca te olvidaré!- Dije al cerrar la puerta tras de mí, tras echar el último vistazo. Quería grabar en mi retina hasta el menor de los detalles de aquella habitación. Nuestra habitación.
Bajé al vestibulo y como en la llegada, el personal hablaba con Lucas de forma animada.  Esta vez para despedirnos. Dimos las gracias por todo y me dirigí hacia Domenico.
Le saludé, Lucas quedó rezagado hablando con el director del hotel y pude ver como sacó su billetera y dejó una buena propina.
Salió y dijo:
- ¿Dispuesta a  tener más aventuras?
- Si, si es contigo.
-¡Esa es mi chica!- Dijo mirando a Domenico.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ A ROMA

Capitulo 14
Cuando nos acostamos, pensé en lo sucedido y en mi príncipe azul. En ese instante era Lucas, pero también era cierto lo que le dije a mi pareja. Un día fue Víctor, ese amor, esa persona con la que soñé en un pasado, un futuro. No sabía que pasaría, aunque sabía que las circunstancias eran muy diferentes.
Adoraba a Lucas, le quería lo suficiente para saber que aquella relación duraría muchísimo, pero cuando dejé a Víctor, le amaba como nunca amé a nadie,le recordaba con todo el cariño del mundo, pero no podía dejar de pensar en él.
Fue mi primer amor y continuaría siéndolo el resto de mi vida. Pero era mi pasado y Lucas mi presente. Y quien sabe si mi futuro. Lo que si tenía claro, es que Víctor no volvería, yo lo expulsé de mi vida, me alejé lentamente de él, haciendo que llegara a odiarme, a pensar que tenía ante él a una extraña. No la persona que él conoció. Ahora sé que es feliz y yo, también. A mi manera...
Desvié mi mirada, a mi lado, dormido, Lucas. Sentí tranquilidad, bienestar y una sensación de felicidad relajada. Sentí la necesidad de besarle y abrazarle y lo hice. Me acurruqué en sus brazos y dormí plácidamente, no sin antes decir bajito:
-Te amo, Lucas, mi Doc, mi presente y futuro. Te quiero.
Dormimos cómodamente hasta que nos despertaron para nuestra visita a Ciudad de Vaticano.
- ¡Buenos días, princesa! ¿Dispuesta a salir?
- Naturalmente, dispuesta a todo.
Nos dirigimos a Ciudad de Vaticano, por el camino recogimos a Domenico y Rosseta. 
Jamás pensé que aquello fuese tan grande. Una ciudad dentro de otra, 440 000 m2  y es un Estado independiente desde 1929. Aunque había visto la Plaza de San Pedro millones de veces, en televisión, revistas..,en persona me parecía impresionante. De allí nos dirigimos a la Capilla Sixtina, es una de las reliquias más famosas de Europa y alberga las mayores obras de arte del mundo, Su obra más conocida, los frescos del techo, realizados por Miguel Angel.
Me sentía insignificante y absurda. Y lo peor no podía dejar mi boca cerrada. Mi expresión de sorpresa era constante. Pero la gran sorpresa, vino unas horas despues, teníamos una audiencia con el Papa Benedicto XVI. En la Basílica de San Pedro. Allí nos ofreció su bendición y bendijo el futuro matrimonio de Rosseta y Domenico. Para ella, aquello era muy importante, ya que era madre soltera y nunca pensó que lograría tanta dicha y felicidad.
De allí nos dirigimos a  a la tumba de Juan Pablo II.
En las grutas vaticanas hay muchos pontífices enterrados entre ellos San Pedro. El acceso es por la Capilla de San Sebastian, que se encuentra en la Basílica de San Pedro. Nos llamó la atención, que la tumba de Juan Pablo II, tuviera custodia, mientras que otras no. El recogimiento y el silencio era sobrecogedor, solo se oye música sacra de fondo.
Fue un día muy agotador.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ A ROMA

CAPITULO 13

Life, se encuentra en el centro histórico de Roma, cerca de la Plaza de España. El restaurante era muy refinado y elegante. Tenía distintas salas para sentarse a comer. La terraza, decorada con sillas de forja y manteles sobre sus mesas a juego con todo el entorno. La sala principal, con coloridos cuadros y botellas de cristal sobre estanterías. Colores cálidos. La silla de madera color crema y un toque de serenidad Fen Sui. Y la sala privada, de la cual, pudimos disfrutar. Coordinando tonos sobrios, como el negro y el gris , con tonos cálidos como blanco y marfil. 
Pudimos probar una degustación de 3 antipasti. 
. Salmone affumicato con robiola, pistachi e crostini.
. Carpaccio di spigola marinato al lime con tartufo nero di Norcia. 
. Pesce spada affumicato con agrumi siciliani, ruchetta e pepe rosa.
Que traducido es: 
. Salmón ahumado con queso fresco tostado y pistacho.
. Carpaccio de lubina marinada en limón con trufa negra.
. Ahumado de pez  espada con cítricos de Sicília, rúcula y pimiento rojo.
Todo esto servido con un vino griego. 
Pero de primer plato tomamos: Fideos con bogavante fresco. Servido con otro vino ( Veneto). 
Lo mejor era que la mesa tenia pétalos de rosa sobre ella y cuando llegó el momento del postre, entendí ese detalle romántico. Domenico entregó un anillo a Rosseta y declaró su amor, delante de nosotros. Rosseta no pudo evitar emocionarse y yo hice lo mismo, así que la acompañé al baño, para que se rimel continuara en su sitio. Aun no se lo creía cuando fuimos al baño y no dejaba de admirar su mano y el anillo que había en su dedo. 
Al salir del baño, la cuenta había sido abonada y un par de rosas rojas nos esperaban a Rosseta y a mi.
Salimos del restaurante Life. Contentos, felices. Y nos dirigimos a la Fontana de Trevi, siguiendo la tradición Lucas y yo, tiramos ambos monedas para regresar a Roma. Tras ello nos besamos.
-¿Sabes cual es mi deseo?
-No me lo digas.-contesté. Romperás la magia
-Yo, siempre regresaré a Roma y quizás a comprometerme contigo.
Fruncí el ceño.
-Compromiso que mal suena-dije agitando la cabeza.
Todos reímos incluidos Rosseta y Domenico era evidente que me entendieron.
-Bueno mañana nos vemos en Vaticano, -dijo Domenico antes de despedirse.
-Si, claro. A la hora acordada.
Nos fuímos al hotel y por el camino no paramos de hablar de la emoción de Rosseta.
-¿Te emocionarás tu igual?- preguntó Lucas.
-Soy de lágrima fácil, así que espero que no sea en un lugar público.
-¿Y te imaginas a tu príncipe azul ?
-No soy una pitufina, así que no puede ser azul.
- Ja, ja. Muy graciosa - rió irónicamente.- Me refería a si... 
-Lo sé, no soy tonta. - Le interrumpí- supongo que ahora mi príncipe eres tú, pero hubo un tiempo que fue Víctor... Desde entonces, decidí no imaginar el futuro, simplemente vivir el presente.
-Ya. Entiendo.
-Lo siento. Siento si no era la respuesta que esperabas.
-No puedo esperar otra cosa de una mujer tan inteligente como tú. Pero si estoy de acuerdo en algo.
-¿En.. ? 
-En que debemos vivir el presente. Y mi presente eres tú, pitufina...
-Pero... ¿como te atreves? - Y le golpeé suavemente en su hombro.
Me agarro fuertemente entre sus brazos y susurró a mi oído.
-Bueno, si eres grande y fuerte intenta soltarte.
Negué con mi cabeza.
-No pienso luchar, contra algo que me agrada tanto. Tus abrazos. - Añadí.
-¿Entonces eres mi pitufina?
-Bueno, de edad no soy muy mayor pero de altura...
-¿Ya empezamos...?
Ambos reímos, seguimos abrazados y besándonos durante unos minutos, y seguimos avanzando hacía nuestro destino, el hotel.