domingo, 23 de septiembre de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJÉ A ROMA

CAPITULO 15
Jamás pensé que me emocionaría tanto estar allí. Y aunque no soy cristiana, soy católica. Católica ortodoxa y practicante. Lucas, no era muy practicante , ni creyente. Así que mientras nos dirigíamos a cenar  a una pizzería, le pregunté:
- Lucas, ¿Por que..?
- ¿Por qué? ¿Que?
- ¿Porqué me has llevado allí?
- Porque sé lo que significa para ti, porque quería que recordases lo que un día dijo Juan Pablo II.
- ¿Que...?
- " Soy feliz, sedlo tambien vosotros"
- Yo soy feliz.- Contesté.
- ¿Seguro?- Preguntó el.
- Si cariño... ¿Lo dudas?
- No sé te he visto pensativa, triste, apagada en algunos momentos.
- Pero.., ¿ de donde sacas eso? Es cierto, que me paro a pensar, pero es que todo va tan deprisa entre nosotros... Tan solo hace unos días, eramos amigos y ahora somos pareja. Parece que llevemos meses y solo son días. No me arrepiento de nada y sé que te quiero. Pero.., ¿y tú?
- Te amo pequeñaja y lo sabes. Por cierto, mañana nos marchamos de Roma.
- ¿Qué? ¿Porqué?
- ¡Sorpresa! Mañana nos vamos al norte.
- Pero, ¿donde?- pregunté muy asombrada.
- No digo nada más. Es sorpresa. Cuando lleguemos al hotel, preparemos el equipaje.
- Ok._Dije resignada.
Cenamos y nos fuimos al hotel, hicimos el equipaje.
- Bueno, ¿ me puedes adelantar algo?- pregunté de nuevo.
- Solo que mañana, Domenico nos llevará en su coche a nuestro destino.
 Puse cara de interrogación, pero no conseguí sacarle nada. Pero añadió:
- Cariño, te quiero muchísimo, solo quiero que seas feliz. Y eso es lo que hago, buscar tu felicidad.
- Eso suena raro, ¿me lo explicas?
- Mañana princesa.- Me beso y se acostó dándome la espalda.
Creo que era la primera vez que lo hacía, en todos estos días. Añoraba su cuerpo, así que le besé en le cuello y me abracé a él, para dormir.
Amanecía en Roma, cuando sonó el despertador. Lucas ya estaba levantado y duchado.
-¡Buenos días, dormilona! - Se acercó a mí ofreciéndome un sorbo de un dulce capuccino.
- ¡Buenos días!- añadí tras el sorbo.
Sonrió y dijo: 
- Me encanta el bigotito de espuma sobre tus labios...
Pegué otro sorbo y él, beso mis labios.
Terminé mi café y me dirigí al baño.
- Cariño, ¿lo tienes todo en la maleta? Digo, para bajarlas a recepción.
- Si, un segundo.
Salí del baño, guardé mi neceser y quedé vistiéndome mientras Lucas, bajó el equipaje.
¡Todo me parecía ten extraño! Dejar aquella habitación donde Lucas me hizo tan feliz, me dolía. Pero él había pensado algo nuevo, distinto... Lo cierto, es que conocía Lucas desde hacía tiempo y sabía que era imprevisible. Siempre supo como sorprenderme o sacar una sonrisa  de mi, incluso en los momentos más difíciles. No podía hacer otra cosa, más que seguirle. Y allí estaba, despidiéndome de una habitación. La del hotel que había visto nacer nuestro amor.
- ¡Nunca te olvidaré!- Dije al cerrar la puerta tras de mí, tras echar el último vistazo. Quería grabar en mi retina hasta el menor de los detalles de aquella habitación. Nuestra habitación.
Bajé al vestibulo y como en la llegada, el personal hablaba con Lucas de forma animada.  Esta vez para despedirnos. Dimos las gracias por todo y me dirigí hacia Domenico.
Le saludé, Lucas quedó rezagado hablando con el director del hotel y pude ver como sacó su billetera y dejó una buena propina.
Salió y dijo:
- ¿Dispuesta a  tener más aventuras?
- Si, si es contigo.
-¡Esa es mi chica!- Dijo mirando a Domenico.

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