martes, 30 de marzo de 2021

SIN MEMORIA- Capitulo 11

Estaba en el paraíso, pero un poco perdida tras la historia. ¿Realmente Robert conseguía lo que realmente deseaba? ¿Estaría atando cabos para ello? ¿Era yo su victima, su trofeo? Aquello rondaba mi cabeza, pero al mirarle, me sentía atrapada en su hipnótico carácter, en su sonrisa y en aquella mirada penetrante.

Me ofreció un cóctel.

-Sin alcohol, solo frutas, te lo prometí ayer. - Sonrió.- Por cierto, antes de nada, perdón. Y otra cosa.., pensé que me pillarías la mentira, porque por teléfono, te dije que no te recordé hasta el día siguiente. En cambio, en el café te dije que te metí en un taxi porque te conocía. La verdad es que nunca haría nada sin tu aprobación y menos que te dañase. Te conocí, fue un flechazo y este tiempo, sin tí, viéndote a través de los ojos de tu mejor amigo, ha sido increíble, veo lo bueno de ti, visto por otros, ahora queda descubrir lo bueno de ti misma. Si quieres. ¿?

- Para comenzar, gracias por la copa. ¡Este San Francisco esta de muerte! Por otro lado, he de decir que no me dí cuenta de la mentira, resaca, ya sabes... Y respecto a todo lo demás, ya lo pensaré, hoy veníamos a relajarnos.

Me deshice de mi ropa quedándome en traje de baño. Quería relajar el ambiente. 

Llevaba un traje de baño de dos piezas, color esmeralda y con detalles dorados. Era minúsculo, con triángulos en la zona superior y braguitas de lazos en la inferior. Sabía que me había pasado con el modelito, justo en ese instante me parecía demasiado, pero cuando lo escogí, sabía que no pasaría indiferente y que llamaba al peligro a voces. Pero ¿Qué tenía que perder? Robert estaba cañón, y yo lo deseaba.

- ¡¡Wooowww!!- Sonrió.- Esmeralda, mi color favorito en tu piel.

Sonreí y me ruboricé. "¿Por qué era tan expresivo, tan sincero?", pensé.

- Gracias.- Dije tímidamente, a la vez que sorbía un poco de cóctel a través de la pajita.

- Me encanta ver que a pesar de tu edad, aún eres capaz de ruborizarte como una colegiala.

- ¿Me llamas vieja?

- Te llamo, adorable.

Me acerqué a él, le besé en la mejilla y dije:

-¿Te pones el traje de baño?

Se fue en dirección a la casita de la piscina y regresó con un bañador tipo bóxer entallado, color aguamarina, su piel lucía al sol con un tono brillante, sus abdominales se marcaban de forma natural, pero lo más impactante era esa sonrisa dirigiéndose a mi.

Debía enfriar el ambiente. Me levanté y antes de acercarse a mí, le empujé a la piscina. Ma agarró y caímos ambos.

- ¡Uf! ¿Qué ha sido eso?- Preguntó sin dejar de sonreír.

- Pues... Debía cobrarme tu conspiración con Jhon, pero fallé.

- Yo creo que no...- Me acercó a él, podía sentir el calor de su piel incluso a través del agua helada.- En este momento, me tienes acorralado en tus redes.

-¿Quién acorrala a quién?- pregunté.

- Soy tu esclavo, haz lo que desees conmigo.

Le miré a los ojos, le besé y le metí la cabeza bajo el agua. La sacó, me besó y añadió:

- ¿Te gusta jugar duro?

- Me gusta ganar.

- ¿Y qué quieres ganar?

- ¿Tu que crees?

Me miró fijamente, me acorraló contra la pared de la piscina y me besó apasionadamente. Al ver, que no me resistía y comprobar con otra mirada a mis ojos que yo, no pondría objeción alguna. Continuó besándome la boca y el cuello, notaba su respiración cada vez mas acelerada, sus latidos y los míos acompasados mientras nos dejábamos llevar. Con sus dientes desató la parte superior de mi biquini, dejando mis pechos a merced del agua y de sus caricias. Volvió a mirarme buscando de nuevo mi aprobación. Me escabullí entre sus brazos dirigiéndome a la cama balinesa. Me observó mientras salía del agua, con la parte superior de mi biquini en la mano.
Antes de tumbarme le dirigí una mirada insinuante. Sonrió y salió tras de mi. Se tumbó a mi lado, no dejaba de acariciarme, de besarme...
Se puso sobre mí y cubrió mi cuerpo de besos, a cual más cálido. Ascendía y descendía constantemente, hasta que llegó el momento de deshacerse de mi biquini inferior, primero, la lazada de un lado, luego la otra. Y con sus labios deslizó el biquini hasta dejar mi cuerpo totalmente desnudo y a su mercé. Con su lengua comenzó a acariciar mi cuerpo al mínimo detalle, no había milímetro de mi piel que quedara sin sus caricias, me estremecía a cada movimiento de él, me dejaba llevar. Llevaba tanto tiempo sin sentirme mujer, que todo me parecía mágico. Aunque para ser sincera, no creo que nunca hubiera disfrutado tanto de mi cuerpo, como en ese instante.
Robert, hacía que cada caricia estuviera bañada de una sensación única, cada cual, era distinta pero a la vez, iban en una armonía constante. Me llevó al clímax y cuando lo consiguió, me agarró sobre sus brazos y me llevó a la casa de la piscina, me tumbó sobre la cama y allí se deshizo de su traje de baño.
Comenzó de nuevo a besarme, a acariciarme y me hizo suya. Al principio todo fue suave, tan dulce como esas caricias pero a medida que su excitación aumentaba, también lo hacían sus sacudidas, jamás pensé que me podía llevar al orgasmo de esa manera, era tan viril, tan seguro de si mismo... Terminamos tendidos uno al lado del otro. Me besó dulcemente, acarició mi pelo y añadió:

- Gracias.

-¿Por..?

- Nunca pensé que te tendría de esta manera, tan real. No desaparezcas de mi vida.

Sonreí y le besé.

- Eso, debes ganártelo.- Añadí.

- Pues empecemos por alimentarnos porque necesitaremos mas energía.

Se levantó desnudo, no cogió nada para cubrirse, atravesó la piscina y se dirigió a la casa principal. Me cubrí con su camisa y le seguí.

Sacaba de la nevera, fruta, ensaladas, canapés, alguien se había preocupado que su jefe estuviese bien alimentado. Tenía una gran jarra de zumo, cuando se giró y me vió.

- ¡Estás super sexy con esa camisa, no te la quites nunca!

- A sus ordenes, - dije al tiempo que cogía un canapé- ¿Y esto?

- Rosario, es mi cocinera, le dije que preparase algo rápido para dejarlo aquí hoy. Y ya ves, se superó.

- Pues dale las gracias de mi parte, esto está de miedo...- dije dando otro bocado. 

- Se las darás tu, te la presentaré. En la próxima vez que estemos juntos.

Sonreí de nuevo.

Comimos, compartimos bocados, ensalada, besos, sonrisas y confesiones íntimas. Me asombraba su seguridad para permanecer sin ropa alguna, me dio confianza y le conté que llevaba mas de un año sin tener relaciones con nadie, mi horario y el de mi marido no eran compatibles. Quizás yo, le empujé a tener una amante.

-No te culpes - dijo Robert- Si no supo apreciar el tesoro que tenía en casa es su problema y mi satisfacción.

Le miré embelesada.

- ¿Te extrañas? Si no os hubieseis divorciado, no hubieses ido a la disco a celebrarlo y no nos hubiéramos encontrado.

- Mentiroso, hubiéramos almorzado hoy.

- Cierto, pero lo mismo no hubiéramos terminado sin ropa interior.

- Probablemente, no hoy...- contesté.

- Eso significa... ¿ Que tengo oportunidad de estar así, contigo de nuevo? ¿ Que me hubieras dado una oportunidad de conocernos?

- Robert, no me acuesto con cualquiera y menos a la primera de cambio, sin apenas conocernos. No sé que me ha ocurrido contigo.

- ¿Te arrepientes?

- No.- Respondí mirándole a los ojos.

- Quédate, toda la noche.

Le miré y le besé de nuevo. El respondió a mi beso y me acurrucó en sus brazos.

-¡Eres espectacular!- dijo y me cargó en su hombro, sin previo aviso.

- Pero, ¿Qué haces?

- Raptarte. A partir de ahora, me perteneces.

- Creí que eras mi exclavo y no al contrario... Reíamos.

Me tiró sobre la cama del piso superior.

- Tienes razón soy tu esclavo, haz conmigo lo que desees. 

Tiré de su mano para que se tumbara a mi lado, le besé apasionadamente, poniéndome sobre él. Intentó quitarme la camisa para desnudar mi cuerpo...

- No, no... Tu quietecito, aquí mando yo.

-¡Uuuhhh..! Esto pinta bien.

Le hice el amor como jamás había hecho, yo llevaba las riendas, marcaba el ritmo y no permitía que él me abrazara o tocase mas de lo que yo quisiese. Tras aquel round, le tocó a él, esta vez fue más directo, parecíamos dos personas que estaban descubriendo el sexo por primera vez. Queríamos probarlo todo, todo lo imaginable e inimaginable. Fué una locura, hasta que el amanecer y el cansancio nos absorbió.

martes, 23 de marzo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 10

Nos dirigimos al sur, parecía que mis conjeturas acerca del mar iban por buen camino. Disfrutaba del viaje agarrada a su cintura, parecía estar hecho de mármol, su torso era tan fuerte y duro, me sentía tan protegida a su lado... Pero aún quedaban cosas por aclarar entre él y yo. No quería hacerme ilusiones y si.. ¿Era un maniatico obsesivo del poder? ¿Un niño caprichoso que obtenía lo que quería a toda costa? ¿Y si yo era solo un trofeo? Debía mantener la cabeza fría, aunque mi cuerpo pidiera dejarme llevar. Robert embriagaba mis sentidos con su aroma, su mirada, su caballerosidad... Era todo lo que una mujer pudiera desear.

De pronto, cambió de rumbo, nos dirigimos al este y tras unos kilometros, se desvió por un camino de arena, a cada lado palmeras se alzaban dandonos la bienvenida, con la brisa entre las hojas. Al final del camino, se abría una puerta inmensa, tras Robert pulsar un boton de su mando a distancia que llevaba en forma de llavero en las llaves. 

Entramos. Un chalet de hermoso jardín y una casa de líneas rectas, con grandes cristaleras y pintura blanca, se alzaba ante nuestras miradas.

Detuvo la moto y nos dirigimos al hall, de suelo de madera de teka, las cristaleras se abrieron dejando ver en su interior un salón con grandes sillones blancos y una cocina abierta al fondo. Una escalera en un lateral daba acceso a una entreplanta que era la habitación y baño principal. Al fondo, una gran puerta de cristal, daba a una inmensa piscina. Todo era blanco perfecto, incluso alrededor de la enorme piscina, como rebosadero había unas piedras blancas. En un lateral de césped bien cuidado y recortado había una cama balinesa de madera de pino lacada en blanco con techo de dosel y 8 cortinas de gasa blanca, al otro lado unas tumbonas y mesitas.

Me limitaba a seguirle, mientras que él me mostraba toda la casa. Al fondo del jardín un pequeño apartamento para invitados. La abrió y me dijo:

- ¿Donde prefieres vivir? ¿ En la pequeña o en la grande?

- ¿De que estás hablando?

Sonrió y añadió.

- Bromeaba. Decía que si querías que nos quedasemos hoy en la casa de la piscina o en la grande.

- Y... ¿no podemos quedarnos aqui fuera? Ahí.- Dije señalando la cama balinesa.

- La casa es toda tuya, donde desees. Es tu día, tu eliges.

- Gracias, pero, ahora que lo dices, ¿quien es el propietario de esta casa?

-Yo. Todas las casas de la zona son de un inversor cliente de la firma. La adquirí como pago de un servicio. Pero si te gusta, puedo regalartela.

-¿Bromeas? ¿Como vas a regalar algo así a alguien a quien apenas conoces?

-¿Eso crees?

Le miré interrogante, ¿era realmente un psicópata empeñado en conseguimerte como trofeo?

- Soy abogado ya lo sabes, me gusta estudiar a las personas, me fijo en sus movimientos, en su mirada, en sus gestos y analizo cada palabra para saber que hay detrás. Eso unido a que tuve un poco de ayuda de Jhon en un principio. Al conocerte.

- Hablando de Jhon, dice que preguntaste por mi, en un principio -quizás no debería haberle metido en la conversación, pero Robert lo sabría mas adelante.- ¿ Porqué dejaste de hacerlo?

- No dejé de hacerlo. Te conocí en la fiesta y allí mismo pregunté por tí, me dijo que no eras feliz con tu marido. Y por eso busqué el acercamiento mas tarde en la fiesta tras la cena. No sé si recuerdas que hablamos durante al menos 25 minutos. Ahí descubrí que no solo eras hermosa, sino inteligente e independiente, fuerte de convicciones y muy tierna y dulce a la hora de hablar de tus seres queridos. ¿Como no enamorarme de tí? Lo que en un principio fue admiración, fué creciendo a medida que te conocía.

- ¿Que me conocías? ¿Como?

- Por Jhon. Jhon y yo, no solo trabajamos juntos en ese caso. A día de hoy su buffete me pertenece. No es que lo absorviera ni nada de eso, más bien fué una alianza. - Paró durante un segundo para mirarme y continuó.-Le pedí que me hablara de tí, le dije lo que me había ocurrido contigo y me animó a seguir ahí, como amigo. Estaba dispuesto a volver a presentarnos de nuevo, si tu no te acordabas de mí. Me dijo que querías divorciarte. Pero el trabajo, hizo que me ausentara de Los Angeles durante algún tiempo, llegué el viernes de Europa con Marco, y sin querer te encontré en la discoteca.

No era lo que Jhon, me había contado ¿porqué? ¿quien mentía? Robert continuó:

- Sé que anoche hablaste con Jhon. Y sé que te contó. Me llamó esta mañana, estaba preocupado por haberte mentido.

-¿Porqué no me lo contó todo?

- Yo se lo pedí cuando nos asociamos, quería conocerte y que me conocieras de forma normal. Sé que al final, ha sido el destino quien nos unió, si crees en ello. Jhon me dijo que te habías separado pero solo pensé debo de volver a Los Angeles y conquistarla. Nadie podía imaginar que nos veríamos esa noche. Ni siquiera sabía cuando llamé a Jhon aquella mañana, que regresaría en jet privado. Pensaba reunirme con él hoy para poder tener una cita a ciegas. El, su esposa, tu y yo. Pero.., las circunstancias cambiaron.

- Debo hablar con Jhon.- Añadí seriamente.- Estoy perdida, entiendeme. ¿Mi amigo me mintió?

- No. El solo omitió algo que a ti no podía interesarte, ya que eras una mujer casada. Aún así...- sacó su telefono, marcó mientras estabamos sentados en la balinesa y puso manos libres.- ¿Jhon? Linda está aquí, puedes contarselo todo.

Jhon contó como Robert quedó impresionado por mi belleza, como despues le dijo que yo le gustaba. Preguntaba a Jhon cosas como, mi color favorito, mis flores, fecha de cumpleaños... Y solo con la esperanza de que algún día pudieramos coincidir. Robert quiso acercarse cuando me separé, pero Jhon, le dijo que yo estaba muy dolida y no era el momento, que quizás mas adelante, cuando llegara el divorcio, tal vez... Pero mi divorcio coincidió con su viaje a Europa. Sabía que todo había acabado y venía dispuesto a verme en una comida juntos, como ya contó Robert.

- Perdoname amiga, pero Robert es un buen tío y tu te mereces lo mejor.

Estaba confundida, no sabía si gritar, si enfadarme o llamar a un taxi. Miré a Robert que dió las gracias a Jhon y colgó la llamada.

- Sé que puedo parecer un psicopata, un loco, pero si estoy loco es por ti. Y como dije nada fué premeditado. Solo ocurrió. Nos encontramos y tu me llamaste ayer.

- Robert, ayer dijiste que no sabías quien era en la discoteca, que te acordaste por la mañana, ¿Por qué?

- Si te hubiese contado la verdad ayer, hubieras huido de mi, como probablemente quieras hacer ahora. Si es así, te llevaré a casa. No pienso dejarte con esas dudas y en otro taxi.

- No. No iré a ninguna parte.- No sé porque contesté aquello, ni porque decidí quedarme, pero añadí.- Vine a relajarme.

Pude notar como él tambien se relajaba. Se levantó y trajo unos cócteles de la nevera.

sábado, 13 de marzo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 9

Era bastante tarde pero no podía esperar para llamar a Jhon, así que, envié un mensaje para tantear si seguía despierto.

Contestó " llamame y cuentame que tal tu despedida de casada".

- ¡Hola Jhon! Perdona las horas. Pero necesitaba hablar contigo.

- No te disculpes, sabes que estoy siempre para tí. Dime.

Le conté todo abreviado y le pregunté por Robert, no directamente por su persona pero si como profesional.

- Jhon, lo que realmente necesito saber es... A Robert me lo presentaste tu en una fiesta y ahora se ha ofrecido a ser mi abogado. ¿Qué puedes decirme de él?

- ¡Eeehhh..! Aquí pasa algo ¿verdad?- dijo en tono graciosillo.

- Hablame de él, por favor. Necesito saber si puedo confiar en su persona.

- Como abogado, es impresionante, frío, calculador, nunca pierde un caso. Esta asociado con abogados de Europa y trabaja tanto aquí como allí . Su nombre está relacionado con las mejores inversiones y firmas de Los Angeles. ¡ Es un crack, mi idolo! Así que como ves profesionalmente soy imparcial. Pero supongo que  a ti te interesa más su lado personal.

-¡Por favor!- supliqué.

- De lo personal, poco se sabe, no se le conoce novia y generalmente no suele ir a fiestas, su vida social es limitada. Pero, ¿recuerdas la fiesta? Te conoció y se quedó prendado de tu belleza, buscaba excusas para preguntar por ti. Al principio, me llamó un par de veces, pero le dije que no eras muy feliz en tu matrimonio, que tenías sospechas y eso fué un mes antes de tu saber lo de la infidelidad de tu exmarido. No volvió a llamar y yo no le dí importancia. De sospechar que iba en serio, le habría dicho que te separaste.

- Piensas, que de verdad se pudo enamorar de mi. ¿?

- No lo sé, no soy él. Pero si sé que cuando quiere algo va a por ello. Hasta sospeché que a tu marido él le puso el gancho.

- ¿En serio?- me preocupé.

- ¡Es broma! - Río.- El día de tu sentencia, el viernes, estuvimos hablando, por trabajo. No sé porqué me notó feliz y le dije que estaba celebrando el divorcio de una amiga. Preguntó si el acuerdo lo había cerrado yo y le dije que sí. Y que tu estarías celebrandolo. No usé en ningún momento tu nombre. Así que vuestro encuentro fué casual.

- Si, pero.., hay algo curioso, él me dijo que en la discoteca no sabía quien era, que me recordó al día siguiente. Si es como dices, si preguntaba.., me conocía, ¿o no?

- Puede que si bebiera.., no sé, puede que no se acordara. Eso debes preguntarselo a él.

- Gracias, lo haré.

- ¿Te gusta?- Preguntó serio Jhon.

- Bueno, es guapo, inteligente.., pero ¿puedo confiar en él? Ya sabes que para mi la confianza es primordial.

- No te cierres a conocerlo, puede ser tu hombre.

Asentí con la cabeza, le dí de nuevo las gracias y colgué.

Dormí placidamente y desperté como nueva. Llamé a la oficina y Phillips estuvo de acuerdo en que descansara. Solo me quedaba esperar a que Robert dijera donde iríamos.

Al colgar a Phillips, tenía un mensaje. "Traje de baño y ropa cómoda, de lo demás me encargo yo. Emogis de corazones y besos". No pude más que sonreir pareciamos dos adolescentes tontos. Contesté. "Ok. Te espero. Emigi besos".

Preparé un bolso con ropa de repuesto y con el protector solar, supuse que iríamos a la playa, hacía tiempo que no bajaba, echaba de menos surfear, lo hacía a menudo años atrás. Tal vez debería de retomarlo. El olor del mar, la libertad, el viento en mi rostro y ese color canela que adquiría mi piel rapidamente.

Pensaba en ello cuando llamaron a la puerta.

- ¡Buenos días princesa! - me recordó la película "La vida es bella".

-¡Buenas! - añadí con mi mejor sonrisa.- Cogeré mis gafas de sol. 

Me siguió con la mirada mientras me dirigía a mi habitación. Al regresar, cogí mi bolso y me dirigí a él.

- ¡Estas preciosa esta mañana!

- Muchas gracias, pero eso significa que ayer estaba horrible, aunque lo entiendo...

Rió y añadió:

- No era tu mejor día, pero tu esencia es única y esa no te falla nunca.- Se acercó a mí y me besó dulcemente.- ¿Nos vamos?

- Si.- Dije mientras asentía tambien con mi cabeza.

- Hoy moto, espero que no te moleste. Es lo mejor para el sitio donde vamos.

-¿Y donde vamos?- Pregunté.

- Es una sorpresa. Solo relajate y disfruta.

Salimos de mi apartamento, nos pusimos los cascos, ambos negros, a juego con la moto, una BMW K1600 GRAND AMERICA, color negro tormenta, totalmente equipada y con motor de 6 cilindros en linea de 4 tiempos, refrigerado con agua y aceite. Lo sabía porque me encantaba esa moto, siempre me imaginé haciendo la Route 66 en ella, aunque en color rojo.

- ¡Mi sueño!- dije entusiasmada.

- ¿Has soñado conmigo?

- No, con la moto lo siento, solo que en roja. Y en mi sueño yo la conducía por la ruta mas espectacular de America.

- La tengo pendiente para este verano, Route 66. ¿Te apuntas?

Me quedé helada, siempre pensé hacerla yo sola, pero la compañía no me disgustaba en absoluto.

No contesté, me limité a encoger los hombros y subir a la moto. Esperaba mi sorpresa. Aunque ya tenía la primera. Mas bien las dos primeras. Mi principe azul y su lindo corcel.

sábado, 6 de marzo de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 8

Tras descolgar y gritar sin asegurarme antes de que fuese ella, solo pude soltar una carcajada. La oí reír al otro lado del teléfono móvil.

- Ya lo sabes amiga... ¡Marco es divino!  Y Milán.., ¡¡mamma mia!! Como se dice por aquí. Y tu, ¿ que tal?

No quise interrumpir su dicha.

- Genial, estoy con Robert, es un sol.

-¡ Uuuuhhhh! Yo diría que algo mas que un sol...(Rió nuevamente).

- No me hagas hablar, que está delante.- Dije ruborizándome y mirándole.

- Marta, ¡recuerdos a Marco, dile que le extraño, sobre todo su genio!- Gritó Robert para que Marta lo oyese.

- ¿Le has oído?- pregunté.

- Si, luego le llamará Marco. Bueno amiga volveré en unos días. ¡ Suerte con tu chico! Y diviértete tanto como yo... Besitos a ambos.

- Adiós, hasta pronto, besos.

Marta te envía besos.

- De verdad, no sé quien es mas loco, si Marco el impulsivo o tu amiga Marta, lo que esta claro es que disfrutan de la vida... Y hablando de eso... ¿Tu no tenías el fin de semana libre? Hoy no has disfrutado de tu sábado. Que te parece si mañana hacemos algo.

- Pues.., no sé.(¿Qué estaba diciendo? ¿Me había vuelto loca? ¿Porqué no dije que si?)- pensé, ya que un hombre genial se fijaba en mi.

- Mira, ese será tu pago por mis servicios de hoy. Un día de relax juntos. Además a mi tampoco me vendrá mal desconectar un poco. Trabajé esta mañana y últimamente trabajo muchos fines de semana.

- Poca vida social, supongo.(¿Qué estupidez acababa de decir?)

- Sinceramente, desde que me enamoré de una preciosa chica en una fiesta hace un año, no paro de trabajar para no pensar en ella. ¡Me estaba volviendo loco!

- ¡Pobre chica! - añadí sonriendo.

-¿Por qué? Si ella no era consciente de ello.

- Pues porque lo hermoso sería un amor correspondido y si tú no le dices nada, lo mismo...

- Ella estaba casada, pero es cierto que debía de haber preguntado mas por ella de lo que lo hice. Aunque ya pareciera obsesión y su amigo abogado me hubiese demandado.

-¿Preguntabas por mí?- dije boquiabierta.

-¿ Quién ha dicho que seas tu? ¡ Serás presuntuosa!- bromeó.

Puse los ojos en blanco. Ahora sí que preguntaría a Jhon.

Llegamos a mi apartamento. Decorado en tonos cálidos y con la luz de la luna, me parecía hermoso, relajante. Pero quizás ese cambio se debía a la deidad que había en mi salón.

- Siéntate o sírvete algo. Estás en tu casa. Voy a ponerme cómoda.

Tras ponerme unos shorts de punto y camiseta a juego, salí descalza. Me encantaba andar sobre el parquet. Robert se había quitado la corbata y su chaqueta, colocándolas sobre la silla donde reposaba su maletín, y había abierto unos botones de su camisa. Sirvió dos copas y me esperaba con ellas en las manos.

-¡Estás radiante! - dijo al verme aparecer y ofreciéndome la copa dijo- La última con alcohol durante algún tiempo.

Le miré de soslayo con una media sonrisa.

- Así que... " por algún tiempo"... ¿Cómo piensas controlarlo?- preguntaba mientras cogía la copa y me dirigía a la cocina.- ¿Ensalada? ¿Te gusta el queso?

- Si a todo, tu mandas. Y respecto a como controlarte, pues no dejándote. O pensabas que te dejaría meterte en mas líos. ¿?

Le sonreí abiertamente.

- Mmm... Me preocupa esa obsesión. Habrá que mirarla. ¿Puedo ser tu doctora?- Añadí mientras sacaba un arsenal de la nevera.

-¿Está usted capacitada para analizarme psicológicamente?

- Pues.., podría sorprenderte. - Sonreí de nuevo.- Bueno, ¿me ayudas y te voy contando?

- ¡Si señora!- dijo dispuesto y remangando sus mangas de camisa.

Le conté lo poco que podía uniéndolo a los datos ya obtenidos, analizando uno a uno. Estaba claro que el crimen no tenía mucho que ver conmigo excepto por dos motivos. 1.Estaba en mi habitación. 2. Estaba desnudo, como yo lo estaba al despertar.

Robert aclaró:

- Puede que lo colocaran desnudo, aprovechando tu inconsciencia para que pareciera que era tu amante de esa noche. Pero fue un fallo no dejar su ropa.

- Si, pero ¿Cómo sabían de mi vulnerabilidad?

- Fácil, entraron por error. Tu estabas allí. Y no sé... al ver que no despertabas... Piensa que la habitación es la misma pero en una planta inferior.

- Son conjeturas, esto hay que demostrarlo todo. Aún así no me rendiré.

- No lo dudaba, sé que eres concienzuda.

Reí y añadí:

- Soy mas cabezota de lo que todos piensan. Pero ¿ y su ropa?

- Podría estar llena de sangre y haber restos de ADN, por eso la eliminaron.

- Lógico.

Continuamos hablando de todo un poco. Bromeábamos constantemente y al cabo de unas horas Robert añadió:

- Preciosa, es hora de descansar. Mañana te recogeré sobre las 10:00 am. ¿Te parece bien?

Asentí, nos despedimos con unos besos en la mejilla, con alta tensión sexual, que tras una mirada cálida y fija en nuestros ojos, se convirtió en un dulce beso en los labios.

- ¡Buenas noches! - sonrió y salió.

lunes, 1 de marzo de 2021

SIN MEMORIA -Capitulo 7

 Nos dirigimos al laboratorio, sin decir nada, ambos cavilamos sobre lo oído en el despacho.

- ¡Grace, hola! ¿Qué tenemos? Por cierto, te presento a Robert Callagham, mi amigo y abogado.

- ¡Hola!- dijo jovialmente.- Pero, ¿que haces aquí? Te hubiese enviado el informe esta noche.

- Necesitaba tu ayuda, solo eso. Aquí tienes la ropa, por si encuentras restos de ADN que no sean míos. Y necesito que lleves a analizar mi sangre, por si hay restos de drogas.

- ¡¿ Qué..!?- añadió incrédula Grace.

- Te has quedado tan helada como yo, lo sé, pero mi amigo me hizo ver que podían haberme drogado. Me hago la extracción en mi despacho y te la doy.

- Estupendo.- Añadió contenta de llevar este caso sola y continuó.- Y respecto a este Robert, (dirigió su mirada a la victima), fue un golpe seco, con un objeto de cristal, pero no de cualquier cristal, este cristal es italiano y con gran cantidad de plomo, como el que se utiliza en esculturas. No hay nada parecido en el hotel, a menos que sepamos. Su muerte la situó entre las 04:30 am o 05:00 am.

- Gracias Grace, te traigo la muestra.- Dije mientras cogía el instrumental para la extracción.

Robert y yo nos dirigimos a mi despacho. Estaba claro que la muerte no había ocurrido en el baño del hotel, no había sangre...

- Espero que no te de miedo un poco de sangre -dije bromeando, para quitar hierro al asunto.

- ¿¡Estas loca!? Esto es lo mas apasionante que me ha pasado desde que te conocí.

- ¡Ah bien! Es bueno saber que comparas nuestra presentación con un análisis de sangre.- Dije de forma sarcástica.

Me puso mirada acusadora y dijo:

- Me refería a todo lo que te esta pasando. ¿Siempre tu vida es así de entretenida?

- Si. Por eso me divorcié. Mi marido no podía con tanta diversión.(Sarcásticamente). Y me reí.

Tras la extracción dí la muestra a Grace y nos despedimos.

Al salir por la puerta y en dirección a la salida, me encontré con Bill de frente. Anochecía.

- Pensé que no te vería hasta mañana. - dijo Bill, analizando con su mirada a Robert,- ¿Qué tal lo llevas?

- Bien. No te preocupes. Por cierto, gracias - le dije mientras extendía sus gafas hacia él.- Me han sido muy útiles. Te presento a mi abogado Robert Callagham. Y otra cosa, puedes... - no terminé la frase al ver que Phillips se dirigía a nosotros.

- ¡Jefe! - saludó Bill secamente y se dirigió a su mesa, tras hacerme un gesto de saludo al irse.

- ¿Ya os vais? - Preguntó Phillips.

- Si. Iba a darle esto a Bill.- Sacando el papel donde Robert apuntó los datos del taxi.- Son los datos del taxi que me llevó a mi casa desde la discoteca  y conste que digo "casa" y no apartamento, ni hotel.

Phillips miró el papel y puso mirada interrogativa. Continué:

- Esa es la hora a la que lo cogí y la matricula...

- Alto, -casi gritó Robert- si la muerte se ha situado sobre las 04:30 am, eres inocente.

-¿ Cómo..? - Añadimos al unísono Phillips y yo.

- Si. La discoteca se encuentra de tu dirección , a unos 30 minutos, al menos de la dirección de tu casa de casada. Te dejé en el taxi sobre las 03:45 am. Si suponemos que te llevó serían las 04:15 am.

- Sigue habiendo casi un margen de 1 hora, te recuerdo que la hora no es exacta.

- ¿En que hotel estabas? Porque que yo sepa, tu dirección es muy a las afueras de Hollywood. Tendrías que necesitar otro tiempo para regresar. Además no podías mantenerte de pie, con lo cual no pudiste golpear a nadie. Dudo que tuvieses fuerza para ello, no podías ni con tu cuerpo.

Aquello tenía toda la lógica posible. Y no era un mal argumento pero habría que demostrarlo.

- Gracias- añadió Phillips - Esto es un gran avance, con respecto a Linda. ¡Buenas noches!

Y entró de nuevo.

- ¿Cena?- preguntó Robert al tiempo de salir,-  Profesional - añadió- Quiero todos los detalles del caso.

- Ok, pero algo informal y rápido...Aunque pensándolo bien, ha sido un largo día... ¿Porqué no en mi casa? Así podremos esta cómodos.

- Bien, entonces vamos.

No solía invitar a nadie así, tan rápido, a casa y menos sin conocerle, pero Robert me inspiraba confianza.

Subimos a su impresionante coche, estaba claro que Robert no era cualquier abogaducho, debería hablar con Jhon, mi amigo. Necesitaba saber mas acerca del desconocido que se había vuelto imprescindible en mi vida.

- ¿ En qué piensas?- dijo tras arrancar el coche.

- En todo y nada. Sé que es contradictorio, pero si la victima fue golpeada, y en la habitación no había sangre, ni restos de ella, lo tuvieron que matar en otro sitio. Y como tu añadiste y por mi resaca doy por hecho, que no pude ser yo.

- Lo sabía. Por eso acepté el caso. No llegaremos a juicio..

- ...Pero si no sabías de que iba...Además aunque hayas formulado tus conjeturas con lo oído, hay mucho que explicar.

- Y yo tengo todo el tiempo del mundo para ti.  - Dijo mirándome-. Por cierto, no soy muy buen abogado criminalista, pero te aseguro que hubieses tenido el mejor abogado defensor del mundo.

- ¿Tu? - pregunté.

- Yo, Jhon Robinson, Marco y todos los que hubieran sido necesarios, no te abandonaría nunca.

Me ruboricé ante dichas palabras, y lo cierto era que Jhon tampoco me hubiese abandonado. Estaba segura de ello. Por primera vez en todo el día pude sentirme tranquila y feliz, al menos aquello iba pareciéndose mas a un caso externo que a una acusación de sospecha hacia mi persona. Pero aún quedaba aquel vacío que debía de rellenar y sabía que todo llegaría a su fin en el momento adecuado.

De repente sonó mi teléfono, era una extensión, un número extrajera, se lo mostré a Robert, poniendo mi cara de desconcierto.

- Italia- añadió.

Descolgué y grité:

- ¿Marta?¿ Estas loca?