viernes, 9 de abril de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 12

Despertamos sobre mediodía, él estaba abajo en la cocina, yo tenía mi bolso a los pies de la cama. Lo cogí y me dirigí al baño, me duché y me cambié rápidamente. Bajé las escaleras, tenía el desayuno preparado, junto a un beso y la mejor sonrisa del mundo.

Cogí una tostada, la mordisqueé y añadí:

- ¡Es tardísimo, tenía que estar trabajando ya! 

- Lo sé, lo siento, nos dormimos. Llamó el comisario Phillips, atendí, lo siento, pero le dije que estaríamos allí en un par de horas.

- Gracias.

- Desayunamos y nos vamos, ¿ok?

Estuve de acuerdo. Sonreí. Desayunamos entre besos y palabras de amor, era tan dulce, que visto desde afuera parecería empalagoso. Nuestros besos iban a mas, pero tuve que frenar la escena a tiempo si queríamos trabajar.

- Vámonos, nos vemos esta tarde y continuamos donde lo hemos dejado.

-¿Lo prometes?- Preguntó como si de un niño se tratase. Un niño que esperaba su dulce, su recompensa.

Asentí con la cabeza. Recogimos todo, cerramos y salimos camino a Hollywood.

- ¿Tienes que pasar por casa?- Preguntó él.

- No. Puedo ir así, no saldré del laboratorio hoy, llévame a la Estación Rampart.

- Estupendo. Te dejo y voy a casa, de allí a la oficina.

El camino de vuelta fué mas rápido de lo imaginado, al llegar al parking dijo:

- Linda, gracias de nuevo por todo.- Me besó.- Te llamaré.

- No entiendo, ¿por qué me das las gracias?

- Lo entenderás. De momento debes saber que es solo por permitirme entrar en tu vida.

Le besé.

- Ya hablamos.- Me despedí y me dirigí a la entrada.

Le ví alejarse al llegar a la puerta, se veía siempre tan seguro de si mismo...

Entré y ví a Bill.

- Hola. ¿Algo nuevo?

- El jefe no está de humor, ya sabes el FBI...

- Gracias por advertirme.

- Por cierto, vienes muy fresquita ¿no?

Un pantalón de lino y una camiseta. Fresco si. Pero tampoco me resultaba tan informal. Aunque a la oficina solía ir mas de trajes o vaqueros, camisas y blazers.

- ¿Te disgusta? - contesté mirándole seriamente a los ojos.

- No, no. Estas genial. Solo que distinta, no sé, más relajada.

- Esa era la función al no venir ayer, relax.

Asintió con la cabeza. Phillips venía hacia mi.

- ¡Linda, buenas tardes!

- Jefe, ¿Qué hay?

- Vamos al laboratorio.- Dijo secamente.

Nos dirigimos en silencio, algo grave debía pasar.

- ¿Qué ocurre? - pregunté preocupada.

- Te drogaron, Grace te dirá con que cantidades y productos, pero te tuvieron que inyectar uno de ellos.

- ¿En serio? Grace cuéntame.

- Tenías restos de un excitante sexual, ese lo pudieron administrar en la bebida, pero el otro, el que producía la resaca y no te permitía abrir los ojos, heroína.

- ¿Qué? ¿Cómo? No entiendo.

- Buscaré en tu cuerpo algún pinchazo, si no te importa, - dijo Grace.- Probablemente esté donde no puedas verlo.

Nos dirigimos al baño y efectivamente, cerca de mi columna vertebral había un pequeño pinchazo.

- Debieron inyectarlo mientras dormías.

- Pero, ¿tan dormida como para no despertar?

- El excitante que pusieron es nuevo, te dá el subidón rápido y después un cansancio total, incluso podrías no recordar nada. La heroína supongo que la pusieron al poner el cuerpo allí. Robert murió en un callejón no muy lejos del hotel. Se encontró su ropa en un contenedor. Así que está en análisis, junto a una pieza de cristal.

- ¿En un callejón?- pregunté.- ¿Quién lleva un cristal tan caro a un callejón?

- Una limusina privada.

- ¿Qué?

- Te lo contará Phillips.

Salimos del baño, Phillips aún nos esperaba.

- ¿Y bien? - Preguntó por el pinchazo.

- La espalda, entre vertebras dorsales.

Phillips asintió y continuó:

- Robert se reunió en un restaurante con alguien, lo sabemos porque preguntamos en la zona. Se acordaban de Robert, pero no de sus acompañantes, dos hombres, y una gran limusina plateada. No debe ser difícil hayar una limusina de ese color, al menos que sea propiedad de alguien. Y dimos con un sospechoso. Adivina.¿?

- Ya. Supongo que se acabó la investigación ahí, el FBI, ¿no?

- Si y no. - Respondió Phillips.- Si obtenemos la matrícula del vehículo y lo vinculamos directamente en el caso. El FBI, estará en un lío si se ha cometido homicidio delante de sus narices.

-¿Había una cámara en la calle?

- En el semáforo de la esquina. Si situamos la limusina cerca del homicidio, puede que tengamos algo.

- Algo, pero no un móvil.- Pensé en voz alta.

- Puede que tengamos un móvil. Algo personal. Su sobrina.

- Phillips, esto pinta mal.

- No es bueno, pero se equivocaron de habitación y eso lo pagarán.

- Gracias Phillips.

- No des las gracias. Aún hay más. El taxista que te llevó, dice que en la puerta te recogió un hombre, que te besó apasionadamente. Según sus palabras "a esa mujer le iban a dar un buen repaso."

- ¿Pudo dar una descripción?

- Mas o menos lo mismo que el video del hotel.

- ¿Lo tenemos? ¿Puedo verlo?

Naturalmente, te esperaba para ello. Aunque oculta su rostro, quizás tu puedas reconocerlo.

- Cuando quieras...

- Vamos a verlo. Lo verá Bill también, por si acaso. Cuantos mas ojos mejor, lo mismo vemos algo, si no uno, otros.

- ¿Qué te parece si llamamos a alguno de mis amigos abogados?

- ¿Algunos? - Preguntó Phillips, asombrado por tener mas de un abogado.

- Ya te contaré, pero creo que el mejor será Jhon. Por el circulo de amigos en común.- Contesté.

- Ok. Voy preparando todo en la sala de visionado.

Asentí y marqué rápidamente a Jhon.

- Te necesito, ahora en la Estación Rampart, es urgente. Me lo debes. Y hola.

Jhon rió y dijo:

- Hola, allí estaré en 10 minutos.

- ¡Gracias! - Colgué.

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