viernes, 30 de abril de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 15

 Hicimos el amor como locos, de forma dulce, sensual. Había mas amor que puro morbo sexual. Cada caricia se expandía por mi cuerpo como descargas eléctricas que inundaban mis sentidos.

Nos besábamos y acariciábamos mutuamente, hablábamos, sonreíamos... A Robert, tras un orgasmo se le escapó un "te amo". Hacía tanto tiempo que no me sentía amada... No era lo mismo oír aquellas palabras de alguien vacío, sin sentimientos, que oírlas de alguien que lo demostraba. Cada vez estaba mas segura de los sentimientos de Robert, a pesar del poco tiempo juntos. Pero ¿y mis sentimientos? ¿Qué sentía yo?

Amaneció. Sonó el teléfono justo antes que el despertador. Jhon. Debía ser urgente. Lo cogí, Robert se preocupó:

- ¿Puedes poner manos libres?

- ¡Hola Jhon! Estas en manos libres, aquí está Robert.

- ¡Hola a ambos! ¡Me alegro que estéis juntos! Pero sobre todo porque se quien es la chica del video, apenas dormí pensando donde la había visto. Y ahora si que sí, me voy al juzgado a poner la demanda en tu nombre, diremos que recordaste quien te llevó al hotel.

- ¡Alto! No te precipites. - Grité. - No tenemos mas que un video y mi confirmación de que es él. Pero, ¿y la chica?

- Una estudiante en prácticas en su despacho, solo Dios sabe que le habrá prometido.

- Ok. Búscala, la llevaremos a comisaría para que la interroguen.- Contestó Robert.- Referente a la denuncia, espera. Vamos a por las pruebas, no te precipites como dice Linda, o se nos escapará. Entiendo tus sentimientos mejor que nadie, yo le mataría ahora mismo, pero la ley es la ley. Pensemos con la mente fría. Te aseguro que tendremos la oportunidad de vengarnos.

- Llevas razón Robert, pero al saber quien es la chica, es como verlo todo a la luz de un inmenso foco que le apuntaba directamente... Linda ¿Cómo estás?

Oía a ambos y sabía quien era el del video, pero, ¿por qué? ¿Qué le había hecho yo? ¿No era yo la afectada? Y por partida doble. Antes y después.

- Estoy bien. Haremos lo que Robert diga. Creo que ahora mismo es el que mantiene la mente mas fría. Llama a Phillips, cuéntale quien es la chica y él. Dile que necesitaremos a Bill y a un equipo, pero que se lo entregaremos en bandeja. Gracias eres un verdadero amigo.

Robert añadió: 

- Jhon, haz lo que te ha dicho Linda, y si no has descansado en toda la noche, descansa y deja que Phillips haga su trabajo.

- No descansaré hasta que se haga justicia con Linda.

- Te entiendo. ¡Ah, por cierto..! Linda se muda a casa, nos vemos allí para almorzar y te contamos.

- ¡Estupendo, nos vemos socio! Besos Linda. ¡Hasta pronto!

- ¡Hasta luego! - Contesté, colgué y miré a Robert.- ¿Y ahora?

-Ahora, haz las maletas. Haré desayuno, vístete sexy y mucho, vamos a por ese cabrón.

Asentí. No tenía ropa sexy, pero pensé que no sería mala idea ponerme la ropa de esa noche, que ya me fue devuelta al no encontrar nada. Así sería como decirle que lo recordaba. Me vestí. Salí y desayuné con Robert.

El me fue explicando que haríamos para pillarle. Llamó a casa, Rosario atendió rápido. Ya todo lo hacía a manos libres, para no ocultarme nada.

- Rosario, envía a Pedro a la dirección de anoche, tiene que recoger el equipaje, cerrar todo. Pero que instale un temporizador de luces, para que parezca que reside alguien. Para almorzar estaremos en casa, creo que seremos 3, confírmalo con Jhon, por si viene su esposa, seremos entonces 4. Gracias y recuerda todo saludable.

- Si señor, como usted mande. En breve estará ahí Pedro con la camioneta.

- Nos vemos, un beso Rosario.

- ¡Hasta ahorita, señor!

Colgó y dijo:

- ¿Dispuesta?

Asentí, cogí mi bolso y me aseguré de llevar las llaves de la casa grande. Hablé con Bill, todo estaría dispuesto. Salimos de casa, tardamos en llegar a la casa donde residí tantos años de casada. Entramos, todo seguía tal cual, la inmobiliaria se encargaba de que todo estuviese perfecto, limpio... No habría visitas hasta el próximo jueves, así que la casa estaba a mi disposición.

- ¡Es preciosa! Una pena que la vendas, aunque ahora entiendo que no quieras nada que te recuerde a tu exmarido.

Bill llegó al rato de estar allí, instaló cámaras y micros.

- Todo listo. Robert, ¿te vienes a verlo todo a distancia?

Me asusté, no quería tenerles lejos.

- ¿Puedes poner el ordenador en el trastero?- pregunté, estaba aterrada, me enfrentaba a un desconocido.

- ¡Claro que sí, tesoro! - dijo Marta desde la puerta.- ¿Pensabas que te dejaría sola en este lío?

- Pero... ¿Como..?- Pregunté incrédula.

- Bueno, Robert habló con Marco, son socios y le habló de un caso, tu caso, sin decir nombres, no quería estropear nuestras vacaciones, pero Marco quería estar cerca de su amigo. Yo por mi parte llamé a Phillips, no contó mucho, pero llamé a Bill y a Grace. Até cabos y aquí estoy. Sabes que soy la mejor criminóloga.

Reí y la abracé.

- ¿Podéis instalarlo cerca? ¿En el trastero o en el garaje?

- Si, en el trastero. ¡Vamos Bill!

Me quedé durante unos minutos con Robert.

- ¿Lista? Si no puedes lo dejaremos.

- No te preocupes, puedo con esto y más sabiendo que estáis cerca.

- Pues vamos allá, llámale. 

Cogí mi teléfono, inspiré hondo y marqué.

- Hola. ¿El Sr. Glaswod? Soy Linda. Gracias.

Atendió su secretaria y pasó la llamada.

- ¡Hola, preciosa! ¿Qué tal tu vida de divorciada?

- Pues, muy bien. Comencé con una fiesta y terminé con un tipo en un hotel, un tipo que me pone muchísimo. Tanto que te enviaré una foto. Por cierto, ¿repetimos?- pregunté tras enviar un selfie mío en el salón, en el que había sido durante años su sofá preferido.

- ¡Me encanta como te queda esa camisa! Pero, ¿Cómo te acuerdas del hotel?

- Pues no sé, lo soñé anoche. Me puse muchísimo y recordé lo bueno que eras haciéndome el amor. Lo echo de menos.

Robert, me miró como diciendo, "no te cueles". Le sonreí.

-Estaré ahí en unos 30 minutos.

- Te espero Cristopher.

- ¡Ten mucho cuidado!- Añadió Robert nada mas colgar el teléfono.

Bill y Marta aparecieron en la sala.

- La conversación se ha oído bien.- Dijo Bill.

- No te preocupes, estamos aquí, ese cabronazo no se saldrá con la suya. Tu te mereces lo mejor. - Marta miró a Robert.

Le sonreí y añadí:

- Hay mucho más ya te contaré. Por cierto, ¿Robert podemos invitarla para ponerla al día? 

- Llamaré a Rosario, seremos 6.

- Me alegraba la idea de tener a la mesa a mis mejores amigos, Marta, Jhon y su mujer, y ahora a Robert. Me sentía un poco más segura, solo de pensar que tenía gente tan fantástica a mi lado.

- Bien, los coches ya están fuera de la vista, cada uno a su posición.- Dijo seriamente Bill.- ¿Bien?- Me miró.

- Si. Todo bien, gracias.- Besé a Robert.- Comienza la función.

Me senté en la mesa, mi vaso estaba lleno de té con hielo, en un vaso de whisky. Oí como el coche de Cristopher se acercaba a la casa. Tomé una bocanada de aire.

Entró y añadió:

- Sabía que no estarías mucho tiempo sin mí.- Vino derecho a besarme, le esquivé.- ¿Qué pasa nena?

- ¿Un whisky?- Llené su copa sin esperar respuesta, sin dejar la mía,- Se te vé muy bien.

- No sin tí, te echo de menos, mi secretaria como te dije es solo un buen polvo.

- ¿Y yo? ¿Qué tipo de polvo soy?

- ¿Qué dices..? Tu no eres un polvo. Eres mi amor, mi mujercita hasta que la muerte nos separe. ¿Recuerdas?

- ¿Te puedo preguntar algo?- Dije acercándome a sus labios- ¿Lo del hotel fue real? Porque me encantó y quiero repetir.

- ¿Lo dudas? Me viniste a buscar, bebiste y tu subconsciente te trajo a mí.

- ¿A un hotel? ¿Cuándo quedamos?

- No fue así tesoro, bebiste mucho, nos encontramos en la discoteca y fuimos juntos. Tu pagaste el hotel.

- Si lo sé. Me llegó el cargo a la tarjeta, pero estaba confundida no sabía si había estado contigo. Pero.., ¿con quién si no es contigo?

- Solo conmigo y para mi.- Puso sus manos sobre mis nalgas y me pegó a él.- Te voy a hacer la mujer más feliz del mundo.

- Chris...- Susurré a su oído.- ¿Y tu secretaria?

- Esa esta olvidada. Después de verte en el hotel tan caliente, dándome todo lo que no estabas dispuesta a darme de casada...

- ¿Por qué no me cuentas todo lo que hicimos? Me pondría muy cachonda.

- ¡Qué tontería, repitamos lo que ocurrió!

- No sé, es que siento que no estoy tan excitada y es mi tercer whisky.

- Eso tiene solución, sacó una pastilla de su bolsillo, mientras me baboseaba mis pechos y me magreaba.

- ¡Uuufff! ¿Tomé una de esas?

- No mi amor, esto está mejor con el whisky.- La echó a mi copa y me la ofreció.

- Gracias, Christopher.

De repente, entraron en la sala Bill y Robert juntos, les seguía Marta.

Robert se acercó y le dio un puñetazo, antes de darle tiempo a reaccionar.

- ¡Esto es por ella, capullo!

Bill lo cogió del suelo y lo esposó, añadiendo:

- ¿Sabes que hacen con tipos como tu en prisión?

Marta le miró y escupió al salir.

- ¡Cerdo!- Corrió hacia mi.- ¿Estas bien tesoro?

- Necesito un baño. Coge ese vaso, es la prueba.

Asintió y comenzó a hacer su trabajo. No sin antes añadir, mirando a Robert.

- Envíame la ubicación.

El me abrazó y me sacó de allí. Entregó las llaves de mi antigua casa a Bill, que había regresado de dejar a Chris en el coche patrulla.

- Recoger todo, gracias. ¡Ah! ¿Podrías decirle a Phillips, que Linda no irá a la oficina hoy? Creo que ha tenido suficiente por hoy.

- Sin problemas. Gracias a ti por ayudarnos, nos vemos. Y cuídala.

Robert me acompañó a su coche, nos dirigimos a su casa.

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