Un día alguien muy querido, me dijo que.., "para ver la belleza de un valle, había que hacerlo desde la cima". Y cuan cierto es...
Desde entonces, comencé mi escalada. Como en todas las escaladas, a veces resbalamos y caemos... Yo caí. Y pensé que jamás me recuperaría, pero aprendí. Aprendí y mucho de aquella persona.
Aprendí, que los samuráis siempre se levantan y luchan hasta el último aliento. Y eso es lo que hice.
Un día levanté mi cabeza y vi que no podía ver más allá de mi altura, por aquel entonces mas baja, ahora 1,65. Así que decidí avanzar en dirección a la cima. Con cuidado de no caer, agarrándome y aferrándome a la vida, gracias a mis seres queridos. Aunque ya voy visionando cada vez mas de ese gran valle, que es la vida, aún me queda por descubrir mucho mas. Mas allá del horizonte. Y para ello, debo de subir mas alto.
Solo espero, que el día que consiga llegar.., el día que consiga que mis sueños se realicen por completo.., no me encuentre sola allí arriba. En principio, espero que esa escalada la hagan conmigo mis seres queridos, pues no permitiré que se queden atrás. No va en mi naturaleza.
Aunque tampoco espero que se interpongan en mi camino.
Pero.., lo que si me gustaría es llegar saber, que la persona que me dio esos consejos, también haya alcanzado su meta, su cima. Porque no me gustaría saber, que tras tanta sabiduría, no hubieran pasos firmes. Espero que no se quede en el valle, en un callejón a oscuras, esperando que llegue alguien que lo anime a avanzar. Espero que sepa avanzar solo, tal y como yo lo hago.
¡Querido amigo, espero verte en tu cima...!
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