sábado, 13 de febrero de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 5

 Philz Coffee, era una cafetería informal, con self service, pero allí acudía gran número de empresarios de la zona, así que no destaqué mucho con mi traje gris. Mas bien pasaba desapercibida.  Aunque realmente, deseaba que así fuera, las gafas de sol de Bill me quedaban horrendas, "¿porque no cogí unas mas femeninas?", pensé.

Allí sentada, mientras esperaba a Robert, el abogado, intenté recordar aquella fiesta y ponerle rostro. Recordaba a muchísima gente y caras nuevas, pero no era capaz de unir imagen y nombre. Solo me quedaba esperar. De repente, alguien se acercó a mi mesa.

Moreno, 1.90 centímetros, piel bronceada y cuerpo atlético, sin ser exagerada su musculación, parecía un modelo de revista, un hombre sacado de un sueño. Y sus ojos, eran de un negro azabache con una profundidad increíble, parecería estúpida allí admirando a aquel Adonis, mientras que el me dirigía una sonrisa tan perfecta que parecía hipnotizante.

- ¡ Hola Linda!¿ Estas bien?- Preguntó ante mi mutismo, con un poco de preocupación en su rostro.

-¡ Ah, perdón! Intentaba ubicarle en mi cabeza, la resaca, ya sabe...- Añadí algo avergonzada.

Sonrió al tiempo de sentarse, pidiendo permiso con su mirada. Asentí con la cabeza. Y mientras tomaba asiento añadió:

- Nos tuteamos, ¿recuerdas?- preguntó al tiempo que no dejaba de estudiar mi rostro- ¿Tan grave es..? ¿Seguiste tomando en casa o te metiste algo?- continuó.

- ¿Perdón..?- pregunté incrédula.- ¿Doy imagen de meterme drogas..?- Dije al tiempo de quitarme las ridículas gafas.

- Sinceramente...- añadió muy despacio- Ayer no se cuanto bebiste antes de nuestro encuentro pero...

Se detuvo al acercarse la camarera con un té helado con una hojita de menta. Puse una mirada interrogante. Sonrió de nuevo y añadió:

- Estabas tan absorta en tus pensamientos, que entré y pedí directamente.

Y me mostró de nuevo su  magnifica dentadura, era como si supiese de su magnetismo.

- Decías que no sabías cuanto bebí anoche, una copa de vino mientras cenaba y un cosmopolitan, más el que tenía en la mano al encontrarnos.

Me resultó extraño hablar con tanta facilidad, pero algo en él me decía que debía de confiar. Además lo mismo necesitaba un abogado.

- Entonces, ¿me recuerdas?- Dijo sobradamente.

- No exactamente. Recuerdo haberte visto en la discoteca y sentarnos con vosotros, ¿tomé otro comopolitan? ¿O no?

- Si. Es por eso que pensé  que habías bebido o consumido algo... Conmigo solo tomaste 2 copas. Y entre la primera y la segunda, fuiste al baño. Tras salir del baño, nos pusimos a bailar. Bueno.., tu amiga Marta y  mi amigo Marco, intimaron más...

Reí y pensé " ¡Esta es mi Marta, no tiene remedio..!" Pero contesté:

- Bailamos, ¿y..?

- Bailamos varios temas y a medida que nos movíamos, tu estabas mas desinhibida... No sé si me entiendes...

-¿ Hasta donde llegamos?

- Bueno, tu amiga y Marco al final y lo sé de buena tinta. Tu y yo, ¿Dónde crees?- dijo pícaramente.

Mi rostro se tensó, si hubiera tenido sexo con él y no me acordaba, era para matarme. ¿Cuándo tendría yo otra oportunidad como esa? Me sentía frustrada y enfada conmigo misma por no recordar... Sonó mi teléfono.

- Phillips?- contesté, no sin antes pedir permiso con un gesto a Robert.

- Linda, tenemos la declaración del recepcionista de noche. También tenemos información del cadáver, si puedes pasarte te pondré al día.

- Gracias, estaré ahí en un rato. - Y colgué.

No era normal que a alguien implicado se le diera esa información, pero estaba claro que el jefe, confiaba en mi. Me veía inocente.

Miré a Robert y le pedí disculpas.

- No pasa nada. Pero dime que ocurre.

- Verás, no recuerdo nada, Marta ha desaparecido y no sé que fue de mi desde el baño.

- Por Marta no tienes que preocuparte. Marco me dijo que se iban unos días a Italia, a su casa natal.

- ¿Qué?- pregunté incrédula.

- No lo pensaron. Se despertaron y se marcharon. Marco es un italiano muy impulsivo. Marta al parecer está sin batería te llamará cuando se instale en Milán.

Mi cara debía de ser un poema, estaba estupefacta. Conocía las locuras de Marta pero esta, me superaba.

- Referente a nosotros..- continuó- la cosa se calentó y pensamos en algo mas, pero sinceramente, me gustaste desde que te conocí en la fiesta, así que, me porté bien. Te metí en un taxi y le dí tu dirección al taxista.

- ¿Mi dirección? ¿Como..?

Soltó una carcajada al ver mi expresión.

- Soy bueno en muchas cosas, pero no adivino. Te pregunté y dijiste que en tu agenda. La saqué, corté un trozo y lo metí en tu pantalón con mi número por si necesitabas algo. Es bueno llevar agenda clásica, y mas con bolígrafo incluido. Le di la dirección que había apuntada  al taxista.

- ¿Por qué no apuntaste tu número directamente en la agenda?- pregunté estúpidamente sin pensar.

- Bueno, si lo hubiese  puesto en la agenda... ¿Cómo decirlo? ¿has abierto la agenda hoy..?

Sonreí, tenía razón la agenda solo la abría por el día en cuestión y lo mismo no lo hubiera visto.

Continuó diciendo:

- En el bolsillo era mas fácil , al lavar los pantalones tendrías que mirar si dejabas algo dentro...

Volví a sonreír, "muy inteligente" pensé y añadí:

-¿No sabrás por casualidad la matricula del taxi? Lo digo porque te fijas en cada detalle.

Soltó un carcajada suave, pero a su vez sonora. Agachó la cabeza como avergonzado, a la vez que dijo:

- Te pareceré un loco, lo cierto, es que me sentía culpable de dejarte sola en un taxi en ese estado, y como yo no llevaba mi coche, no te pude llevar yo...- mi mirada era interrogatorio- ¡¡ En mala hora decidí llevar la moto!!- dijo enfadado consigo mismo.

- No te preocupes.  Solo necesitaba como localizar al taxista, porque la dirección de mi agenda, no es la correcta.

- ¿Cómo?- Se apresuró a preguntar asombrado-. De haberlo supuesto, os hubiese seguido hasta el final.

-¿Qué..?- Ahora la asombrada era yo.- ¿Me seguiste?

- Lo siento. Sinceramente, te ví en tal mal estado, que no sabía si ese hombre podría aprovecharse de tu vulnerabilidad, así que decidí seguiros un rato, para ser exactos, unas manzanas, hasta ver que iba en buena dirección.

No salía de mi cara de asombro, no pude decir nada, me desconcertaba aquella actitud protectora, pero el continuó.

-... Pero, si, recuerdo la matricula, hora y dirección.- Sacó una agenda de su maletín y una pluma, y escribió todos los datos.- Es lo bueno de ser abogado, te fijas en todos los detalles.- Sonrió mirándome, al tiempo que me daba la nota con todos los datos.

- Gracias. -Añadí- No sabes lo importante que es para mí.

Tras una breve y melancólica sonrisa, agregué:

- Ahora, he de dejarte, has sido de gran ayuda, pero el deber me llama...

- Pensé que tenías el fin de semana libre... - agregó para mi sorpresa.

- Bueno.., se ha complicado todo un poco... Ya te llamaré...

- Linda...- dijo pausadamente-. ¿Qué ocurre?

 - Es una larga historia, de momento, solo necesito cubrir el vació de mi mente y la verdad, me has ayudado muchísimo.

Le sonreí, pues vi preocupación en su mirada.

- Te llevo, si quieres..?

-  ¿En moto? Contesté apresuradamente

Soltó una carcajada. 

- ¿Te dan miedo?

- No, solo que  no sé si aún tendré la estabilidad suficiente, además, debo recoger algo en casa.

- De acuerdo entonces, te llevo. Hoy traigo coche  y no creo que tu resaca te permita, con esta luz, conducir mucho...

- ¿Estás muy seguro de ti mismo, verdad?

Volvió a reír y nos levantamos al mismo tiempo.

- Soy un buen abogado, el mejor, tengo que estar seguro.

Estaba claro que no iba de sobrado, y lo mismo le necesitaba, no me iba a oponer a una buena compañía, aunque no era mi mejor día, no iba a perder la oportunidad de conocerle bien. De todas formas, hasta este momento, lo único que había hecho era ayudar..

- De acuerdo, acompáñame. - Aseguré con una sonrisa

No hay comentarios:

Publicar un comentario