sábado, 30 de enero de 2021

SIN MEMORIA - Capitulo 3

 El comisario Phillips, tenía 45 años y una gran profesionalidad. Divorciado por dos veces, pero era consciente de que en ambos casos, su admiración por su trabajo era mayor que el que sentía por sus esposas. Por suerte, no tuvo hijos.

Phillips, era un profesional, aún así, le expuse el caso y sin hacer preguntas añadió.

- Estaremos allí en unos minutos, mándame la ubicación.

La envié al instante, y menos mal que existían las nuevas tecnologías, porque no tenía ni la menor idea de donde me encontraba. Al parecer me encontraba en el Holiday Inn, Los Angeles, un hotel de 3 estrellas, cerca del aeropuerto y bastante mas al sur de mi casa en West Hollywood.

Apresuradamente me vestí, encontré un trozo de papel con un número de teléfono y un nombre Robert. Volví a coger mi teléfono, quería llamar para saber quien era Robert. Volvieron a golpear la puerta .

Me dirigía hacia la puerta, cuando miré el cuerpo y le pregunte en un susurro.

- ¿Eres tu Robert?- y me apresuré a abrir.

- ¡ Uf! ¡No tienes buen aspecto..!

- Gracias- respondí a Phillips.

Venía acompañado de Grace, mi ayudante, ella se encargaría del caso. Un par de agentes de campo, para limitar el acceso a la habitación  y recoger pruebas. Y Bill, su sombra, su compañero. 

Todos decían que Bill sentía algo por mi y que estaba esperando la verificación de mi divorcio para declararse. Obviamente, no era mi tipo, ya sabéis que se suele decir, " Donde tienes la olla, no metas la polla". Se que suena vulgar, pero es un buen consejo a recordar. Así que yo, hacía caso omiso. Lo que si hacía constantemente Bill era sacarme de mis casillas.

Bill, subió unos minutos mas tarde acompañado del director del hotel, dispuesto a colaborar en todo momento para minimizar el impacto de la noticia.

Phillips interrogó al director con las típicas preguntas.

- ¿Conoce a la señora?- preguntó al tiempo que me señalaba.

Obviamente no nos habíamos visto nunca, supuse. Solo el recepcionista de noche pudo verme entrar.

- No.- contestó.

- Y.. ¿ a la victima?

El director echó una fugaz mirada al baño.

- Si. Es un cliente habitual, trabaja en bolsa y viene una vez al mes. Generalmente solo. Se aloja siempre en la misma habitación 202. Se llama Robert Grahams.

" ¿Robert ?" Mi pulso se aceleró. " ¿Será el mismo del papel?" " ¿Qué sentido tendría que me diera su teléfono así, si estaba allí?" "¿Y su ropa?" ¡Dios! había muchas preguntas en mi cabeza y esta no respondía al analgésico.

El director salió de la habitación, no sin antes prometer que enviaría al recepcionista de noche a declarar aquella misma tarde.

Bill, levantó las persianas y abrió las cortinas.

- Aquí el ambiente está muy cargado- dijo sarcásticamente mientras sonreía.

- Gracias listillo, ¿me dejas tus gafas?- respondí seriamente.

- ¿ Resaca? Si es que no se te puede dejar sola...- se burló mientras me las ofrecía.

Arqueé las cejas sin decir nada.  Su sonrisa inundó su rostro.

-Bill, déjala. No es su mejor día.-  Dijo Phillips dirigiéndose a Bill. Posteriormente me miró a mí y añadió.- Vete a casa, intenta reponerte y hablamos más tarde.

Asentí, al salir miré a Grace, estaba intentando extraer algo de la herida.

-¿Que hay?- Pregunté.

- Un trozo de cristal, parece que le golpearon con ello, pero no hay mucha sangre, parece que este no es el escenario del crimen.

-¿Cristal? Aquí no se encuentran ni la jarra, ni los vasos de la habitación. Comprueba la 202. Su habitación- Dije mirando el cuerpo desnudo de aquel joven.

-¿Donde esta su ropa?- pregunto Bill.

Todos hicimos gestos de ignorarlo.

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