martes, 14 de agosto de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y..,VIAJÉ A ROMA


Capitulo 9
Me encontré una escena única, de lo más romántica.
En el centro de la enorme habitación, había una cama con dosel de madera tallada. El techo de la habitación era de espejos y las pareces con papel de flores, no muy cargado, elegante. Sobre la cama un lecho de pétalos de rosas. Velitas aromáticas por todos lados (fragancia canela).  sobre un lado de  la cama una mesita con champán, fresas y nata.
A otro lado de la habitación y bajo un gran ventanal, una mesita preparada con un candelabro de plata y una ligera cena.
- Pizza y lambrusco. Tampoco se ha esmerado mucho Domenico...
Me acerqué a el y dije:
-Esta todo perfecto. Ni una reina se sentiría como yo ahora mismo. Te amo Lucas.
- Y yo a ti, princesa. ¿Quieres cenar?
Asentí  y nos sentamos a la mesa.
Cenamos la pizza y el vino. Por la ventana se divisaba un hermoso cielo estrellado. Todo era perfecto. Sobre todo Lucas, que no apartaba sus inmensos ojos negros de mí.
-¿Estás bien?- preguntó.
- Si, perfecta. Solo que el aroma de las velas y el vino, están haciendo su efecto.
-Eso es lo que pretendía.
Sonreí. Se puso tras de mí besando dulcemente mi cuello. Desde la nuca, hasta la espalda, donde mi vestido se lo permitió. Me sujetó suavemente por los hombros invitándome a levantarme y así lo hice.
Me puse de pie y continuó besándome lenta y suavemente. Poco a poco bajó mi cremallera y dejó caer mi vestido, dejándome solo un pequeño tanga negro de encaje, que iba atado con lacitos rojos a la altura de la pelvis.
Entre besos me tumbó en la cama y allí con sus dientes desató los lacitos, pero no permitió que se moviera de su sitio. Ascendió hasta mis labios, me besó. cogió una fresa y me la ofreció de sus propios labios. Mientras la mordisqueaba volvió a descender y comenzó a acariciarme con su lengua... Me dejé llevar, hasta alcanzar el orgasmo, en ese instante fue cuando se deshizo de su pantalón y me penetró. 
Fue algo inolvidable, ver nuestros cuerpos desnudos en los espejos, fue curioso, jamás pensé que sería capaz de algo así, sin morirme de vergüenza.
Continuamos con las fresas, el cava y jugueteando con la nata. 
Nada borraría aquel momento de mi memoria.
Cuando al fin, reposamos tranquilos sobre la cama. Lucas preguntó:
- ¿Te apetecería vivir en un sitio así?
 pensé por un segundo y contesté:
- No. Creo que no, este palazzo tiene mucho trabajo.
Reímos a carcajadas ambos.
- En serio, ¿ no te gustaría vivir en un palacio?
- No, soy muy clásica y a la vez moderna. prefiero un duplex o un adosado, no estaría mal con piscina privada. Pero esto es demasiado.
-¿Sabías que exepto algunos palacios de interés turístico, el resto cuesta  como una casa habitual?
- ¿No estarás pensando comprar uno en un futuro, no?
- No, tranquila, pero uno pequeño para regresar de vacaciones...
- Prefiero nuestro hotelito.
- Creo que yo también de momento.
Y ambos reímos.
Continuamos charlando tranquilamente.

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