Hace cosas de meses me robaron un móvil, cargado de recuerdos, de palabras ya perdidas, de sms de amor, de dulzura, de amigos, de dolor... Pensé que algo de mi se iba con él, pero no fue así, los recuerdos siguen alojados en mí, y esas palabras, aunque ya no tienen tanta fuerza, siguen alojadas en mi mente.
Ayer me robaron otro móvil, ¿mala suerte? No, ¡mala leche!, al menos por parte de quien lo sustrajo. En este no había gran cosa, era de mi padre, aunque lo lamento más por las aplicaciones que tenía bajadas, que por su contenido.
Mi vida no gira alrededor de un móvil, mi vida gira alrededor de mis obligaciones, de mis amigos, de mi familia, de las cosas verdaderamente importantes en ella. Quien piense que así me hace daño se equivoca. Solo sufrí una vez y ya nada me hará sufrir de nuevo.
Eso sí, un gran disgusto, al menos después de ciertas amenazas, y un examen de inglés, expuesto a una gran tensión. Solo espero aprobarlo, ya que es la nota final.
Por otro lado, he recibido el apoyo incondicional de ciertos profesores, gracias a ellos me siento mas segura, en cambio otros.., dejan mucho que desear.
La policía me ha recomendado que cambie de centro, al parecer estoy metida en un instituto, que en vez de ser de zona centro, parece de un suburbio. Pero no pienso rendirme, las notas de los últimos años en bachillerato, han sido de las mejores de Andalucía, y no creo que sea gracias a los profesores ni al centro, si no del esfuerzo realizado por algunos alumnos. Yo quiero demostrar que aunque mi capacidad es limitada, se pueden conseguir cosas con esfuerzo y trabajo.
Me gustan los retos y este será el mayor de ellos. Un año más y terminaré secundaria, ¡voy a por todas!
Esa soy yo, una pequeña luchadora que no se cruza de brazos ante la adversidad.
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