viernes, 6 de julio de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJE A ROMA



CAPITULO 2
El vuelo era directo, sin escalas. Sevilla- Fuimicino (Roma). Solo 2 horas y 35 minutos, separaban dichos aeropuertos.
Lucas me despertó con un cálido beso en la mejilla. La asistente de vuelo le despertó, para que nos preparásemos para el aterrizaje. Me gustó su forma de dirigirse a mi.
- ¡Buenas, bella durmiente!
- Gracias por lo de bella. ¿Ya llegamos?
-¡Ajá! - dijo asintiendo al mismo tiempo con la cabeza.
Sonreí y me abroché el cinturón.
Ambos seguíamos cogidos de la mano y noté como al aterrizar, Lucas apretó mi mano un poco más, "los nervios" pensé. Le sonreí al mismo tiempo que levantaba su mano para dirigirla a mis labios. Le besé en la mano y le dije:
- Tranquilo cariño, ya hemos llegado.
Bajamos del avión y nos dirigimos a la estación de Termini, desde allí directos al hotel.
Nada más pisar suelo italiano, Lucas dijo:
-Benvenuti a Roma.
- Grazie, a voi stessi.
No hablaba mucho italiano, pero Lucas  ya había estado allí en varias ocasiones,Roma le encantaba.
Me decía camino al hotel, que el encanto de Roma reside en los pequeños detalles como nuestro hotel
Cosa que entendí al llegar allí. Nos alojamos en el Hotel Montreal, a unos 500 metros de la estación, la habitación doble,era de color claro, con mucha luz, pero lo mejor, las vistas. La ventana daba a un pequeño patio decorado con macetas y sobre una pared, una pequeña fuente, en el centro, unas mesitas, para amenizar una buena tarde, con una buena lectura y un capuccino.
No acabábamos de situarnos, cuando alguien llamó a la puerta.
Doc, Lucas, abrió la puerta, pero una milésima de segundo antes se dirigió a mi y me guiñó un ojo. Puse cara interrogante y él sonrió.
Un señor, entró acompañado de un joven que portaba una botella de Lambrusco Rossatto con dos copas. Saludó enérgicamente a  Lucas y por lo que pude deducir le daba la bienvenida. Aunque  charlaron  de forma amena durante unos minutos.
Antes de despedirse el señor, se dirigió a mi diciendo:
-Benvenuto signorina, vi aguriamo un buon soggiorno.
A lo que contesté con mi mejor sonrisa.
-Grazie mile.
Y salieron de la habitación.
- ¿Y esto?
-Bueno, una copa de bienvenida.
-¿Has estado aquí antes?
- Si, en varias ocasiones, pero nunca con alguien tan especial como tu.
-Es decir, ¿con otras chicas?
-¿Celosa?
-Mmmm, no sé, déjame pensarlo.
Y me beso antes de decir nada más.
Tras un largo beso se apartó de mi y se dirigió a las copas diciendo:
-¿Que te parece si brindamos por lo que ahora comienza?
Asentí,  feliz como hacía tiempo no lo estaba.
Aún no me creía estar en Roma y menos aún con alguien tan especial como Doc, mi Lucas, a partir de ese instante.
Según el, me quedaban muchas sorpresas por descubrir y la primera era que ese día permaneceríamos en el hotel, descansando.
¿Eso era una sorpresa? pensé.
Pero me relajé, brindé por nuestra estancia en Roma y disfruté el instante.

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