jueves, 19 de julio de 2012
MI NOMBRE ES ALEXIA Y.., VIAJE A ROMA
CAPITULO 5
Llegamos al hotel entre besos, abrazos, pequeñas caricias..,
Me metí en el baño para ponerme mi camisón, Lucas me esperaba en la cama.
Estaba más nerviosa que mi primera vez, ¡ Lucas tenía tanta experiencia! en cambio yo... Ademas era mi primera noche con él, sería la primera vez que durmiéramos juntos, que yaciéramos en un lecho, tocándonos, rozándonos, besándonos, acariciándonos, haciendo el amor...
- Cariño ¿estas bien? pregunto ante mi tardanza.
- Si, si un segundo.
Salí del baño y me paré en la puerta a mirarle.
- ¿En qué piensas?- pregunto- ¿Te doy miedo?
Sonrió
- No, me preguntaba si roncabas.
- Muy gracioso, ya me lo dirás mañana eso si me dejas dormir...
Abrí mi boca sorprendida y no pude más que tirarle el salto de cama a la cara añadiendo al tiempo que me acercaba a él.
-¿Yo..? o tu a mi, ¿no?
Reímos ambos y me agarró de la mano tirando de mi, hacia él.
- Ven aquí anda, que te voy a dar tu merecido.
_¡ Ah! ¿si? ¿y qué me merezco?
-¿Tu que crees?
-No sé, ¿me das una pista?
Y me abrazó fuertemente y me beso.
- Mmm, eso me gusta.
-¿Y esto..?
Y comenzó a besarme por el cuello, llegando al hombro donde se hallaba la tira de mi camisón de satén blanco.
- Creo que me sobra esto...
Y deslizó la tiranta suavemente por mi hombro abajo. Siguió besándome suavemente.
-Un segundo.- Contesté.
Me puse de pie y deslicé mi camisón poco a poco, desde mis hombros hasta el suelo, dejando mi cuerpo totalmente desnudo.
Al acercarme a él, me dijo:
.No, quédate ahí.
Le miré interrogante. Mientras que el se levantaba dirigiéndose hacia mi lentamente.
-Déjame, admirar tu belleza.
Sentí como el rubor subía a mis mejillas, el sonrió.
-Ahora me gustas más. Eres mi pequeña- Mi dulce y hermosa Alexia.
Se acercó y sin rozar mi cuerpo, apartó la melena de mi hombro y comenzó a besarme donde lo había dejado.
Me dejé llevar sintiéndole en cada beso, en cada caricia, me cogió en brazos sin dejar de besarme y me llevó a la cama. Allí continuó besándome. No dejó una milésima de mi piel, sin explorar, sin caricia, sin beso.
-Me quedaría así toda la noche.- le dije.
-Si es lo que quieres... Deseo cumplido.
Sonreí y seguimos así durante una hora al menos. Hasta que la temperatura corporal y nuestras hormonas decidieron que era hora de llegar al final. Al clímax.
Nunca había sentido tantas cosas juntas, era una mezcla de felicidad, satisfacción, deseo, ternura, amor, le quería, le necesitaba y no quería que aquel momento acabase.
Al terminar permanecimos abrazados. Sus fuertes brazos me rodearon, al tiempo que decía.
-No te dejaré marchar nunca. Te amo, pequeñaja. Sonreí. Pero el cansancio y el relax del momento hacían mella en mí.
-Cariño, va siendo hora de que descanses, mañana nos espera un largo día.
-¿Más emociones? contesté.
-Todas las que te hagan feliz.
-Pues entonces no necesito salir de esta habitación. Te tengo a tí.
-¡Eh! que te he traído para que conozcas Roma y no a mi. Para mí, tienes el resto de tu vida.
-¿Toda la vida, soportando tus besos y caricias? No sé si podré acostumbrarme.
Bromeé.
-Bueno, pues eso tiene fácil arreglo, si no te gusta lo dejamos.- Bromeó, el también.
-No.-Me apresuré a decir.- Las necesito.
-¿Si, cuánto?
-Mucho. Y le besé.
Continuó besándome en la frente, mejillas, labios, pelo.., hasta que el sueño me venció.
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