jueves, 27 de octubre de 2011

MI NOMBRE ES ALEXIA.., Y CONOCÍ EL AMOR

CAPITULO 6
Yo conocía el sitio de oidas, pero nunca había entrado, así que decidí dar un paseo días antes, para conocerlo, quería saber como debía de ir vestida para no desentonar con un ambiente tan cool.
Nada más verlo, fuí a comprarme un vestido de gasa azul, zapatos de salón negros, bolso y cinturon a juego. Para mí era tan importante esa cita como la primera, ya que la 1ª fué nefasta. Así que todas mis esperanzas estaban puestas en  esa nueva cita. Pero, esta vez quedamos cerca del restaurante, así me dió tiempo de ir a casa  y vestirme adecuadamente. Tras una breve y veloz ducha, salí apresurada de casa, no quería llegar tarde y ya iba con 10 minutos de retraso. Aún así ellos me esperaban, digo ellos, porque mi sorpresa fué tremenda al ver a Poli. Pero no me importó, ya que realmente, Poli era un buen amigo y Victor aún un gran desconocido...
El restaurante no era muy grande, pero tenía tres niveles, sótano, planta baja y entreplanta. Nosotros nos acomodamos en el sótano, era como más reservado. La carta era muy variada, desde carnes y pescados, a verduras, pastas, etc. Recuerdo que lo que más me gustó fué camembert frito con salsa de frutas rojas, una delicia para el paladar.
En esta cita, hablé algo más, me sentía más cómoda, quizás porque no había nadie de la familia incordiando, pero aparte, porque tanto Poli como Victor, estaban haciendo todo lo posible para que así fuera.
Pude observar como Victor en momentos de silencio, me observaba, miraba cada gesto, cada movimiento que yo hacía, eso me incomodaba, pero me gustaba ser el centro de su atención. Lo cierto, es que yo hacía lo propio cada vez que se distraía.
Pensé que despues de haberle confesado mis sentimientos, me ruborizaría y violentaría al estar delante de él, pero no fué así. Se vé que Poli estaba al tanto de ello, porque cada vez que yo mantenía silencio, él sacaba algún tema. Lo que más me gustó de la cita, fué su cara al verme llegar y no solo aprobó mi look, con su sonrisa, sino tambien con sus palabras.
- Buenas, siento llegar tarde, - me disculpé.
-No pasa nada - dijo Poli - estabamos hablando.
- Espero que no me criticarárais por mi retraso - sonreí.
- No te preocupes, ha merecido la pena esperar y no, no te criticabamos. Yo jamás lo haría - contestó Victor.
La comida fué genial,pero me hubiera gustado que Poli no hubiese estado allí, aunque sin él, los silencios hubieran sido eternos.

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