domingo, 6 de noviembre de 2011

MI NOMBRE ES ALEXIA.., Y CONOCÍ EL AMOR

CAPITULO 9
Los días iban transcurriendo poco a poco, hablaba a diario con Victor y se estaba convirtiendo en alguien muy importante para mí y según él mismo, yo era una personita dulce y tímida, a la que le gustaría proteger toda la vida. A veces, bromeaba llamandome hermanita y yo, evidentemente me molestaba muchísimo, pues mis sentimientos eran de otro tipo.
Por otra parte, Poli, estaba informado de todo, de cada movimiento que hacíamos, cuando no estaba enganchado al telefono conmigo, lo hacía con Victor, ya que Diego, tenía mucho trabajo últimamente y él, se aburría enormemente. Casi había dejado de lado a sus amigos y se llevaba todo el día conmigo o con él. A mí aquella situación, no me disgustaba en principio, ya que me mantenía informada de cosas que yo no sabía, como por ejemplo, que yo a Victor le gustaba más de lo que pensaba y que había sentimientos muy fuertes por parte de él hacia mí, solo que guardaba las distancias por el tema edad, 5 años de diferencia. Aunque en breve yo cumpliría 17 años, y serían 4 durante unos meses.
Es de ese día del que quiero hablaros, mi cumpleaños.
Victor y yo, ya salíamos muy a menudo, a pasear, a tomar café.., pero siempre con Poli.
Fué este último, Poli, el que me dijo que podía tener el cumple más feliz del mundo, si le pedía salir a Victor, ya que estaba un 90% seguro de que su respuesta iba a ser afirmativa. Pensé mucho si hacerlo o no, una chica griega de costumbres arraigadas, no podía hacer tal cosa, aún así lo pensé y no solo eso, si no que le insinué algo a Victor, dias antes de mi cumpleaños.
No recuerdo exactamente como salió el tema, pero sí lo que contestó:
-Cualquier avance en nuestra relación, debe ser decisión tuya y no por otro motivo que la edad, espero que lo entiendas, tienes 16 años y yo, cerca de 22.
Le corregí diciendo que la que cumpliría en breve sería yo, para ser exactos ese fin de semana y que a él aún le quedaba hasta finales de año, para ser exactos el día de navidad.
Tambien me dió una mal noticia, ese fin de semana, no estaría en Sevilla, tenía que salir fuera de la ciudad, había una reunión importante de la ONG, en Madrid. Aunque quedé muy decepcionada con la noticia, le dije que no importaba y que yo lo celebraría con unas amigas y quizás con Poli. Almuerzo, cine, merienda y algunas copas, lo típico.
Se alegró por mí y yo le desee suerte en su viaje, ya que era una especie de certamen donde las ONG más fuertes del mundo, se unían y compartían los problemas del mundo.
Organicé mi cumple, como le dije a él, solo con una pequeña diferencia, Poli quería que despues del cine fueramos a su casa, así podríamos estar con Diego tambien, que tenía que corregir algunos trabajos de música. Y así lo hicimos, aunque yo no dejé de pensar en él en un solo instante.
Nos fuimos a casa de Poli y nada más llegar allí, su teléfono sonó, recuerdo oirle decir, estamos en casa, te esperamos. Le miré y me dijo, - es solo un amigo -.
Mientras reíamos y hablábamos, sonó la puerta y para mi sorpresa, era él. Al parecer el certamen era entre el viernes tarde y sábado mañana, solo terminar, cogió el AVE y allí estaba, quería darme una sorpresa. Fué mi mejor regalo, su presencia, su sonrisa y su mirada, esa capaz de dejarme sin respiración.
Al rato de estar en el piso, mis amigas comenzaron a irse, pero teníamos que acompañar a alguna a la parada del bus, así que Victor accedió a compañarme, era el momento ideal, él y yo solos de vuelta a casa de Poli.
Estaba dispuesta a todo, sobre todo despues de que Poli insistiera toda la semana, así me armé de valor y paseando bajo la luna de finales de junio, se lo pedí.
Estaba nerviosa, pero estaba tan segura de esa afirmación, que no me importó dejar mi timidez de lado.
Recuerdo que le dije:
- ¿Quieres que seamos dos en uno?
- ¿Qué? preguntó él.
- Una pareja. Una (una sola). Pareja (dos personas). 2 en 1.
Sonrió levemente y me dijo:
- Siento decirte que no, creo que no es el momento...
A partir de ese instante no oí nada más.
Me sentía decepcionada, dolida por su rechazo. Pero sobre todo, herida en mi amor propio.
Él continuó hablando, yo asentía con la cabeza, pero mis pensamientos estaban muy lejos de allí. Estaban en Poli, en como me había engañado haciendome sentir ridícula, en como me había manipulado.
Al llegar a casa de Poli, me despedí y me marché a casa, pero esta vez sola, no quería que nadie me acompañase, no sabía por cuanto tiempo más podía aguantar mis lágrimas. Y el dolor de mi corazón a cad segundo era más intenso.
Así que me marché apresuradamente de allí.

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