sábado, 12 de noviembre de 2011

MI NOMBRE ES ALEXIA.., Y CONOCÍ EL AMOR

CAPITULO 11
Estaba muy nerviosa por esta cita, más que en las anteriores. Sobre todo porque cuando estaba frente a él, me sentía tan insignificante, que no podía ni ariticular palabra. Al principio, culpaba a mi timidez, despues...Victor era muy inteligente, siempre tenía un tema para hablar conmigo, en cambio yo, apenas sabía de que hablarle.
Llegó el tan ansiado día y como de costumbre, me arreglé meticulosamente para él. En la calle hacía un calor tremendo, típico en Sevilla en el mes de Julio. Ni si quiera era posible estar a la sombra, pues el aire era asfixiante. Decidimos ir a tomar un té helado y pasar allí un buen rato hablando, al menos en la cafetería había aire acondicionado.
Hablamos y reimos durante una charla amena, aunque he de decir que él se quejó de nuevo por mi silencio. Aún así, cuando el sol se alejó decidimos ir a pasear por el parque, nos sentamos cerca de una fuente.  El sonido del agua, la luna y un cielo estrellado, nos llevó a una conversación un tanto extraña, sobre todo despues de su negativa a salir conmigo.
La conversación trataba de los besos...
- Yo, no he besado nunca a un chico - aseguré - porque creo que no sabría como hacerlo.
Sonrió y dijo:
- Todos sabemos besar a la hora de la verdad, es como andar, hablar.., solo hay que hacerlo.
"Parecía fácil, pero no sé si yo sería capaz de besarle" pensé.
Esta vez, sonreí yo y bromeando dije:
- Bueno, quizás contrate a un buen amigo,, para practicar, le pagaré...
Él volvió a reir, cosa que me encantaba, porque me gustaba verle feliz y cambiamos de tema.
Seguimos allí sentados hasta la hora de regresar a casa, bromeabamos constantemente y reíamos ambos hasta que me dijo:
- Me encanta tu sonrisa, ilumina todo tu rostro.
- Gracias, dije timidamente y volví a sonreir.
Cuando llegamos a casa, quiso acompañarme para saludar a mi padre y que viera que estaba en buenas manos. Al parecer Poli , ya le había hablado de mi familia. Aquello me asombró, parece que no quería ocultar nada de lo que hacíamos y supuse que lo que deseaba era que mi familia confiase en él.
Aquel acto hizo que ganara puntos ante mis padres y yo me sentí feliz solo de pensar que había caido bien en el seno familiar, pero sobre todo porque él estaba haciendo que todos confiaramos en él, aunque yo lo hice desde le primer momento.
Después de nuestra cita a solas, hubo otras muchas y algunas más divertidas que otras, pero todas especiales para mí y naturalmente tambien para él.

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