jueves, 3 de noviembre de 2011

MI NOMBRE ES ALEXIA.., Y CONOCÍ EL AMOR

CAPITULO 8
Los examenes finales habían llegado y pagué con creces mis horas ante el ordenador, pero merecía la pena hablar con él, a veces aprendía más de él que de los libros. Y a parte me hacía sentirme más feliz que nunca, ya que estaba experimentando sensaciones nunca vividas.
A él no le agradó saber que yo había suspendido, pero prometí aprobar en septiembre.
4º de ESO, no se me resistirá -pensé- debo de hacerlo por él y por mí. Él quiere una chica inteligente pues es lo que tendrá. Alguien con genio, decisión y madurez, naturalmente sin dejar de ser yo misma. No pensaba rendirme, él nunca lo hacía.
Aún así quedamos para ir al cine, esta vez opté por llevar una conocida y él iba con Poli, para que Alba y Poli hablaran y así poder quedarme yo a solas con él. La posición en los asientos fué incluso divertida, las chicas en el centro y ellos a los lados, como protegiendonos de algo. Poli accedió a sentarse junto a Alba, ya que Diego estaba de concierto en el Palacio de La Alhambra de Granada y ella ya lo conoció con anterioridad, así que tendrían de que hablar.
Yo estaba encantada de estar sentada a su lado, porque así tendríamos momentos para hablar a solas. Pero desgraciadamente hablamos poco, ya que el argumento de la película nos absorvió por completo a ambos, aunque si le miraba de reojo en cada movimiento que hacía, le veía como a un Dios griego, perfecto, como a un ser único y especial, y estaba allí sentado a mi lado.
Por unos segundos, sentí como se me erizaba la piel cuando accidentalmente rozó mi mano. Me miró al hacerlo, para ver mi reacción, pero me limité a no moverme, me hubiera muerto de vergüenza. Al salir del cine, Alba y Poli fueron al baño, y yo me quedé a solas con él.
Se acercó a mí y me dijo:
- Me he dado cuenta, que hasta hoy no te había tocado, ¿puedo?
Le miré timidamente, sonreí y asentí con la cabeza. Fué entonces, cuando acarició mi brazo, desde el antebrazo hasta la mano, haciendome saber lo suave que le parecía mi piel. Pero me soltó al ver que Poli se acercaba apresuradamente, dando saltitos al tiempo que decía que Diego llegaba esa misma noche. Alba me hizo un gesto de aprobación y sonrió. Yo, en cambio, odié esa interrupción, me hubiera quedado una eternidad en ese instante, en la caricia.
En ese momento, Victor, propuso pasear por la orilla del río y ver la puesta de sol. ¡Era tan romantico!
Él y yo estuvimos paseando a solas , mientras que Poli y Alba conversaban animadamente.
De repente, nos detuvimos en un puente y nos posamos sobre la barandilla, allí surgió de nuevo el tema de los sentimientos y me atreví a decirle, mirando un cielo rosado, lo que sentía hacia él. Él hizo lo mismo, me confesó que yo era la chica que había estado buscando, que desde que me conoció su vida había cambiado a mejor, que se sentía más feliz y con más ganas de conseguir sus sueños que nunca. 
Fué mi mejor día, el mejor de muchos que estaban por llegar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario