domingo, 15 de enero de 2012

MI NOMBRE ES ALEXIA.., Y CONOCÍ EL AMOR

Capitulo 29
Victor y yo estabamos genial, se aproximaba la primavera y con ella comenzaron algunos mareos.
- Una bajada de tensión- me justifiqué un día que me encontraba mal.
- Pero ¿causada por algo? Dijo Victor.
- No cariño, solo que soy hipotensa y las primeras calores me afectan.- Y sonreí.
Al llegar a casa llamé a Doc y se lo comuniqué.
- ¿ Sabes porqué son ? ¿No?
- Si, la presión de los examenes, lo sé.
- Pues tomatelo con calma o preocuparas a Victor.
- Así lo haré.
- Estoy cansada de luchar contra el sistema, para tener que hacerlo con Victor.
- Eso fué decisión tuya. Una que dice mucho de ti, pero que sabes que en cierto modo no estoy de acuerdo.
- Si acepto lo que me pide el sistema, Victor se enterará.
- Pero tarde o temprano, tendrás que ceder.
- Si, pero no sin luchar. Yo soy así.
- Eso me gusta de tí.
- ¡Eh! ¡Qué tengo novio!- bromeé.
- Eso es lo malo- bromeó tambien.
Mi amistad con Doc se iba consolidando día a día a espaldas de Victor. Bueno, lo cierto es que no ocultabamos nuestra amistad, pero si todas las conversaciones que tenían que ver con mi cabeza.
En Semana Santa, Victor y yo, estuvimos días completos, incluso alquilamos una pequeña cabaña en la sierra. Fuimos con Doc y la chica con la que salía de vez en cuando. No era nada formal, pero disfrutaban cada segundo que tenían juntos.
Fué Doc el que lo propuso. Primero a mí, me dijo que me haría bien desconectar y acepté, pero le dije:
- Doc, no le digas a Victor que has hablado conmigo, ¿por qué no se lo comentas a él?
- Como quieras, ya me estoy acostumbrando a tus pequeñas travesuras...
- Tonto, - le dije- sabes porque lo hago...
- Lo sé, bueno te haré caso. Él será el primero en saberlo, tu no sabes nada.
- Gracias Doc.
Al rato me llamó Victor.
- Cariño, Doc me ha propuesto algo, no sé si podrás venir, pero me encantaría que fuesemos. Estoy deseando pasar la noche contigo.
- La noche la pasastes en el hospital, ¿recuerdas?- Bromeé.
- Muy graciosa, sabes a que me refiero.
- Si, a pasar la noche, pero ¿donde?
- Es verdad, no te lo he dicho, la sierra, la naturaleza, montaña, luna, tu y yo.
- Dicho así suena bien, pero si me lo imagino mejor. Pero ya sabes, debo consultarlo en casa.
- Espero tu respuesta preciosa.
- Como tu digas, ( por lo de preciosa), pero me encantará ir, lo sabes.
- Lo sé. ¡Ojalá sea un sí!, porque te haré sentir única y especial.
Sonreí y dije:
- Te amo y nunca dejaré de quererte, jamás. Recuerda esta palabra, jamás.
-¿Porqué dices eso?
- Porque es así, lo sabes o deberías saberlo.
- Bueno lo imagino, pero ¿siempre me querrás?
- Siempre,- contesté muy segura de mi misma.
- Eso es mucho tiempo.
- ¿Dudas de mi cariño? pregunté.
- No mi amor, pero "siempre y jamás" dicen mucho, demasiado diría yo.
- Lo sé, piensa lo que quieras. Luego te llamo y te doy la respuesta a lo de la sierra.
Pregunté en casa y la respuesta fué, "confiamos en tí". No lo dudé salí de casa y me dirigí a la suya, necesitaba hablarlo personalmente con él y ver su cara, cuando le dijera que sí, nos ibamos unos días a la sierra. Quería ver su reacción y saber que estaba tan feliz como yo en ese instante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario