CAPITULO 21
Me acosté nada más llegar, no quería que mi madre viese mi rostro radiante de felicidad. Seguro que se daría cuenta de que algo había pasado. Es muy cuca.
Me dormí enseguida, tanto que al parecer vi varios mensajes de Victor en mi móvil.
" Ha sido lo mejor de mi vida, te amo"
" Veo que descansas, buenas noches, princesa, espero que sueñes con lo ocurrido hoy."
Sonreí y el último era de esa misma mañana, había madrugado para ir a la facultad.
"Buenas, espero que tengas el mejor día de tu vida, si puedo te recojo a la salida de clase, un beso"
Contesté deseandole unos buenos días y corrigiendole que el mejor día , fué la tarde anterior.
Contestó rapidamente:
" Como esa, tendrás todas las que desees"
Solté una carcajada y apagué el móvil antes de entrar en clase.
Deseé constantemente que llegara las 15:00 h. para volver a verle. Solo de pensar en él, un escalofrío recorría mi cuerpo, aún sentía el dulzor de sus labios, el calor de su torso y su mirada cálida clavada en mí, en todo momento, como si quisiera adivinar que pensaba o sentía en cada instante.
Sonó el timbre y corrí escaleras abajo, tirandome directamente sobre sus brazos, le besé.
- Si llego a saber esto,vengo todos los dias.
- ¡Tonto! - Le dije bromeando.
- ¿ Qué tal estas princesa?
- Genial, pensando en tí, en ayer.
- A mi me ha pasado igual, pero solo pensaba en como estarías, si me pasé o algo por el estilo, tengo la sensación de que me precipité, que debía de haber esperado algún tiempo más.
- Cariño... No pasa nada, todo está bien y estoy muy feliz.
- ¿ De verdad..?- preguntó él un poco preocupado.
- De verdad, no se me ocurre nadie mejor en este momento.
- Tu lo has dicho, en este momento.
- Victor, te amo y lo hice de lo más consciente posible, fué una decisión mía. No te preocupes ¿vale?
Respiró aliviado y avanzamos hasta casa cogidos de la mano.
- ¿Sabes que me gustaría?
- ¿ Qué?- pregunté yo.
- Que pudiesemos irnos lo más lejos posible, solos, tu y yo. Dormir juntos cada día de mi vida y despertar a tu lado cada mañana.
Creo que fué la primera vez que Victor decía cosas tan hermosas y románticas como esas. Aquello me desconcertó y no supe que decir, me mantuve en silencio.
Al llegar a casa nos besamos para despedirnos.
- Victor, ¿cuándo regresan tus padres?
- En un par de días, lo malo es que tu no sales entre semana.
- Podemos estudiar juntos mañana.
¿ Yo había dicho aquello?¿ Le estaba proponiendo una segunda vez? No me lo podía creer.
- ¡Ah! ¿ Si? ¿ Y que estudiaríamos? dijo sonriendo.
- Biología, el cuerpo humano, no sé..., y me ruboricé.
Victor soltó una carcajada sonora.
- Si te dejan, llamamé ¿vale? Y guiñó un ojo.
- Lo haré. Y sonreí.
Subí a casa y esa tarde pude darle una respuesta.
- Si me recoges almorzamos juntos y tenemos 5 horas desde las 15:00 horas hasta las 20:00 horas. ¿Qué te parece?
- Allí estaré sin falta, princesita.
No pude continuar la conversación ya que sonó el telefono, era Poli, quería saber si me gustó mi kimono y que opinó Victor al vermelo puesto.
- ¿ Cómo al vermelo puesto? pregunté.
- No te hagas de rogar y cuentame todo.
- ¿ Todo? ¿Qué? El kimono es precioso me encantó.
- ¿Y?
- ¿Y qué?
- No te hagas la remolona, ¿ que tal fué?
- No sé de que me hablas. Si fueras más explicito.
- ¿Qué dijo Victor cuando te lo probastes?
- Si sabes que me lo probé, ¿por que me no le preguntas a quien te lo dijo?
- Tu sabes que yo al final, me entero de todo.
- Vale, pues si te enteras ¿ porqué me preguntas?
- No sé que te pasa, ¿ por qué estás a la defensiva?
- ¿ Yo? ¿A la defensiva? ¿ De qué se supone que intento defenderme, de mi amigo?
- Alexia, estás insoportable, hablaré con Victor.
- Como quieras, hasta pronto.
- Nos vemos en navidad, adios.
¿Vendría en navidad? pensé, ¿ qué querría saber? Lo cierto es que Poli siempre me sorprendía, ¿qué haría esta vez? Solo me quedaba esperar.
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