viernes, 8 de abril de 2011

DIARIO DE UN DESAMOR XXXVIII.

Jueves 7 de abril de 2011
Ayer hablando con un amigo descubrí algo, la vida es como la queramos ver y lo mejor es mirarnos a nosotros mismos para descubrirlo. Os lo explico, si te levantas de mal humor, sin apenas fuerzas, si piensas que no vales nada, al final eso es lo que verán los demás. Los ojos son el reflejo del alma, y radiaran siempre lo que nosotros les demos, si le damos confianza, esa confianza la reflejaremos y los demás confiaran en nosotros, en cambio, si no creemos en nosotros ¿Quién podrá hacerlo? Supongo que nadie. Así que ya sabéis, confianza en uno mismo y lograreis lo que deseéis.
Hoy pude hacerle unas fotos a J, para que vea que no sale bien solo en las que estamos juntos, si no que él, por si solo tiene mucho potencial. La verdad que tiene una buena imagen, solo espero que sepa conservarla porque es un chico que promete. ¡Ojalá el tiempo le dé todo lo que pide a la vida, porque se lo merece!
Respecto a mis nuevos amigos, compañeros, como queráis llamarles, son divertidísimos, me lo paso genial con ellos, ahora he pasado a ser la “famosilla de turno” cosa que me molesta, porque no he hecho nada para que me traten de forma diferente. El día que me gane la fama con mi trabajo y esfuerzo, estaré encantada de aceptarla, por el momento no he hecho más que divertirme y es lo que pienso seguir haciendo, aprovecharé cada segundo de mi vida al máximo, porque nunca sabemos cuándo será el último día de nuestra vida. Y yo pienso vivir la mía como si nunca hubiera un mañana, pues ¿de que me sirvió pensar en el futuro un día? De nada, aquellos sueños se fueron para no volver y espero que no vuelvan nunca. Al menos aquellos que tenían que ver con una unión eterna.
¡Ah, por cierto! La ceja de J está genial, ya veréis las fotos.

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