Martes 1 de Marzo de 2011, comienza un día, más en mi vida. Un día rutinario de esos que sufrimos a diario sin poder controlar.
Me levanto a las 07:30, o al menos lo intento, a las 07:45 estoy en el baño. A las 08:15 debo de estar abajo, en la puerta preparada y lista para comenzar el nuevo día. Aun así tengo tiempo de desayunar y darle un toque de buenos días. Y pensareis, ¿porque lo hace? Pues, porque prometí hacerlo mientras siguiera enamorada de él. Pero pensándolo bien y en frío, no tiene mucho sentido. Es cierto que estoy enamorada, pero él, no. Así que nunca tengo respuesta. Digamos que gasto el dinero de mi móvil tontamente…, pero eso a mí me hace feliz y a él, le es indiferente, así que supongo no hago daño a nadie.
Voy al instituto donde le conocí, donde cada pasillo, escalera, patio, recepción…, me recuerdan a él. ¡No sabéis lo duro que se hace el día a día!
Hoy es un día hermoso, pero no me siento muy bien, es algo que no me explico, es un dolor distinto, sin sentido. Es un dolor fuerte en mi pecho, en el lado izquierdo, en el corazón, pero no es un dolor cualquiera, es distinto a como me estoy sintiendo, es como si quisiera decirme algo, ¿pero qué? No es la primera vez que conecto con él, ya presentí una vez que le pasaba algo y no me equivoqué. Pero ahora…, no sé, es muy distinto.
¿Tendrá que ver con este mes? Marzo.
¿Sabíais que en el mes de Marzo fue cuando me decidí a hablarle por primera vez?
Le conocí por una página social, teníamos amigos comunes y cuando le vi en el instituto, no lo pensé, le saludé. ¿Sería el destino? Quien sabe.
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